Exdesamparado recibe residencia de EE.UU. 20 años después de recibir un balazo que casi le cuesta la vida
También la reciben su esposa y su hijo luego de que en 2019 obtuvieran la Visa U como consecuencia del crimen que sufrió
Un balazo en el estómago que recibió en 2004 cuando hacía fila para recibir comida en un refugio para desamparados de Los Ángeles, le abrió a Jesús Topete en 2019, la oportunidad de obtener una Visa U para estar legalmente en Estados Unidos sin la zozobra de una deportación, y cuatro años más tarde, por fin se convirtió en residente permanente.
La buena noticia no solo fue para él sino también para su esposa Haydee Morado y su hijo Luis Francisco. Jesús y Haydee recibieron al mismo tiempo esta semana la tarjeta de residente; y la de su hijo viene en camino, ya que la esperan para los siguientes meses.
“Ya tengo la tarjeta en mis manos y estoy muy contento. Sobreviví al balazo, al covid y ahora me ha llegado mi residencia; y me siento aún más feliz porque ya la tiene también mi esposa; y la de mi hijo no tarda en llegar”, dice Jesús, originario de Tijuana, México.
“A mis 55 años me siento como un toro de 20 años. Esta residencia me da mucho poder para trabajar más duro por mi familia”.
Jesús trabaja en una compañía que fabrica piezas para camiones tráilers.
En 2004 fue baleado en la parroquia Dolores Mission del barrio de Boyle Heights en Los Ángeles, la cual tiene un albergue para desamparados.
“En esa época yo era una persona sin hogar. Aunque en el momento que ocurrió la tragedia, un grupo de compañeros y yo, nos habíamos mudado a un departamento, y estaba comenzando a trabajar. Íbamos a la iglesia Dolores Mission porque ahí nos daban de cenar todas las noches”, recuerda.
Jesús tenía un año que había llegado de Tijuana cuando lo balearon, y durante un año había dormido en la parroquia Dolores Mission.
“El día de la balacera, de la nada, otra persona sin hogar, sacó un arma y empezó a disparar al aire. A mí me tocó un balazo arriba del glúteo que me atravesó el intestino grueso”, dice.
Un mes y medio más tarde fue dado de alta del hospital, tras haber sido sometido a dos cirugías.
“Durante meses estuve con una bolsa de colonoscopia mientras mis intestinos podían trabajar por ellos mismos”, comenta.
Fue su hermano quien en 2014, le aconsejó que buscará asesoría legal en busca de la residencia. Sus únicas opciones eran una reforma migratoria o haber sido víctima de un crimen, le dijeron.
“Se me iluminó la memoria cuando escuché eso. Me acordé que fui víctima de un crimen”, precisa.
Jesús consiguió la certificación policial, y presentó la solicitud de Visa U.
En agosto de 2018, él, su esposa y su hijo de 20 años recibieron un permiso de trabajo. En 2019 obtuvieron gozosos la Visa U, y esta semana, la residencia.
“La green card nos abre las opciones en este país. Ahora queremos comprar casa. Todo se puede con esfuerzo y sacrificio. Hay que echarle ganas”, dice Jesús.
Atrás quedó esa época en la que recorría las calles de Los Ángeles como indigente.
“Vine a este país con la intención de ganar unos dolaritos y tener una mejor calidad de vida, pero terminé viviendo en la calle”.
Sin embargo, dice que cuando vio a otro amigo indigente sacar unos tomates de un bote de la basura, tomó conciencia de que no quería esa vida para él, y se apuntó al programa de la Iglesia Dolores Mission de Boyle Heights donde lo ayudaron a dejar atrás el desamparo.
“Ahora tengo un buen trabajo, una buena familia, pago mis impuestos, trato de ayudar lo más que puedo, y para mayo de 2028, nos haremos ciudadanos”.
Haydee Morado – su esposa – tampoco oculta su dicha por ser finalmente residente de EE UU. Ella es de Guaymas, México. “He sido ama de casa durante 12 años, pero ya con la residencia, voy a ponerme a trabajar”, dice llena de felicidad.
Jesús y Haydee entrenarán su tarjeta de residencia este fin de semana durante un viaje que harán a Tijuana.
“Vamos a celebrar yéndonos a comer tacos; y en julio, vamos a ir a Guaymas a visitar a mi familia”, dice Haydee, quien justo el día que le entregaron la tarjeta de residencia cumplía 12 años de haber entrado a EE UU.
Haydee agrega que su hijo está desesperado por obtener la residencia, ya que su sueño es ingresar a la Armada de EE UU para más tarde ser policía.
El abogado en migración Sergio Siderman, quien llevo el caso de Jesús y su familia, dice que la solicitud de residencia, se puede presentar tres años después de obtener la Visa U.
“Se debe presentar la petición de residencia antes de que expire la Visa U”, afirma.
Agrega que la petición de residencia para cada uno de los miembros de la familia, se hace por separado, aún cuando como en el caso de Topete, su esposa y su hijo se beneficiaron directamente de la Visa U.
El abogado aclaró que las personas beneficiadas con la Visa U no necesitan un patrocinador a la hora de solicitar su residencia, y no están sujetos a las leyes de carga pública.