McCarthy y la inmigración
La elección del congresista Kevin McCarthy como líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes debería ser una buena señal para la reforma migratoria. El congresista de California es uno de los republicanos que la ha respaldado, sin embargo, no se debe esperar mucho al respecto.
El ascenso de McCarthy del tercer puesto al segundo dentro del liderazgo legislativo es un indicio de las conexiones y alianzas internas logradas por el californiano durante los ocho años que lleva en el Congreso federal. No significa necesariamente que en la bancada republicana se haya aceptado la agenda del nuevo líder. Lo más probable es que haya sido al revés.
El tema de la reforma migratoria sigue encarnando un mar de contradicciones entre los congresistas republicanos que temen perder un sector conservador en las elecciones, si votan medidas razonables, al mismo tiempo que no quieren dar la imagen de estar en contra de un tema importante para el votante latino. De ahí, su discurso de reconocer que las leyes migratoria están anticuadas necesitando un cambio mientras que también dicen desconfiar del presidente Obama por no actuar según esas leyes anticuadas.
Esta deducción razonablemente debería conducir al cambio por leyes actualizadas para que el mandatario puede implementarlas, pero la bancada republicana prefiere hacer politiquería que no soluciona ni las leyes antiguas ni la supuesta inacción ejecutiva. Su único interés es explotar y manosear la cuestión migratoria con un fin electoral.
El que McCarthy este en una nueva posición de liderazgo puede significar a largo plazo una esperanza para la reforma. Sin embargo, hoy por hoy el californiano sabe que su futuro inmediato depende en no enojar a la ala más conservadora y la manera de no hacerlo es guardarse la reforma migratoria para otro momento.