Senadores bipartidistas promueven levantamiento del embargo contra Cuba
Medida busca alentar apoyo de conservadores
Para superar la ventaja que otros países tienen en el mercado cubano, un grupo de senadores bipartidista presentó este jueves un proyecto de ley contra el embargo impuesto a Cuba desde 1962, pese al muro de oposición que ya afronta en el Congreso.
El “Acta de Comercio con Cuba” (“Cuba Trade Act”), presentado por el senador republicano por Kansas, Jerry Moran, y el senador independiente por Maine, Angus King, facilita las exportaciones de bienes y servicios a Cuba, e incluye en sus cuatro páginas cláusulas para ganar el apoyo de los conservadores.
Por ahora, tanto los negocios que quieren vender sus productos a Cuba como los consumidores que los deseen en la isla, tendrán que superar varias trabas en un Congreso, bajo dominio republicano, aún hostil a la apertura hacia el país caribeño.
Buscando el “sí” de los conservadores
Para endulzar el oído de los conservadores, la medida protege a los contribuyentes estadounidenses en el caso de que Cuba no cumpla con su plazo de pagos en las líneas de crédito otorgadas por bancos o negocios estadounidenses.
También prohíbe el uso de fondos públicos para promover el comercio y la apertura de mercados en la isla, que tiene un potencial de 11 millones de consumidores.
Además deja intacta la prohibición de cualquier ayuda exterior de EEUU a Cuba así como de cualquier crédito financiado por el gobierno federal para operaciones comerciales.
Moran está convencido de que el prohibir el uso de subsidios para las ventas a Cuba eliminaría cualquier excusa contra la aprobación de la medida.
Además está el argumento económico: el sector empresarial, sobre todo en el área agropecuaria, saldría ganando con esta legislación, tomando en cuenta que, en la actualidad, Cuba compra trigo a la Unión Europea por un valor anual de $150 millones.
“Lo que está claro es que 54 años de una fallida política no ha hecho nada para apoyar al estadounidense o cubano promedio. Un fin al embargo aumentaría la demanda de bienes estadounidenses, y crearía empleos donde éstos se producen”, dijo a este diario James Williams, presidente de “Engage Cuba”, un grupo que impulsa el levantamiento del embargo.
Oposición republicana
Como en años anteriores, varios líderes republicanos se oponen ferozmente a medidas que, su juicio, beneficien o premian al régimen en La Habana.
La semana pasada, el senador republicano por Florida y precandidato presidencial, Marco Rubio, presentó una medida para “prevenir el enriquecimiento del Ejército cubano”.
Su oficina dijo a este diario que Rubio tampoco apoyará el proyecto de ley de King y Moran.
“El senador Rubio se opone a cualquier concesión unilateral para el régimen castrista que enriquezca a su represivo Ejército y sus servicios de seguridad y que, en cambio, no logre resultados concretos” de reforma en la isla, dijo Alex Burgos, portavoz de Rubio.
Para Rubio, el régimen castrista necesita adoptar reformas políticas y el respeto a los derechos humanos; la repatriación de terroristas y fugitivos en la isla; la compensación por propiedades confiscadas, y el levantamiento de restricciones a los diplomáticos estadounidenses en Cuba.
Otra sesión, otro esfuerzo
El embargo de hace más de 50 años está codificado en las leyes de EEUU y, por lo tanto, sólo el Congreso puede levantarlo mediante una legislación.
Está por verse si, de cara a los comicios del 2016, el proyecto de ley presentado hoy, que tiene apoyo de grupos empresariales, llegará a buen puerto.
Casi todas las sesiones legislativas han incluído alguna medida para flexibilizar o poner fin al embargo en ambas cámaras del Congreso.
En enero pasado, varios senadores de ambos partidos, entre ellos Moran, presentaron una iniciativa para eliminar las restricciones de viaje a Cuba, pero ésta no ha sido sometida a voto, arrinconada al igual que una que presentó en febrero la senadora demócrata por Minnesota, Amy Klobuchar, para flexibilizar el comercio con la isla.
El esfuerzo más significativo ocurrió durante la presidencia del demócrata Bill Clinton quien, en privado, le confiaba a sus asesores que la política hostil hacia Cuba y, en particular, el embargo, eran “contraproducentes”.
Pero esos esfuerzos se esfumaron tras el derrumbe, en febrero de 1996, de dos aviones del grupo anticastrista “Hermanos al rescate” por parte de la Fuerza Aérea cubana.
Ahora, con el inicio del deshielo entre EEUU y Cuba, los partidarios de la nueva medida creen que, esta vez, sí habrá un mayor apoyo para desmantelar una reliquia de la Guerra Fría.
En la actualidad, el 59% de los estadounidenses apoya eliminar el embargo, un aumento sobre el 50% que opinó lo mismo a principio de esta década, según una encuesta de febrero pasado de la empresa Gallup.