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Identifican bacteria que puede destruir células cancerosas

La proteína HapA actúa como una llave que se une a receptores específicos en la superficie de las células tumorales

Identifican bacteria que puede destruir células cancerosas

Preparación de cultivo celular en laboratorio. Foto referencial. Crédito: murat photographer | Shutterstock

Un estudio internacional liderado por el Centro de Investigación del Cáncer (CIC), en Salamanca, España, reveló cómo la proteína HapA, secretada por la bacteria vibrio cholerae, es capaz de destruir células cancerosas. Esta investigación se ha publicado en la revista Cell Death Discovery y puede abrir nuevas vías para tratamientos oncológicos.

La proteína HapA actúa como una llave que se une a receptores específicos en la superficie de las células tumorales, generando una reacción intracelular que desencadena la autodestrucción de estas células.

Este descubrimiento sugiere un enfoque revolucionario en el uso de proteínas bacterianas como agentes terapéuticos, recoge la agencia EFE.

Métodos utilizados

El equipo de investigación cultivó cepas de vibrio cholerae, tanto normales como modificadas, y analizó el líquido del cultivo para estudiar sus efectos sobre células cancerosas de mama, colon y páncreas. La confirmación de que el efecto observado se debe a la proteína HapA se llevó a cabo mediante pruebas controladas.

Antonio Hurtado, investigador en el CIC, destacó que este estudio subraya el potencial de las proteínas bacterianas como herramientas terapéuticas en la lucha contra el cáncer. La selectividad y el método de activación intracelular de HapA proporcionan nuevas oportunidades para el desarrollo de tratamientos más efectivos y específicos.

La utilización de sistemas avanzados de imagen y técnicas de medición de apoptosis ha permitido al equipo evaluar de forma precisa la efectividad de HapA en la destrucción de células tumorales, lo que marca un avance en la investigación oncológica.

Uso de proteínas bacterianas en tratamientos oncológicos

Las implicaciones a largo plazo del uso de proteínas bacterianas en tratamientos oncológicos son prometedoras, pero requieren más investigación clínica para su validación y optimización. Estas proteínas pueden actuar como agentes terapéuticos directos o como vectores para profármacos, estimulando respuestas inmunitarias específicas contra tumores y mejorando la eficacia de tratamientos convencionales como quimioterapia y radioterapia. Sin embargo, sus efectos a largo plazo dependen de la interacción con el sistema inmunológico, la composición del microbioma del paciente y la posible toxicidad o resistencia que pueda generarse.

Terapias bacterianas y proteínas terapéuticas en oncología

Las bacterias modificadas genéticamente, como Bifidobacterium longum, Clostridium novyi-NT, Salmonella typhimurium y otras, pueden colonizar selectivamente los microambientes hipóxicos de tumores sólidos, facilitando la entrega de proteínas terapéuticas dentro del tumor. Estas proteínas pueden incluir enzimas que convierten profármacos inactivos en fármacos citotóxicos o citoquinas que activan la respuesta inmune antitumoral. Esta vectorización dirigida mejora la localización del tratamiento y reduce la toxicidad sistémica.1

Beneficios a largo plazo:

  • Mejor respuesta inmune del huésped debido a la activación localizada de células T y producción de antígenos tumorales.
  • Posible restauración y modulación del microbioma intestinal que puede contribuir a la prevención del cáncer o mejora de la respuesta terapéutica.
  • Sinergia con terapias convencionales, aumentando la eficacia y reduciendo dosis necesarias, lo que puede disminuir efectos secundarios a largo plazo.1

Riesgos e incertidumbres a largo plazo:

  • Limita la evidencia clínica avanzada; la mayoría de los estudios están en fase preclínica o ensayos de fase temprana.
  • Consideraciones de seguridad: potencial inmunogenicidad, toxicidad sistémica, y necesidad de control sobre la replicación bacteriana.
  • Variabilidad individual según genética, estilo de vida y microbioma que puede afectar la colonización bacteriana y eficacia terapéutica.

Limitaciones de la investigación

La investigación sobre HapA y su aplicación en oncología enfrenta varias limitaciones actuales. Entre ellas destacan retos como la dificultad para identificar a los pacientes adecuados, la complejidad en el desarrollo y fabricación de terapias basadas en nuevas vías moleculares, así como la incertidumbre en el diseño y éxito de ensayos clínicos.

Además, aunque HapA es una vacuna contra el cáncer prometedora, por ejemplo en cáncer pancreático, su eficacia y aplicación clínica aún están limitadas por la necesidad de aumentar la inmunogenicidad tumoral y superar barreras terapéuticas propias del tumor y del sistema inmune.

También existen desafíos generales en oncología que impactan esta investigación, como la lenta accesibilidad a nuevos fármacos, las diferencias en disponibilidad de terapias según regiones y la necesidad de ensayos clínicos bien diseñados para validar tratamientos innovadores.

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