Autos europeos en EE.UU.: ¿Lujo o gasto excesivo?

Los autos europeos suelen ser percibidos como costosos de mantener en Estados Unidos. Pero, ¿qué hay de cierto en esta creencia?

Así luce el hermoso BMW iX 2025

Así luce el hermoso BMW iX 2025. Crédito: BMW. Crédito: Cortesía

Durante años, los autos europeos han sido sinónimo de lujo, elegancia y, según muchos conductores, altos costos de mantenimiento. Esta percepción, tan arraigada, genera una duda inevitable: ¿Realmente es más caro mantener un auto europeo en Estados Unidos?

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Aunque la respuesta rápida podría ser un “sí” basado en la reputación de marcas como BMW, Mercedes-Benz o Audi, la realidad es mucho más compleja. Vamos a desglosar esta cuestión, analizando desde la disponibilidad de refacciones hasta la producción local y las mejoras en fiabilidad.

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Autos europeos: ¿por qué tienen fama de caros?

La percepción de que mantener un auto europeo cuesta más no es algo reciente. Hay varios motivos detrás de esta reputación:

  1. Asociación con el lujo: Muchas marcas europeas han posicionado sus modelos como símbolos de estatus. Y el lujo, por naturaleza, suele implicar precios más altos en servicios y refacciones.
  2. Ingeniería avanzada: Los autos europeos a menudo incorporan tecnología sofisticada y sistemas de ingeniería complejos que requieren herramientas y conocimientos especializados.
  3. Disponibilidad de piezas: Tradicionalmente, las refacciones para estos autos eran importadas desde Europa, aumentando tanto el costo como el tiempo de espera.

Sin embargo, los tiempos han cambiado, y varios factores están transformando esta realidad.

¿Qué influye realmente en los costos de mantenimiento?

Para entender si los autos europeos siguen siendo más caros de mantener, es crucial analizar los factores que determinan esos costos:

  1. Disponibilidad de refacciones

Hace unos años, conseguir una pieza para un auto europeo en EE.UU. implicaba largas esperas y altos precios. Hoy, gracias a la globalización y la expansión de las redes de distribución, la historia es distinta.

Actualmente, existen proveedores en línea y distribuidores especializados que ofrecen refacciones para marcas europeas a precios más competitivos.

“Ya no es necesario importar cada pieza desde Europa. La mayoría de las piezas comunes están disponibles localmente”, afirma John Reynolds, mecánico especializado en autos europeos.

  1. Mano de obra especializada

Es cierto que los autos europeos requieren, en muchos casos, mecánicos con formación específica. Esto puede elevar el costo de la mano de obra.

Sin embargo, el crecimiento de talleres independientes especializados en estas marcas ha generado más competencia, regulando los precios.

“Antes solo los concesionarios sabían cómo reparar estos autos. Ahora hay muchos talleres calificados que cobran menos”, explica Reynolds.

  1. Tecnología avanzada y complejidad

Los autos europeos son famosos por integrar tecnología de punta. Sistemas como suspensiones adaptativas, dirección dinámica o motores turboalimentados pueden hacer que las reparaciones sean más costosas.

No obstante, esta sofisticación ya no es exclusiva de los europeos. Marcas estadounidenses y japonesas también incorporan tecnología avanzada, lo que iguala los costos de diagnóstico y reparación entre las distintas marcas.

  1. Costos de seguro

El seguro es otro factor que a menudo encarece el mantenimiento de un auto europeo. Según CarEdge, marcas como Land Rover, Mercedes-Benz, BMW, Audi y MINI suelen tener primas de seguro más altas.

Esto se debe a la percepción de que sus reparaciones son más caras, pero también a que muchos modelos europeos son considerados vehículos de lujo o deportivos, lo que incrementa las tarifas.

Mercedes-Benz modifica su estrategia y EQ desaparece
Mercedes-Benz EQE. Crédito: Mercedes-Benz.
Crédito: Cortesía

Producción local: un giro inesperado

Una parte de la ecuación que muchos desconocen es que varios autos europeos ya no son “tan europeos” como parecen.

Marcas como BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen producen gran parte de sus vehículos directamente en Estados Unidos. Por ejemplo:

  • BMW X5 y X7 se fabrican en Carolina del Sur.
  • Mercedes-Benz GLE y GLS se ensamblan en Alabama.
  • Volkswagen Atlas y Passat provienen de su planta en Tennessee.

Además, estas fábricas utilizan un alto porcentaje de autopartes producidas en EE.UU., reduciendo costos y tiempos de espera.

“Muchos de estos autos son ensamblados aquí mismo. Eso facilita la disponibilidad de piezas y hace las reparaciones más asequibles”, comenta Michael Harris, analista de la industria automotriz.

Desmontando los mitos más comunes

Para entender mejor el panorama, repasemos algunas creencias populares:

  • “Todas las refacciones europeas son caras” Falso. Existen alternativas de terceros a precios más bajos y una creciente oferta local.
  • “Solo los concesionarios pueden repararlos” Falso. Hay talleres independientes con mecánicos especializados.
  • “Los autos europeos se descomponen más” Falso. La fiabilidad de muchas marcas europeas ha mejorado notablemente.
  • “Todos los autos europeos son importados” Falso. Muchos se fabrican directamente en EE. UU.

Si bien los autos europeos siguen teniendo costos de mantenimiento ligeramente superiores a los autos estadounidenses o japoneses, la diferencia ya no es tan abismal como antes.

La mayor disponibilidad de piezas, la producción local y la competencia entre talleres han ayudado a cerrar la brecha.

¿Vale la pena comprar un auto europeo? La respuesta dependerá de tus prioridades: si buscas lujo, diseño y tecnología, es difícil encontrar alternativas que ofrezcan la misma experiencia de manejo.

Eso sí, la clave está en investigar la marca y el modelo específico, comparar precios de mantenimiento y asegurarte de contar con un taller de confianza.

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