Javier Poza detalla la estrategia física y mental de “La Isla: Desafío Extremo”
Javier Poza conduce "La Isla: Desafío Extremo", guiando a 24 celebridades en un reality donde la fortaleza mental y física son clave para ganar
Para alcanzar la final en “La Isla: Desafío Extremo,” no basta con tener una buena condición física; es esencial contar con una fortaleza mental que te permita superar los obstáculos más difíciles. Así lo expresó Javier Poza, conductor del reality show de Telemundo, que recientemente estrenó una nueva temporada.
Poza ha estado al frente del programa desde su inicio, observando cómo varias estrellas del entretenimiento y la televisión luchan bajo circunstancias caóticas. El mexicano enfatiza que, aunque los desafíos físicos son intensos, lo que realmente marca la diferencia es la estrategia mental que cada participante adopta para enfrentar las pruebas.
“Me encantan los desafíos”, dijo Poza en una entrevista reciente con La Opinión. “Y sé que todas las personas que están participando en este programa también son de este tipo de personajes. Les gusta desafiarse a sí mismos, les gusta salir de su zona de confort, les gusta vivir nuevas aventuras“.
Para Poza, el verdadero desafío radica en la capacidad mental de los participantes para adaptarse y resistir, más que en su fuerza física. “El desafío es más en lo mental, más en lo mental que en lo físico”, añadió Poza, quien actualmente se encuentra en Turquía, país donde se está grabando el programa. “Por supuesto que lo físico juega un papel importante, fundamental, pero creo que lo mental es lo que más pesa en el desarrollo del programa”.
Esta temporada de La Isla: Desafío Extremo cuenta con la participación de 24 concursantes, entre ellos Gisella Aboumrad, Natalia Alcocer, Chuy Almada, Carmen Aub y Sebastián Caicedo, quienes competirán por un premio de $200,000 en condiciones extremas. Según Poza, la transformación que experimentan los participantes es notable. “Día a día, semana a semana, se van transformando estas 24 personalidades, que están participando desde el principio. Todas son muy diferentes, y van modificando su personalidad según las características de su propia competencia, de su propio desafío, pero también de la convivencia y de lo que implica viajar a un país como Turquía, lejos de su familia, lejos de todo contacto con el exterior, enfrentando un idioma que no es el propio, un clima extremadamente volátil. De todos modos, ahí es donde está el verdadero desafío extremo”, subrayó Poza.
Lo que destaca en esta temporada es la capacidad de adaptación de los concursantes, quienes deben enfrentarse a condiciones extremas no solo físicas, sino también emocionales y psicológicas. No es tanto la competición física, sino la manera o la capacidad que todos tienen de adaptarse al día a día en este viaje, en esta ruta que estamos haciendo por este extraordinario país que es Turquía.
El reality show divide a los concursantes en tres equipos: Águilas, Tiburones y Panteras. Cada semana, estos equipos compiten en un reto por el territorio, el cual determina las condiciones de vida de los participantes durante esa semana. Los ganadores disfrutan de Playa Alta, con todas las comodidades imaginables: una mansión, comidas preparadas por un chef, camas cómodas y agua caliente. En cambio, los equipos que ocupan Playa Media deben conformarse con pocas comodidades: un techo, camas y un baño decente, aunque con comida y bebida limitadas. Finalmente, los perdedores se ven obligados a sobrevivir en Playa Baja, sin ningún tipo de lujo, durmiendo en el suelo, con sacos de dormir, sin agua caliente ni baño, y deben encender su propio fuego para cocinar.
Poza, consciente del atractivo que tienen estos programas para el público, señala que la identificación con las personalidades del programa es clave para su éxito. “Estos programas gustan al público porque, de alguna manera, puede identificarse con algunas de las personalidades que participan en ellos. Probablemente, mucha gente que nos ve tiene el sueño de poder hacer un viaje como el que estamos haciendo nosotros en un país como este, o, no sé, atreverse a hacer cosas que hacen estas figuras. De alguna manera creo que se identifican con las diversas personalidades que ven en este tipo de programas, porque, además, hace que esas personalidades salgan de ese marco, digamos, de persona famosa, inalcanzable, intocable, perfecta, inmaculada”, opinó.
Para Poza, la clave del éxito de “La Isla: Desafío Extremo” radica en mostrar a las estrellas en su faceta más humana. “Aquí todo es menos que eso. Tienen que convertirse en personas de pie, en gente corriente, afrontando todo lo que les toca afrontar en un desafío como la isla. Entonces, creo que eso es lo que atrae al público en general, que se sienta identificado con los personajes, y tenga la posibilidad de ver a sus estrellas favoritas, que de repente aparecen en la televisión, tal como son, como son personas de pie, personas comunes y corrientes. Creo que ahí es donde radica el éxito de programas como éste. Espero que este sea uno de ellos”.
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