CDC dicen que aún no comienza la oleada de resfriados de temporada
Los niveles de gripe y COVID-19 en EE. UU. se mantienen inusualmente bajos este invierno, mientras aumentan casos de tos ferina y otros patógenos respiratorios
Los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reflejan una actividad inusualmente baja de influenza y COVID-19 en Estados Unidos al inicio del invierno, marcando una tendencia que contrasta notablemente con los picos registrados en temporadas previas.
Este informe, retrasado por el feriado de Acción de Gracias, señala que, aunque los casos de gripe comienzan a aumentar, especialmente en niños, las cifras aún están muy por debajo de los niveles del año pasado. Similarmente, los casos de COVID-19 y su impacto en las salas de emergencia permanecen en mínimos históricos para esta época del año.
A diferencia de la última temporada, cuando las visitas médicas por gripe ya habían superado los umbrales estacionales en noviembre, este año los indicadores sugieren que la actividad gripal recién está alcanzando esos niveles.
Esto podría deberse a un retorno a patrones normales previos a la pandemia, según el epidemiólogo Justin Lessler, de la Universidad de Carolina del Norte. Lessler explica que las medidas tomadas durante la pandemia alteraron los ciclos de propagación de enfermedades respiratorias, llevando a picos inusuales tanto en gripe como en otros virus en los últimos años. Este año, sin embargo, las cifras parecen más alineadas con lo que se consideraría una temporada típica de gripe antes de 2020.
Además, las tasas de hospitalización por gripe son aproximadamente cinco veces más bajas que las de 2023, y las visitas pediátricas a urgencias por esta causa representan menos de un tercio de las del año anterior.
La actividad de COVID-19 también permanece baja
Tras un aumento en el verano, las tasas de hospitalización y los niveles de detección del virus en aguas residuales han disminuido significativamente, situándose en niveles “mínimos” en casi todo el país. Los expertos plantean preguntas sobre si la inmunidad generada por la ola de verano será suficiente para evitar un repunte invernal o si este simplemente llegará más tarde y será más moderado.
A pesar de estas noticias alentadoras, otras enfermedades respiratorias han mostrado un incremento. La tos ferina, conocida también como pertussis, sigue acelerándose en varios estados. Los CDC reportaron 577 casos durante la última semana de noviembre, un aumento del 33% respecto a la semana previa y cifras superiores al pico registrado durante la ola récord de 2014. Ohio lidera en número de infecciones, con 66 casos confirmados en una sola semana.
Neumonía atípica
Otro patógeno en aumento es Mycoplasma pneumoniae, causante de la llamada “neumonía atípica”, cuyas visitas a urgencias han subido notablemente en las últimas semanas, particularmente entre bebés. Además, la métrica de “enfermedad respiratoria aguda” utilizada por los CDC, que combina diversos indicadores de enfermedades como la gripe, la tos ferina y otros resfriados, muestra niveles “moderados” en 14 estados.
La capacidad de monitorear estas enfermedades ha enfrentado desafíos este año debido a la expiración de ciertos requisitos de notificación de datos hospitalarios relacionados con COVID-19. Aunque las autoridades han restablecido algunas normas, esta brecha de información ha dificultado realizar comparaciones precisas con temporadas anteriores.
Adicionalmente, la evolución de las variantes de SARS-CoV-2 continúa siendo un factor de incertidumbre. Las variantes predominantes, como XEC y KP.3.1.1, han mostrado ligeras diferencias en su transmisibilidad.
Sin embargo, no parece haber surgido ninguna variante significativamente más agresiva. Estudios preliminares, como uno de la Universidad Estatal de Ohio, destacan que estas variantes comparten características similares a sus predecesoras, aunque persiste la incógnita sobre cómo evolucionará el virus a largo plazo.
En un panorama más amplio, los expertos coinciden en que, si bien gripe y COVID-19 parecen haber dado un respiro este año, el aumento de otros patógenos respiratorios subraya la importancia de la vigilancia epidemiológica continua y de las estrategias de vacunación para mitigar el impacto de enfermedades estacionales.
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