Cómo detectar los primeros síntomas y actuar a tiempo contra la neumonía
El diagnóstico oportuno de la neumonía implica una revisión médica cuidadosa, incluyendo exámenes físicos y pruebas como radiografías y análisis de sangre

Mujer con síntomas de una posible neumonía. Crédito: voronaman | Shutterstock
Los primeros síntomas de neumonía, que pueden confundirse con otras infecciones respiratorias, incluyen tos persistente, fiebre, fatiga y dificultad para respirar. Es crucial reconocer estos signos para recibir atención médica a tiempo.
La misma es una infección que afecta los pulmones, y que según la Organización Mundial de la Salud es una de las principales causas de muerte en los niños menores de 5 años.
Hay que poner mucha atención a los síntoma, porque esta enfermedad puede convertirse en un problema grave si no se atiende a tiempo, sobre todo en los grupos más vulnerables, que incluye a los niños, pero también a los adultos mayores de 65 años y a las personas que tienen problemas de salud preexistentes.
Posibles causas
Diversos agentes infecciosos como bacterias, virus y hongos son causas comunes de neumonía. La identificación de estos factores es esencial para la prevención y el tratamiento adecuado.
Mayo Clínic nos detalla los aspectos fundamentales de cada una de estas causas:
- Bacterias. En muchos países, la principal responsable de esta condición es una bacteria conocida como Streptococcus pneumoniae. Este tipo de infección se produce en todo el mundo y es más frecuente durante las temporadas de invierno y primavera.
- Hongos. La infección de neumonía que se produce por hongos afecta principalmente a las personas con sistemas inmunológicos débiles o problemas de salud crónicos. Está asociada a la inhalación de hongos presentes en el suelo o en el excremento de las aves.
- Virus. Algunos de los virus que causan los resfriados también pueden causar neumonía. De hecho, son la causa más común de esta condición en los niños menores de 5 años.
Factores de riesgo
Además de los grupos más vulnerables que están más expuestos a la neumonía, como son recién nacidos, niños menores de dos años y adultos mayores de 65 años, también existen factores de riesgo que es conveniente prestar atención, nos indica el National Heart, Lung and Blood Institute.
- Factores ambientales. Estar en contacto con un grupo muy numeroso de personas aumenta el riesgo de padecer neumonía. Muchas veces el contagio se produce a causa de alguien más que tiene este tipo de infección.
- Ocupación. El riesgo de neumonía también es más alto en quienes respiran de forma regular aire contaminado o vapores tóxicos.
- Estilo de vida y hábitos. Fumar cigarrillos es negativo porque hace que el cuerpo tenga problemas para eliminar la mucosidad de las vías respiratorias. Además, quienes consumen alcohol o drogas tienen un sistema inmunológico más débil.
- Condiciones médicas específicas. Las personas que tienen afecciones que afectan el sistema inmunológico, enfermedades pulmonares o trastornos cerebrales, también tienen un riesgo más alto de padecer neumonía.
Prevención y diagnóstico
Adoptar hábitos saludables, mantener una buena higiene y vacunarse son medidas clave para prevenir la neumonía, especialmente en grupos vulnerables.
El diagnóstico oportuno de la neumonía implica una revisión médica cuidadosa, incluyendo exámenes físicos y pruebas como radiografías y análisis de sangre.
Entre los principales exámenes de detección de neumonía están: radiografía de tórax (para evaluar si hay inflamación en los pulmones), análisis de sangre (un hemograma completo permite ver si el cuerpo está combatiendo alguna infección) y oximetría de pulso (prueba que mide la cantidad de oxígeno en la sangre).
Es de considerar que, si la persona está muy enferma, también se pueden llevar a cabo una gasometría arterial, una prueba de esputo, una broncoscopia o una tomografía del tórax, entre otras pruebas más.
Importancia de la atención temprana y tratamientos
No tratar los síntomas iniciales puede llevar a complicaciones graves, incluyendo hospitalización y secuelas respiratorias permanentes. Es fundamental buscar atención médica ante cualquier signo sospechoso. La consulta a un profesional de la salud es esencial si los síntomas persisten o se agravan, particularmente en niños y ancianos, quienes son más propensos a complicaciones.
Los tratamientos más recomendados incluyen la aplicación de:
- Antibióticos: para tratar la neumonía si la infección se debe a una bacteria.
- Antimicóticos: para tratar la neumonía cuando la infección se produjo por un hongo.
- Medicamentos antivirales: aunque cuando se trata de virus es probable que la neumonía desaparezca por sí sola, los médicos pueden recomendar algunos antivirales para reducir la duración de la enfermedad.
- Líquidos intravenosos: para prevenir la deshidratación.
- Drenaje de líquidos: esto solo se realiza si hay acumulación de líquido en los pulmones y la pared torácica.
Neumonía en cifras
Las estadísticas de neumonía en Estados Unidos indican que aproximadamente 1.5 millones de adultos son diagnosticados con neumonía cada año, y se estima que existen cerca de 4 millones de episodios anuales de neumonía adquirida en la comunidad.
La tasa de mortalidad ha mostrado una disminución en las últimas décadas, aunque persisten diferencias importantes según sexo, raza, región y edad. En términos de muertes, desde 1999 hasta 2022, se registraron más de 1.3 millones de muertes relacionadas con neumonía en Estados Unidos, que representan alrededor del 2.1% del total de muertes durante ese período.
Además, cada año, alrededor de 150,000 personas son hospitalizadas por neumonía y aproximadamente 100,000 mueren a causa de esta enfermedad.
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