Reducen desamparo en LA, pero los latinos son ahora los que más viven en las calles
Hay más de 20,000 latinos sin un techo en la ciudad y el condado de Los Ángeles; representan un porcentaje preocupante
Si bien la Autoridad para los Servicios de los Desamparados en Los Ángeles (LAHSA) anunció un ligero descenso en el número de personas sin hogar de un 2.2% en la ciudad de Los Ángeles comparado con el año pasado y de 0.27% en el condado de Los Ángeles, resulta por demás preocupante que los latinos son el grupo que más vive en las calles.
El más reciente conteo de desamparados indica que los latinos representan el grupo étnico más grande que experimenta el desamparo en el condado y la ciudad de Los Ángeles, con 23,103, seguidos por los afroamericanos con 22,041, y los blancos con 20,667.
En total, hay 75,312 personas sin hogar en el condado de Los Ángeles, y 45, 352 en la ciudad.
En mayo pasado, LAHSA reportó que el número de latinos que experimentan el desamparo creció 26% entre 2020 y 2022.
Por otra parte, se dio a conocer que el número de personas que viven en vehículos y albergues improvisados bajó un 9.17%, de 23,438 a 21,288.
También se revela que el 54% de las personas sin hogar atribuye su condición de calle a problemas económicos.
De acuerdo al conteo, realizado el pasado mes de enero, la reducción en la población desamparada se atribuye a un acercamiento coordinado, a que la ciudad y el condado de Los Ángeles permanecen en un estado de emergencia, y al apoyo estatal y nacional a la resolución de los campamentos.
La alcaldesa Karen Bass atribuyó el descenso al cierre de filas de todos los niveles de gobierno para atender con urgencia la crisis del desamparo, y dijo que la reducción en el número de desamparados es parte de un nuevo liderazgo.
“En el último conteo, el desamparo creció 10%, pero hoy hemos revertido esa tendencia en 12% y nos hemos dado cuenta que al darles un techo, podemos mover a Los Ángeles en una dirección diferente, pero no se equivoquen, tenemos un gran camino por recorrer y apenas estamos comenzando”.
Dijo que no es un secreto que su prioridad ha sido el desamparo para salvar las vidas de quienes viven en las calles, pero también lo ha sido mantener a los clientes en los restaurantes y pequeños negocios, y atraer a los grandes empleadores, así como asegurarse que los niños puedan caminar a la escuela sin tener que bajarse de la banqueta.
“Se trata de asegurar que la gente tenga un techo en lugar de buscar refugio en los parques, bibliotecas y en el sistema del Metro”.
Hizo ver que están tomando acciones sin precedentes para prevenir, y asistir a los inquilinos en riesgo de perder sus casas. “Hemos ayudado a miles, y no hay otro ejemplo en el país que haya demostrado funcionar como este modelo para prevenir el desamparo”.
Lindsey P. Horvath, presidenta de la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles y de la Comisión LAHSA, dijo que más gente tiene un techo, porque financiaron más camas y dieron vivienda a 28,000 personas cuyas vidas mejoraron.
“Eso sin contar a toda la gente que han evitado que caiga en el desamparo a través de subsidios para la renta y protecciones legales”.
Agregó que aunque han probado su capacidad para darle a la gente una vivienda, deben continuar mejorando la respuesta para ponerla al nivel de esta crisis humanitaria.
“Esta no es una victoria, es una validación de que nuestra estrategia está funcionando y ahora tenemos que duplicarla; y continuar identificando dónde están fallando nuestros sistemas para arreglarlos”.
Afirmó que al tiempo que dieron un techo a 28,000, el año pasado, se presentaron 44,000 peticiones de desalojo.
“Esto muestra claramente el problema. No podemos resolver esta crisis con miles de personas en riesgo de perder sus casas cada año. Eso requiere ampliar las protecciones para los inquilinos y los programas para mantener a la gente en sus hogares”.
La doctora Va Lecia Adams Kellum, presidenta de LAHSA señaló que estimado del censo de personas sin hogar de este año le da esperanza, pues demuestra que el enfoque unificado y los esfuerzos coordinados para atender la falta de vivienda, han resultado en una reducción significativa de las personas sin hogar y sin albergue.
“Un año no es suficiente para cantar victoria, pero los números que estamos viendo son alentadores. Debemos continuar trabajando en conjunto en las políticas que salvan vidas y que están dando resultado.”