Esto es lo que quiere decir la piel de las personas con pecas
Las pecas, conocidas como ephelides, resultan de la interacción genética y la exposición al sol, siendo el gen MC1R clave. Aunque no son un riesgo directo, indican sensibilidad a los rayos UV, enfatizando la importancia de medidas de protección y exámenes regulares de la piel para mantener la salud cutánea
En la sociedad moderna, las pecas han sido durante mucho tiempo elogiadas como un distintivo encantador en la cara, pero su presencia va más allá de lo estético. Científicamente conocidas como ephelides estas pequeñas manchas pigmentadas han intrigado a expertos en dermatología, desencadenando preguntas sobre su origen y su conexión con la salud de la piel.
Según el dermatólogo certificado Danilo C. Del Campo, las pecas son el resultado de una danza genética y la exposición al sol. El gen MC1R, responsable del color de la piel y el cabello, desempeña un papel clave. Variantes en este gen pueden provocar piel y cabello más claros, aumentando así la probabilidad de desarrollar pecas, especialmente en personas con cabello rojo o rubio.
El proceso de desarrollo de pecas comienza a una edad temprana, a veces a partir de los dos años en niños. Estas manchas pueden volverse más pronunciadas y numerosas con el tiempo, especialmente después de la exposición al sol. Del Campo advierte que el aumento repentino de pecas o cualquier cambio en su apariencia debería ser motivo de consulta con un dermatólogo certificado.
Chelsea Wagner, consejera genética senior, destaca la compleja interacción entre el color del cabello, el tono de la piel y las pecas. Aunque más comunes en personas de piel clara, Wagner subraya que las pecas pueden aparecer en individuos de diversos orígenes étnicos y tonos de piel.
Pero cómoo podemos saber si las pecas aumentan el riesgo de enfermedades de la piel o cáncer cutáneo. Wagner enfatiza que múltiples factores, genéticos y no genéticos, influyen en estos riesgos. Aunque las pecas en sí mismas no son un factor de riesgo directo, indican una mayor susceptibilidad al daño de los rayos UV. Aquí es donde la prevención se convierte en la clave.
La exposición al sol y la piel
La exposición al sol que es el principal catalizador de la aparición de pecas, también aumenta el riesgo de problemas cutáneos. La recomendación unánime de los expertos es la adopción de medidas de protección solar, que incluyen el uso de protector solar de amplio espectro, sombreros y ropa protectora, junto con evitar las horas pico de sol.
Del Campo insiste en la importancia de exámenes regulares de la piel por parte de un dermatólogo, especialmente para aquellos con piel clara y pecas. “La detección temprana y la prevención son clave para mantener la salud de la piel“, destaca. Cualquier cambio en tamaño, forma o color de las pecas debe ser motivo de consulta inmediata.
“Para las personas con pecas, no es solo una cuestión estética, sino también una prioridad para su salud general adoptar buenos hábitos de protección solar”, enfatiza Del Campo. Recomienda encarecidamente consultar a un dermatólogo certificado para obtener asesoramiento personalizado y controles de la piel.
En resumen, las pecas más allá de su encanto superficial son indicadores de la vulnerabilidad de nuestra piel al sol. La genética establece las bases, mientras que la exposición ambiental las trae a la vida. Protegerse del sol y realizar chequeos regulares emergen como acciones cruciales para mantener no solo la estética sino también la salud de la piel.
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