“The Lion King” sigue siendo el rey de la escena

El regreso del musical de Disney a Los Ángeles, concretamente al Pantages Theatre, confirma la maestría visual de una obra inolvidable

Brown Lindiwe Mkhize destaca en el papel de Rafiki, el mono sabio en el musical 'The Lion King'.

Brown Lindiwe Mkhize destaca en el papel de Rafiki, el mono sabio en el musical 'The Lion King'. Crédito: Joan Marcus

The Lion King es ya el musical de más éxito en la historia de Broadway: sobrepasa los 1,000 millones de recaudación, y le arrebata la primera posición al legendario Phantom of the Opera. Pero eso es sólo una cifra. Muchas veces, el éxito comercial no implica precisamente calidad.

El musical (que detalla las desventuras del león Simba, quien se cree culpable de la muerte de su padre, el rey Mufasa, causada en realidad por su tío Scar) sigue triunfando —en Nueva York, en Londres y en mil y una ciudades alrededor del mundo— porque es, probablemente, el musical más bien orquestado para deleitar a todo tipo de audiencias. Lo que en inglés se describe como un verdadero “crowdpleaser”.

No es una obra maestra de la escena. Tampoco es el mejor musical creado por la filial teatral de Disney (ése mérito se lo lleva Mary Poppins). Pero es, sin lugar a dudas, un inolvidable espectáculo repleto de emoción, extraordinarios (aunque no excesivos) números musicales y un derroche de brillantez visual sin comparación.

Desde la pasada semana, The Lion King se está representando en Los Ángeles, donde ya llegó (y triunfó hacer unos años), en una prolongación de su gira nacional.

En muchas ocasiones, cuando una obra de estas características llega sólo por unas semanas, su efectividad escénica queda reducida por la diferencia de recursos humanos y económicos comparado con las producciones en Broadway, que residen en el mismo teatro durante años.

Hace unos meses, el Pantages Theatre, que acoge de nuevo a The Lion King, cerró la gira nacional de Beauty and the Beast, con una producción impresentable, actores mediocres y un diseño reducido a la mínima expresión de lo que se puede disfrutar en Nueva York durante años.

The Lion King, afortunadamente, se presenta en plenitud de sus facultades creativas. De ese modo, el virtuosismo visual que aportó su directora, Julie Taymor, en diversos cargos, sigue intacto.

Y la demostración de ello son números musicales como el que abre la función (The Circle of Life, con escenario y platea inundados de “animales” de todos los tamaños), otros incorporados al musical y que no formaron parte del filme clásico de Disney (como They Live In You, en el primer acto, o su emotiva repetición, He Lives In You, en el segundo, esta vez interpretado de forma magistral por Brown Lindiwe Mkhize en el papel de Rafiki, el mono sabio) y los indispensables e inolvidables temas que escribieron Tim Rice y Elton John para la película (I Just Can’t Wait to Be King, Hakuna Matata o el extraordinario Be Prepared, liderado por un elegante y sibilino Patrick R. Brown como el villano Scar).

Los actores de The Lion King en el Pantages cumplen con exquisita efectividad su función.

Pero, además de la música (que emplea temas ganadores del Oscar, compuestos por Hans Zimmer) son las máscaras, las marionetas, los decorados minimalistas y la explosión de luces y color lo que consigue que The Lion King sea un recuerdo imborrable en la memoria del espectador.

The Lion King seguirá sus representaciones en el Pantages Theatre (6233 Hollywood Blvd., LA) hasta el 12 de enero. Horarios: de martes a domingo (y los lunes 23 y 30 de diciembre; cerrado el 25 de diciembre y uno de enero — martes a jueves a las 7:30 p.m., viernes a las 8:00 p.m., sábados a las 2:00 p.m. y 8:00 p.m., y domingos a la 1:00 p.m.). Boletos de $60.75 a $174.95. Más información: http://www.hollywoodpantages.com

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