Las stablecoins: un motor de inclusión financiera en Estados Unidos y América Latina

La inflación, la baja bancarización y el acceso limitado a herramientas financieras tradicionales son desafíos que millones de latinoamericanos enfrentan diariamente. Para muchos, especialmente quienes envían remesas desde Estados Unidos o buscan proteger sus ahorros frente a la devaluación, las stablecoins, criptomonedas diseñadas para mantener un valor estable al estar respaldadas por activos como el dólar estadounidense, están emergiendo como una solución innovadora.

En 2024, el uso de stablecoins ha alcanzado niveles históricos en América Latina. Según el reporte Chainalysis 2024 Geography of Cryptocurrency, América Latina es la segunda región con mayor adopción cripto en el mundo y señala que países como Argentina y Venezuela impulsan este crecimiento debido al uso de stablecoins en remesas y como protección contra la inflación, además, entre México y Estados Unidos está el corredor más importante de flujo de remesas; 63 mil millones de dólares circularon en 2023 según Banxico.

Para los latinos en Estados Unidos, este fenómeno tiene un impacto directo. Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se estima que las remesas hacia América Latina y el Caribe representaron un aumento del 9.5% respecto a los $142 mil millones registrados en 2022. Estas monedas digitales, vinculadas al valor de activos estables como el dólar, eliminan intermediarios costosos, reducen tiempos de transferencia y aseguran que las familias en países como México, El Salvador y Colombia reciban más del dinero que se les envía.

Pero su impacto va más allá de las remesas. Las stablecoins están ayudando a cerrar la brecha de inclusión financiera en comunidades históricamente desatendidas. Para aquellos sin acceso a cuentas bancarias —el 45% de la población adulta en América Latina, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo—, estas herramientas digitales representan una puerta de entrada a la economía global. Desde aplicaciones móviles que facilitan pagos hasta plataformas como Arbitrum que permiten transacciones rápidas y de bajo costo, la tecnología blockchain está nivelando el terreno.

Hacia un futuro más inclusivo
El potencial de las stablecoins radica en su capacidad para abordar problemas estructurales de las economías emergentes. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer. Para maximizar su impacto, es necesario fomentar la educación financiera digital y asegurar que estas tecnologías sean accesibles, especialmente para mujeres, emprendedores y comunidades rurales.

La infraestructura blockchain puede transformar la economía digital de la región, fortaleciendo el acceso financiero para millones de personas. Para los latinos en Estados Unidos, que conocen de primera mano los desafíos que enfrentan sus familias en casa, las stablecoins no solo son una herramienta práctica, sino también una solución de largo plazo para construir un futuro más equitativo.

A medida que la adopción de stablecoins continúa creciendo, la oportunidad de empoderar a millones de latinos, tanto en Estados Unidos como en América Latina, está más cerca que nunca. Con un acceso más fácil y rápido a sus fondos, menores costos de transacción y mayor protección frente a la inflación y la devaluación, estas monedas digitales ofrecen un camino para fortalecer la resiliencia económica de las comunidades. Al permitir transacciones sin la necesidad de intermediarios, las stablecoins permiten que más personas participen en la economía global, independientemente de su ubicación o acceso a servicios bancarios tradicionales.

En el camino hacia un futuro más inclusivo, es crucial que sigamos educando a las comunidades sobre las ventajas y los riesgos de las criptomonedas. A medida que la infraestructura blockchain sigue avanzando, las stablecoins tienen el poder de redefinir las finanzas personales en América Latina, eliminando barreras y creando nuevas oportunidades para quienes más lo necesitan. Sin duda, esta tecnología está desempeñando un papel esencial en la creación de un sistema financiero más accesible, equitativo y transparente para todos.

(*) Ana Belén es Global & Latam Community Manager en Arbitrum Foundation, una organización dedicada a impulsar la infraestructura tecnológica de blockchain en la región.

Los textos publicados en esta sección son responsabilidad única de los autores, por lo que La Opinión no asume responsabilidad sobre los mismos.