Los crímenes contra sacerdotes que han enlutado a la Iglesia en México
Un informe revela que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el sacerdocio, y varios crímenes dan muestra de ello
México es el país más peligroso para ser sacerdote de toda América Latina, la actividad del crimen organizado ha llegado hasta la institución de fe más grande de aquel país, muchas son las pruebas de ello, la más reciente ocurrió en el estado mexicano de Chiapas, cuando un sacerdote fue asesinado a tiros en el interior de su camioneta a tan sólo 200 metros de la parroquia en la que acababa de oficiar la que sería su última misa.
Se trata del padre de origen tzotzil, Marcelo Pérez, quien fue asesinado en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, uno de los estados mexicanos más azotados por la violencia.
El sacerdote era reconocido por ser un incansable luchador social, defensor de los derechos de los pueblos indígenas y también por su lucha contra el crimen organizado en Chiapas.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le había otorgado medidas de protección cautelares debido a los constantes riesgos que enfrentaba, de acuerdo con el sitio La Vanguardia. El padre Marcelo había estado denunciando las amenazas ocasionadas por su activismo.
Las denuncias contra la violencia
Las últimas denuncias públicas hechas por el sacerdote ante la ola de violencia en Chiapas enfatizaron su oposición a la venta de drogas y a los grupos criminales que azotan el estado, por la confrontación de grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa.
Sus últimas declaraciones al respecto, las expresó al periodista Isaín, citado por Expansión Política: “La violencia ya no se aguanta. El pueblo se está levantando, la Iglesia se está levantando ante esta avalancha de la violencia y desgraciadamente el gobierno no sólo no hace nada, sino que niega sistemáticamente la existencia de la violencia”.
A pesar de las medidas de protección su asesinato ocurrió a plena luz del día y mientras los feligreses aún salían de la parroquia donde había dado su última misa, en San Cristóbal de las Casas.
Violencia contra sacerdotes
Según el informe “Situación de la Iglesia Católica ante la violencia en México”, elaborado por el Centro Católico Multimedial (CCM), en promedio cada año dos religiosos son asesinados, haciendo de México, por 14 años consecutivos, uno de los países más peligrosos para ejercer el sacerdocio”.
“(Desde 1990) se dieron cerca de 800 extorsiones, amagos y amenazas contra sacerdotes en la República Mexicana, principalmente los motivos de estos delitos están vinculados a fraudes y apropiación ilícita de recursos de las víctimas, necesarios para el ejercicio de su ministerio”, se lee en el informe.
Otros casos
En Chilpancingo, Guerrero, el anterior obispo, Salvador Rangel, mantenía relación con los jefes del grupo criminal Los Ardillos, uno de los más violentos que tienen sometida a la población del estado. Tras su secuestro y asesinato en Morelos el año pasado, José de Jesús González Hernández, su sucesor, continuó la relación con los criminales.
Otro caso muy recordado es el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, en un ataque armado en una iglesia en el municipio de Urique, en Chihuahua, en 2022.
El 15 de mayo de ese mismo año, en Tecate, Baja California, fue asesinado el padre José Guadalupe Rivas, también activista social. Estaba a cargo de la Casa del Migrante de Nuestra Señora de Guadalupe, en Tecate, donde brindaba hospedaje y alimentación a migrantes que intentan cruzar hacia nuestro país.
Remontándose más años atrás, ocurrió el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo a manos de los Arellano Félix, por supuesta confusión con El Chapo Guzmán. El crimen derivó en una reunión en la sede del Episcopado de los hermanos Arellano con el nuncio Girolamo Prigione.
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