‘Conversaciones difíciles’ en tiempos de postpandemia y delitos de odio
La comunidad asiática-americana realiza el Festival de Arte Comunitario Sanando Corazones 2024, a poco más de un año de una de las peores tragedias ocurridas en Monterey Park
La profesora les pidió que cerraran los ojos y respiráramos profundo para llegar a un estado de movimiento y conexión con su interior y sus alrededores; otra profesora los invitó a escribir para expresar todas esas emociones internas que son difíciles de visualizar y expresar, mientras que otro profesor habló de la importancia de cuidarse a uno mismo, estar consciente de los alrededores y siempre tratar de evitar cualquier peligro.
Estas fueron algunas experiencias que decenas de jóvenes y personas de la tercera edad pudieron experimentar durante el ‘Festival de Arte Comunitario Sanando Corazones 2024’ en el Centro de la Tercera Edad Langley, en Monterey Park, ciudad donde el 21 de enero de 2023 once personas fueron asesinadas a consecuencia de un crimen de odio contra la comunidad asiática.
“El problema es que estamos y vivimos en un mundo muy dividido”, dijo Marielle Reataza, directora ejecutiva de la organización Asiática Nacional Pacífico Americana y de Familias Contra el Abuso de Sustancias (NAPAfASA). “Tanto en política, en inmigración, racismo y situaciones que pasan a nivel global; además hay mucha diferencia intergeneracional y entre comunidades que hace muy difícil el sentarse y hablar de cómo salimos de este problema unidos”.
Subrayó que el tema de este año del evento es ‘Conversaciones difíciles’ porque constantemente escuchan que la mayoría de la gente no sabe cómo hablar de esos temas y prefiere evadirlos porque no saben cómo tratarlos.
Además, puntualizó que en la comunidad asiática y del pacífico hay mucho respeto con las personas mayores que, además de la barrera del idioma por cuestiones intergeneracionales, se hace muy complicado hablar de algunos temas como los delitos de odio, racismo y salud mental.
“Muchos de nuestros adultos mayores que son inmigrantes no sabía lo que era un delito de odio, no sabían que tenían derechos y no sabían lo que era un incidente de odio”, expresó Reataza, quien es inmigrante de ascendencia china-filipina.
Agrega que encima de todos esos temas tan complejos están las redes sociales que en ocasiones hace más difícil entablar una conversación y simplemente se termina expresando posiciones encontradas que no siempre terminan bien o con muchos insultos, incrementando la división entre las personas.
Entre las actividades realizadas en el festival se encontraban los talleres: Empoderar y proteger, Palabra hablada para sanar, Bailando desde el corazón, Defensa personal, Cómo podemos hablar y Autoayuda Zine; además de una lectura de un libro y un panel de preguntas y respuestas. Todo en un ambiente seguro, de cordialidad, positivo y de bienestar que invita a la sanación, a la conexión y al poder de la expresión a través del arte.
Pía Vasquez, una joven de 24 años de ascendencia filipina y coordinadora de reclutamiento en NAPAfASA, explicó que el festival estaba abierto para todos los mayores de 15 años y para todos los grupos étnicos: desde asiáticos hasta latinos, afroamericanos, nativo-americanos, la comunidad LGBTQ y del Medio Oriente.
“Lo que estamos trayendo son diferentes alternativas de sanación”, explicó Vasquez. “Queremos que los jóvenes practiquen algo nuevo, que posiblemente no hayan experimentado antes, especialmente ahora que hay muchas distracciones y preocupaciones por los delitos de odio, la inseguridad y el cambio climático, entre otros temas.”
Vasquez enfatiza que hay tantas cosas en las que los jóvenes están ocupados que es complicado enfocarse y priorizar las cosas importantes, pero cuando tienes un acercamiento al arte puede ser muy benéfico para expresar las emociones, poder hablar sobre cualquier tema y compartir pláticas difíciles con la familia.
Agrega que el festival había sido inspirado a consecuencias de los delitos de odio que se incrementaron en forma dramática durante la pandemia (76% de aumento en LA) y después de la balacera el año pasado durante la celebración china del Año Nuevo Lunar.
La situación en la comunidad habían llegado a niveles preocupantes, es por eso que se buscó realizar un evento de inmediato para unir a la comunidad, poder platicar y dar una solución a los momentos de estrés, inseguridad y división que se estaban viviendo.
El primer festival fue el año pasado en el Lai Lai Ballroom & Studio Inc., en Alhambra, donde el perpetrador de la balacera en Monterey Park fue desarmado por un valiente joven.
“Lo tuvimos en el Lai Lai Ballroom el año pasado porque queríamos tener un evento de sanación comunitario, queríamos bailar, tener una experiencia positiva de aquel lugar”.
Vasquez subraya que hay otros retos que podrían ser más culturales o generacionales y es debido a la falta de comunicación que en ocasiones hay entre los jóvenes con sus padres, situación que hace complica las conversaciones complejas entre padres e hijos.
Delitos que no se reportan
De acuerdo al último reporte de delitos de odio por parte de la Comisión de Relaciones Humanas de Los Ángeles, en el 2022 los ataques a esta comunidad disminuyeron un 25%, o sea, de 81 delitos de odio en 2021, bajaron a 61 en el 2022; no obstante y a pesar de la disminución, los 61 crímenes siguen siendo el segundo número más alto reportado contra la comunidad asiática en el condado.
El informe también destaca que ese número pudiera ser engañoso por el gran número de incidentes y delitos que se estima no se reportan, debido a barreras culturales, de idioma, por el desconocimiento de cómo trabaja el sistema o por el estado irregular de las personas. En un estudio de la Oficina de Investigación Federal (FBI) se estimó que menos de la mitad de las personas que son víctimas de crímenes de odio se animan a reportarlos.
Víctimas por décadas
Bill Chan, de 65 años y originario de Singapur, participó en el taller de Defensa personal, dijo sentirse muy contento por las estrategias de defensa aprendidas, pero enfatizó que le gustaría ver que el programa se expanda a toda la comunidad porque los asiáticos han sido víctima de acoso (bullying) por décadas.
“La tercera edad es uno de los grupos que más victimizan porque ya son débiles”, expresa. “La razón principal es por qué no hablamos inglés, no expresamos lo que nos pasa y no lo reportamos a la policía”.
Detalló que los crímenes de odio se intensificaron con la pandemia porque algunos grupos empezaron a culpar a los asiáticos por la pérdida de trabajos, de sus casas y simplemente atacaban a toda la comunidad asiática sin poder distinguir quién era de origen chino, japones o vietnamita entre otras nacionalidades.
“Necesitamos más programas como estos, llenos de positivismo para reducir el odio”, indica. “Sabemos que no vamos a eliminar el odio por completo, pero si lo podemos reducir y de esa forma la gente entenderá que debemos a prender a coexistir como sociedad”.
Yuri, de 22 años y de origen vietnamita-americana, dijo que le llamaron mucho la atención los temas a tratar en el festival, por eso viajó desde Huntington Beach a Monterey Park para participar en las conversaciones de los talleres, considerando la actual situación de la comunidad asiática en relación a los crímenes de odio.
“Creo que es muy inquietante escuchar ese tipo de noticias, especialmente porque cada que salgo de casa, mis padres se preocupan de que algo pudiera pasarme”, explicó. “Es por eso que pienso que este tipo de programas es una forma de conectarte con otros asiático-americanos en la comunidad, tener una conversación con otra gente y compartir tus preocupaciones que yo creo te dan mucha salud mental y te ayudan a lidiar con esos temas”.
Algunos talleres durante el festival de arte:
Palabra hablada para sanar
La Dra. Pata Suyemoto, una académica feminista, escritora y educadora, explicó que el escribir es una herramienta poderosa para sanar, es una práctica que permite a las personas expresarse y sacar las cosas que llevan dentro, permite que los pensamientos se procesen en diferentes formas y se pueden mostrar a otra gente, misma que se pudiera sentir relacionada con la misma experiencia. Agregó que el escribir es una forma de cómo se pueden relacionar con otros constructivamente. Muchas veces la gente se queja de que no la escuchan, y esta puede ser una forma de ser escuchado.
Autoayuda Zine
Zoe Cain, educadora y artista coreano-americana de Los Ángeles, dijo que en su taller realizaron algunas escenas de construcción de identidad con las que cada persona crea sus propios libros (en miniatura) que hablan de quienes la persona, su cultura y su rol en sus familias y la comunidad.
“Es crucial tener un entendimiento de quiénes somos y hacer una exploración de nuestra propia identidad; además, es importante ver cómo nos relacionamos con otros y vernos como somos parte de una comunidad más grande. Esto nos da una sensación de pertenencia cuando nos llegan algunos sentimientos de insolación y nos empezamos a cuestionar nosotros mismos.
Bailando desde el corazón
Toni M. Kemehana Pasión, artista multidiciplinaria y maestra de baile y cultura con un enfoque en un cambio social, expresó que a través de bailes filipinos y hawaiianos adoptan algunos conceptos de sanación para conectarse con el cuerpo desde adentro, con la gente alrededor, con la familia y con la comunidad. Es importante que las personas conozcan que hay experiencias e historias que viven dentro del cuerpo; así podemos entender lo que pasa y/o porque no pasa, e identificar y entender dónde están esas experiencias e historias y ponerlas en movimiento para dejarlas ir.
This story is a collaboration between Ethnic Media Services and La Opinion and This resource is supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library in partnership with the California Department of Social Services and the California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs as part of the Stop the Hate program. To report a hate incident or hate crime and get support, go to CA vs Hate.