Cambiar para que siga igual
Las nuevas guías sobre el uso de la fuerza mortal por parte de los agentes de la Patrulla Fronteriza es un camino positivo hacia la transparencia, pero todavía falta un largo recorrido para que esta fuerza responda claramente sobre sus acciones ante el público como corresponde a una fuerza policial regular.
En un principio el jefe de la Patrulla, Michael Fischer, rechazó las recomendaciones de un reporte que fue parcialmente censurado y meses más tarde otra porción fue filtrada a los medios en que criticaba el uso de la fuerza mortal cuando le tiran piedras a los agentes y cuando disparan contra vehículos en movimiento.
Parece que la llegada del nuevo secretario del Departamento de Seguridad Interna, Jeh Johnson, hizo que Fischer cambiara de postura, resultando de allí las nuevas normas dadas a conocer hace unos días.
Allí básicamente se le recomienda a los agentes tomar en cuenta “la totalidad de las circunstancias” al estimar si ellos están en peligro y por eso deben disparar a matar. El sindicato que agrupa a los agentes respaldó las guías porque les “recuerda a los agentes buscar alternativas y no restringe el uso de fuerza mortal”.
Creemos que la nueva norma responde a la indignación general por el abuso de poder de los agentes sin hacer grandes cambios. Es más relación pública que transformación de la cultura de gatillo rápido de la Patrulla Fronteriza.
Un cambio significativo en la transparencia habría sido, por ejemplo, si se diera a conocer por completo el reporte del Police Executive Research Forum. A partir del análisis de una respetada fuente policial surgen las reformas necesarias.
También es necesario conocer la manera en cómo investigan los tiroteos que se relacionan con sus agentes, los resultados de la pesquisa y los nombres de los mismos. Los contribuyentes tienen derecho a saberlo. La labor del patrullero es difícil, pero debe responder sobre sus acciones como cualquier agente del orden.
Las nuevas guías no son una gran ayuda para evitar los abusos, como tampoco contribuye a la transparencia necesaria para evitar que los agentes maten a balazos a menores de edad en el otro lado de la frontera ni disparen irresponsablemente contra vehículos.