Impacto de la inactividad física en la salud: una proyección no augura nada bueno sobre lo que seremos en el 2050
El 31% de los adultos y el 80% de los adolescentes no alcanzan los niveles recomendados de actividad física
Joven práctica videojuegos. Crédito: New Africa | Shutterstock
Investigadores inquietados porque el 31% de los adultos y el 80% de los adolescentes no alcanzan los niveles recomendados de actividad física, realizaron un estudio que arrojó un panorama preocupante acerca de lo que pudiera ser nuestra salud y apariencia física en un futuro mediato.
En este sentido, presentaron a Sam, una proyección del individuo sedentario promedio para el año 2050, evidenciando los efectos perjudiciales de un estilo de vida inactivo.
Sam muestra síntomas como fatiga visual digital y envejecimiento prematuro, resultado del uso excesivo de tecnología y la falta de actividad física.
Datos de la inactividad física
De acuerdo con estas investigaciones, más del 30% de los adultos y 80% de los adolescentes no cumplen con los niveles recomendados de actividad física. Esta falta de ejercicio se relaciona con diversos problemas de salud a largo plazo, incluyendo enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Inmersos en esta realidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece metas para reducir la inactividad física en un 10% para 2025 y un 15% para 2030. Sin estos cambios, se estima que los costos globales para los sistemas de salud pública podrían alcanzar los $300,000 millones de dólares entre 2020 y 2030.
Para crear a Sam como una señal de advertencia de lo que podría suceder, sus creadores en la aplicación de salud WeWard dijeron a Newsweek que utilizaron una combinación de datos propios sobre los hábitos promedio de caminata diaria en 30 países.
El papel de los gobiernos
Los líderes de iniciativas, como WeWard, enfatizan la importancia de políticas para fomentar la actividad física. Se sugiere la creación de infraestructuras amigables para peatones y la promoción de herramientas digitales que incentiven hábitos saludables.
“Hay mucho que se puede hacer en el ámbito político para ayudar a aumentar la actividad física en las comunidades”, dijo Yves Benchimol, director ejecutivo de WeWard.
¿Cómo se mide la actividad física?
La actividad física se mide comúnmente en equivalentes metabólicos (MET), que representan la cantidad de energía consumida durante una actividad comparada con el estado de reposo. Por ejemplo, una actividad con un valor de 5 MET significa que se quema cinco veces más energía que estando en reposo.
También se puede medir la intensidad del ejercicio controlando la frecuencia cardíaca, donde se establecen zonas específicas para actividad moderada o vigorosa basadas en un porcentaje de la frecuencia cardíaca máxima.
Los niveles recomendados de actividad física para adultos son al menos 150 a 300 minutos semanales de actividad aeróbica de intensidad moderada, o 75 a 150 minutos de actividad de alta intensidad, o una combinación de ambas. Además, se recomienda realizar ejercicios de fortalecimiento muscular dos o más días por semana. Para los niños y adolescentes, se sugieren al menos 60 minutos diarios de actividad física moderada a intensa, incluyendo actividades que fortalezcan músculos y huesos al menos tres días a la semana.
¿Cómo puedo monitorear la actividad?
Existen diversas tecnologías que se utilizan actualmente para monitorizar la actividad física y motivar el ejercicio, combinando sensores wearables, aplicaciones móviles, realidad aumentada y virtual, y otras innovaciones en el ámbito deportivo.
Tecnologías wearables y sensores IoT
Los dispositivos portátiles como relojes inteligentes y pulseras de actividad monitorizan en tiempo real métricas clave como ritmo cardíaco, pasos, calidad del sueño, niveles de estrés y parámetros biomecánicos, ayudando a personalizar entrenamientos y prevenir lesiones. Estos sensores se conectan a aplicaciones a través del Internet de las Cosas (IoT), permitiendo acceder a análisis detallados y motivando mediante gráficas de progreso, metas y comparación social.
Realidad aumentada (AR) y virtual (VR)
La AR superpone información digital en el entorno real, ofreciéndose en forma de instrucciones visuales durante el ejercicio o retos virtuales, lo que aumenta la motivación y hace más entretenido el entrenamiento. La VR, por otra parte, permite sumergirse en entornos virtuales para practicar deportes o realizar entrenamientos en interiores, siendo útil también en rehabilitación física y entrenamiento mental.
Aplicaciones móviles y plataformas online
Aplicaciones gratuitas y de pago ayudan a definir objetivos específicos, registrar el progreso y ofrecer recomendaciones, promoviendo una mayor continuidad y compromiso en la actividad. Además, estas plataformas pueden ofrecer asesoramiento remoto, ayudando a potenciar los beneficios del ejercicio con soporte digital.
Tecnologías adicionales
El uso de GPS, sensores de movimiento y sistemas de análisis biomecánico permite analizar patrones de movimiento, optimizar la técnica y reducir riesgos de lesiones. Estos sistemas son utilizados tanto en deporte de élite como en entrenamiento personal, contribuyendo a una mayor motivación y cumplimiento de metas.
Así, las tecnologías para monitorizar y motivar el ejercicio incluyen wearables (como relojes inteligentes y pulseras), aplicaciones móviles, realidad aumentada y virtual, y sistemas de análisis biomecánico, que juntas favorecen la personalización del entrenamiento, motivan mediante visualización y comparación, y ayudan en la prevención de lesiones y rehabilitación.
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