Lluvias: el peligro no ha pasado
Sugieren precaución y estar alerta ante tormentas desde el jueves
Las zonas de los incendios de enero están bajo riesgo. Crédito: AP
El peligro no ha pasado en el condado de Los Ángeles, ya que se esperan nuevos chubascos desde el jueves y hasta el fin de semana por lo que expertos del Servicio Meteorológico Nacional (NWS) aconsejan a los residentes que sigan las alertas de emergencia y las instrucciones de evacuación de las autoridades debido al riesgo de derrumbes, aludes de lodo e inundaciones, especialmente en las zonas afectadas por los incendios de enero, particularmente Altadena y Pacific Palisades.
El paso de un río atmosférico por diversas regiones del sur de California provocó deslizamientos de tierra, árboles caídos, choques debajo de puentes en autopistas anegadas de agua, aludes de escombros, un frío intenso, aunque, afortunadamente, las autoridades civiles y de seguridad no han reportado fallecidos.
“Se espera un posible sistema de lluvias intensas desde la noche del jueves hasta el viernes, con un pronóstico de aire más seco posteriormente”, dijo a La Opinión, Eric Cohen del NWS.
Cohen destacó la importancia de contar con kits de emergencia y múltiples métodos de alerta.
Dijo que los recientes ríos atmosféricos se atribuyen a la humedad del Pacífico y a perturbaciones meteorológicas, y el noviembre más lluvioso del siglo aún se encuentra en evaluación.
Aunque aparecieron los rayos solares y nubes blancas, para el martes se esperaba que la intensidad de la lluvia fuese menor a 12 milímetros por hora e inundaciones menores en toda la región.
Sin embargo, en zonas aisladas podrían registrarse precipitaciones de hasta 25 milímetros, lo cual podría desencadenar inundaciones más graves y aludes de lodo.
Las autoridades mantienen los ojos sobre las zonas afectadas por los incendios de enero, que son las más propensas a sufrir deslaves e inundaciones debido a la vulnerabilidad de la zona tras el reciente siniestro que destruyó la vegetación y afectó el suelo, sobre todo después de la intensa lluvia del lunes por la noche que dejó 1.5 pulgadas en la zona del incendio Palisades.
En Altadena, en la zona afectada por el incendio Eaton, experimentó lluvias significativas con tasas de hasta 12.7 a 25.4 mm por hora, lo que provocó una alerta por inundaciones repentinas.
Las intensas lluvias del lunes causaron inundaciones menores, deslizamientos de rocas y posibles flujos de escombros menores, lo que llevó al Servicio Meteorológico Nacional (NWS) a emitir un aviso de inundación y una alerta por inundaciones repentinas para la región.
Ayer alrededor la una de la tarde el NWS advirtió sobre una fuerte tormenta eléctrica en la autopista 101 entre Ventura y Carpinteria, que provocó caos a los vehículos.
Además, en las riberas del Rio Hondo, en el Valle de San Gabriel, donde la intensidad de las lluvias desgajó senderos de tierra que terminaron en el cauce del rio.
En ese río, sobre el Bosque del Rio Hondo, debajo de un puente donde la corriente era ya casi débil, Arturo Álvarez, de 55 años, sacudía una colchoneta y ropa húmeda.
“Todo se mojó”, dijo el hombre, quien negó ser una persona sin hogar. “Hace algún tiempo estuve [viviendo] aquí, después de que murieron mi padre y mi madre”.
A un costado donde él descansaba y dibujaba, en una carpa improvisada y cubiertas por ramas sobre el lecho del rio se podía observar dos motocicletas, una bicicleta y un aparato de aire acondicionado. La corriente del río no las arrastró.
Si bien las condiciones del tiempo no han sido benévolas para las personas, también era posible que el martes cayera una ligera nevada en el tramo de Grapevine de la Interestatal 5.
“Además de la lluvia y la nieve, existía riesgo de tormentas eléctricas. A medida que la baja presión en altura se desplaza hacia el sur, una masa de aire frío e inestable traería consigo la amenaza de tormentas eléctricas a todas las áreas”, informó el Servicio Meteorológico Nacional. La amenaza de tormentas eléctricas se limitó al condado de Los Ángeles, así como a las zonas interiores de los condados de Ventura y Santa Bárbara.
Ya se levantaron las alertas por inundaciones repentinas para Pasadena, Altadena, Pacoima, Monrovia y Azusa, pero se mantiene la vigilancia.
Colisiones e imprudencia al manejar
En el recuento de los daños e incidentes de gravedad, el sábado, un auto chocó con otro en la autopista 101 en Ventura, mientras caía una fuerte lluvia.
Las imágenes muestran a conductores reduciendo la velocidad para rebasar un vehículo averiado en el carril derecho cuando un conductor, que circulaba a mayor velocidad, chocó por detrás a uno de los automóviles.
Según un video publicado por la Ventura Forward, en Instagram, el accidente ocurrió a las 6:00 a.m.
Un día antes, en Fullerton, una camioneta negra de doble cabina volcó en la avenida Chapman y su conductor fue trasladado a un hospital, en momentos cuando se vivían los momentos más fuertes de la tormenta invernal. La camioneta quedó con las llantas hacia arriba.
Al parecer, una camioneta SUV Ford azul claro circulaba en dirección contraria e invadió el carril contrario provocando que el chofer de la camioneta negra se desviara y volcara.
También el sábado, un enorme árbol se desplomó y aplastó un auto Toyota Rav4 que estaba estacionado en una calle de Altadena, la zona devastada por el incendio Eaton, en enero.
Los equipos de emergencia y rescate tardaron varias horas en cortar y retirar el árbol.
“Definitivamente, la combinación de suelos saturados [de agua] facilita la caída de los árboles”, dijo Cohen. “También influye el viento. Cuando el viento se combina con la lluvia, los árboles [nuevos o viejos] pueden caerse”.
La oficina de la alcaldía de Los Ángeles dio a conocer que no se reportaron daños significativos en la ciudad, cuyos equipos de mantenimiento y rescate respondieron a incidentes menores de árboles caídos e inundaciones localizadas.
“La zona afectada por el incendio de Palisades y el Valle de San Fernando experimentaron las lluvias más intensas”, dijo una portavoz de la alcaldesa Karen Bass.
Agregó que el Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD) coordinó con el Estado de California para reforzar y disponer recursos con el fin de responder a posibles flujos de escombros y condiciones de aguas rápidas.
El LAFD también añadió dos despachadores en el Centro de Comunicaciones Metro Fire para ayudar con cualquier posible aumento en el volumen de llamadas.
Además, el Centro de Operaciones de Emergencia de la Ciudad fue activado, y la Oficina de Seguridad Pública del Alcalde coordinó con el Departamento de Gestión de Emergencias, LAFD, LAPD, Obras Públicas del Condado de Los Ángeles y los departamentos municipales pertinentes para garantizar que todo el personal respondiera de manera eficiente y efectiva para mantener a salvo a los angelinos.
Llamado para estar alerta
Jonathan Torres, portavoz del Departamento de Bomberos del condado de Los Ángeles, dijo que, hasta el momento no se han podido determinar los daños provocados por la tormenta invernal.
Para los bomberos, como responsables de responder a rescates y proporcionar auxilio en una zona geográfica de 2,500 millas cuadras, es difícil determinar los daños materiales causados por las lluvias hasta ahora, además de que han recibido miles de llamadas.
“Nosotros siempre vamos a recomendarle a la gente que este atenta a las alertas de emergencia, a las aplicaciones en computadoras y teléfonos a donde se puede alertar a todos de cualquier peligro”, declaró Torres.
Quien siempre estuvo para cualquier contingencia fue la señora Martha Morales, una vendedora callejera de tamales y tacos de canasta.
“Cuando la lluvia estaba tan fuerte, mis hijos me trajeron ropa dos veces para cambiarme”, dijo. “¡Estaba empapada!”.
Aunque agradeció la lluvia durante varios días, no le gustó que, a consecuencia de la inclemencia del tiempo se le hayan quedado sin vender sus tamales de elote.
A la ola de lluvias intensas se sumó la imposibilidad de trabajar bajo los chubascos del fin de semana y vendedores callejeros latinos, como Jorge Temoc Medrano, ahora sufren para reunir el dinero para el pago de alquiler.
“Por cinco días no hubo ventas”, dijo el inmigrante vendedor de flores, a quien cada mañana se le encuentra en una acera de intersección de los bulevares Rosemead y San Gabriel, en la ciudad de Montebello. Su salario depende de sus ventas diarias.
“Yo pago $700 mensuales por un cuarto en Los Ángeles”, dijo “Pero nosotros no nos rajamos; le entramos al toro llueva o truene. Si no completo el dinero, pues pediré un préstamo, porque la renta nadie la perdona”.