El Brennan Center desmiente el mito de la ola delictiva causada por inmigrantes
Los inmigrantes no están cometiendo una ola de crímenes, no hay pruebas que lo confirmen, sostienen expertos del Brennan Center, pese a la retórica de Donald Trump que dice que la inmigración está causando aumentos de crímenes
El Brennan Center for Justice desmintió el mito de la ola de crímenes causados por inmigrantes indocumentados y respondió con un análisis sobre la falsedad de esas afirmaciones a los comentarios hechos por el expresidente Donald Trump durante el primer debate presidencial con el presidente Joe Biden.
“Los datos no confirman la idea de que Estados Unidos esté sufriendo una ola de delitos provocada por inmigrantes”, dijo el Brennan Center en Español al anunciar el desmentido de esa falsedad.
En el análisis se indica que pese a que algunas figuras políticas y ciertos medios de comunicación se han aferrado a la narrativa de que las personas inmigrantes recién llegadas y, en especial, las indocumentadas están provocando un fuerte aumento en la delincuencia, en lugar de apoyarse en datos, están impulsando esta generalización basándose solamente en incidentes de delitos individuales muy publicitados, cometidos por inmigrantes indocumentados.
Los estudios consultados y citados en el análisis no corroboran la idea de que las personas inmigrantes cometan delitos o sean encarceladas mucho más que las nacidas en Estados Unidos.
De hecho, es posible que las personas inmigrantes tengan menos interacción con la policía que las no migrantes.
Trump también ha argumentado que la afluencia de inmigrantes está provocando un aumento de la delincuencia en Estados Unidos, aunque las estadísticas en realidad muestran que los delitos violentos están disminuyendo.
De hecho, los expertos del Brenan aseguran, citando numerosas fuentes, que “la llegada de cantidades récord de inmigrantes a la frontera de Estados Unidos con México durante los últimos dos años no se ha correspondido con un aumento total en la delincuencia en las ciudades llamadas “azules”, o con gobiernos demócratas, donde se han instalado muchas de las personas recién llegadas. En la mayoría de estas ciudades, ocurrió lo contrario: el delito, incluidos los delitos violentos, ha mostrado una tendencia negativa (con la excepción de los hurtos y un pequeño aumento en los robos), después de haber alcanzado un pico en 2020 en todo el país.
El recurso de culpar a los inmigrantes por un aumento de los delitos, no está basado en datos reales.
“Las narrativas que intentan asociar a las personas inmigrantes con el peligro y la criminalidad no son nada nuevas. Adquieren prominencia en el discurso público de un modo cíclico, principalmente tras oleadas inmigratorias. A las olas de inmigrantes de nuevos grupos ?a lo largo de la historia: irlandeses, católicos, judíos, italianos, mexicanos, japoneses, chinos y alemanes?, suele seguirle la fuerte réplica de asociarlos a un mayor delito y desorden público”, señala el análisis.
Y advierten del riesgo que implica continuar afirmando ese mito, porque afecta en particular a quienes toman las decisiones políticas que afectan a comunidades enteras y podrían fragmentar las comunidades, por ejemplo, quebrando millones de hogares con integrantes que tienen distintas condiciones de ciudadanía.
También incide en que muchas personas se resistan a denunciar delitos, cuando hay riesgo de que las medidas policiales inmigratorias punitivas aumenten el miedo de las personas inmigrantes a la policía, evitando así el avance de políticas de prevención del delito que benefician a la comunidad.
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