Republicanos y el Tea Party
La temporada de elecciones primarias está dando al ‘establishment’ republicano un respiro gracias a la victoria de sus candidatos contra los del movimiento Tea Party. Es que las victorias de los insurgentes partidarios de hace unos años habían perjudicado electoralmente al Partido Republicano en su momento.
Las derrotas de los candidatos federales del Tea Party en Carolina del Norte, Kentucky, Ohio y Texas son muy significativas, ya que en el pasado, el triunfo de los populistas conservadores produjo candidatos sin experiencia que con sus errores y el extremismo de sus posturas facilitaron éxitos demócratas.
Ahora el panorama cambia. Hay un esfuerzo financiero de sectores republicanos más tradicionales que ven con desconfianza el populismo intransigente del Tea Party, un movimiento que prefiere un purismo ideológico extremo al pragmatismo conservador moderado, que puede ganar elecciones.
Pero fuerza es reconocer que los republicanos en general se han acercado a los ideales del Tea Party, tal como se refleja con frecuencia en la Cámara Baja. Los ejemplos abundan: desde el cierre del Gobierno hasta los votos contra Obamacare; desde la inflexibilidad ideológica en el presupuesto hasta la cerrazón en cuanto a la reforma migratoria.
Esta proceso acerca al ‘establishment’ republicano a los más conservadores, pero aleja a los votantes moderados en una elección general.
El caso típico es el del voto latino, muchas veces pendular por su pragmatismo, y que en su mayoría ha rechazado las posturas mas radicales del Congreso, que a su vez son las más populares entre los simpatizantes del Tea Party.
Habrá que ver en noviembre si la estrategia de desplazamiento del Tea Party ayudará a los republicanos a tomar el Senado. Habrá que ver quién sale a las urnas en esa fecha. Lo cierto es que a largo y mediano plazo, el esfuerzo republicano de aceptar las posturas más extremistas para aplacar a la base populista le perjudicará a nivel nacional.
Eso no le conviene a los republicanos ni a los latinos que verán sus opciones políticas limitadas a un solo partido.