Planes de deportación masiva infunden miedo en las comunidades
Expertos coinciden en que no existen los recursos para una expulsión a gran escala de inmigrantes, pero mientras tanto meten miedo
Los primeros nombramientos en el gabinete del presidente electo Donald Trump indican que la seguridad fronteriza y las restricciones a la inmigración serán un eje central de su administración. Pero qué significa esto para los inmigrantes, sus familias, sus comunidades y cómo podrían ser las deportaciones masivas.
Los expertos coinciden en que es difícil imaginar una deportación a gran escala como la planeada por la nueva administración, porque no existen los recursos. Sin embargo, en el afán de lograrlo, se pueden caer en la ilegalidad, violaciones civiles, crear un impacto negativo en la economía y sembrar la intimidación y el miedo en las comunidades.
Durante la videoconferencia “Qué significa el triunfo de Trump para los inmigrantes y qué podría pasar”, organizado por Ethnic Media Services, expertos en inmigración desglosaron las prioridades de Trump en materia de inmigración y analizaron las posibles consecuencias para los inmigrantes y el país en su conjunto.
Deportaciones masivas
Jeremy Robbins, director ejecutivo del American Immigration Council, dijo que la capacidad actual de detención de inmigrantes en el país es de unos 50,000, pero si están hablando de deportar a 13 millones de personas, habría que preguntarse si se necesitan construir nuevas instalaciones y dónde.
“Ahora mismo el retraso en la corte es de más de un millón de casos. Se tardan unos cinco años en decidir si alguien debe obtener asilo. Así que necesitan un nuevo grupo de jueces y asilos, y ver cómo van a llevar a la gente a casa”.
Robbins dijo que si todo esto se fuera a hacer, costaría unos $315,000 millones y si se tratara de deportar a un millón de personas al año, serían unos $80,000 millones por año.
“Más o menos casi un billón de dólares en una década”.
Intimidación y miedo
Greg Chen, director de relaciones gubernamentales de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA), dijo que los planes de la nueva administración conllevan, miedo, intimidación, legalidad y el impacto económico.
“La administración Biden ya ha desplegado al máximo al ICE (Servicio de Migración y Aduanas) y los recursos de CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) para hacer cumplir la ley. Han sido bastante agresivos en lo que están haciendo. No tienen mucho más personal para hacerlo, por lo que estarán limitados”, dijo.
En relación con el factor de la intimidación, dijo que hay gente que aún teniendo estatus legal, está llamando a los abogados, porque simplemente temen que los detengan en un base a un perfil racial.
Señaló que los planes de la nueva administración para movilizar a la Guardia Civil que no está entrenada en la ley de inmigración, va a dar lugar a violaciones de derechos civiles.
En cuanto a los estragos económicos que pueden provocar los planes del presidente Trump, el Consejo Americano de Inmigración ha tratado de estimar el impacto en la frontera sur de Arizona, en la esquina suroeste del condado de Yuma, que depende en gran medida de la mano de obra inmigrante para la agricultura.
“Las empresas están muy preocupadas por asegurarse de que la mano de obra pueda satisfacer sus necesidades. Vamos a ver la devastación en todo el país de las empresas y las industrias en casi todos los sectores económicos, y eso es algo que no va a ser bueno para el país”.
Así que en ese sentido, dijo que la deportación masiva no sería una política inteligente de impulsar, sobre todo porque al parecer, la economía es lo más importante para los votantes.
El impacto en las comunidades
Elizabeth Taufa, abogada y estratega de políticas del Centro de Recursos Legales para Inmigrantes (ILRC), dijo que también tenemos que hablar del efecto emocional y psicológico en las comunidades.
“El gobierno federal no tiene los recursos para poner en marcha el plan de deportación masiva, pero la campaña de miedo e intimidación funciona, y tiene su impacto en el bienestar emocional de las comunidades”.
Observó que las repercusiones de la deportación masiva a nivel comunitario, se observa en los niños que no van a la escuela porque sus padres tienen miedo de ser deportados.
“Se ve en la escasez de trabajadores de la salud porque la gente se muda a estados que son un poco más seguros o son expulsados del país”.
Añadió que hay mucha gente con estatus temporal, como TPS y DACA, que son maestros, cuando ya enfrentamos una escasez.
“Esto va a afectar a las comunidades rurales mucho más duro que a las áreas urbanas”.
Faltan recursos
Julia Gelatt, directora asociada del programa de política de inmigración del Migration Policy Institute (MPI), dijo que han escuchado las amenazas de deportar a un millón de inmigrantes indocumentados por año.
“El mayor número de deportados del interior de Estados Unidos fue en 2009 con 238,000 deportaciones.Así que una deportación masiva implica una enorme infusión de recursos, aumento de personal, de los centros de detención, aumento de los procesos en las cortes de migración, más aviones y más autobuses”.
Gelatt dijo que es difícil imaginar llegar a la escala de una deportación masiva, a la que se ha amenazado.
Sin embargo, mencionó que sólo el ruido a alrededor puede hacer que la gente tenga miedo.
“Así que es muy importante que pongamos algunos límites sobre lo que se sabe, lo que no se sabe, y lo que podría ser posible.Hay algunas herramientas que la administración Trump entrante que podría utilizar para tratar de aumentar el alcance como el proceso de expulsión acelerado”.
Sostuvo que la mayoría de las deportaciones tienden a ser de personas que han cometido un delito grave o que fueron sorprendidos conduciendo sin licencia en un estado donde las licencias no están disponibles para ellos.
“En estos momentos, las políticas locales sobre la no cooperación con ICE en la retención de gente para su deportación se vuelven muy importantes. Los estados rojos (republicanos) tienen niveles más altos de transferencia de los inmigrantes a los agentes federales de migración contra los estados azules (demócratas) que tienen esas políticas”.