La Serie Mundial de las maldiciones se topa con un enemigo inesperado: la lluvia

Cleveland vino de atrás para empatar el juego 6-6 y mantener el suspenso entre dos equipos que se combinan para 176 años sin ganar un campeonato

Rajai Davis, de los Indios, da vuelta al cuadro tras empatar el juego 6-6 en la octava entrada.

Rajai Davis, de los Indios, da vuelta al cuadro tras empatar el juego 6-6 en la octava entrada. Crédito: Getty Images

El séptimo y decisivo juego de la Serie Mundial entre  Cachorros de Chicago e Indios de Cleveland alcanzó el extremo de drama al empatarse 6-6 en la octava entrada y mantenerse empatado luego de nueve innings. Entonces llegó un invitado indeseable: la lluvia. Los umpires decidieron interrumpir el juego confiados en reanudarlo.

Arriba 6-3 en la octava entrada en favor de Chicago y con dos outs, el manager Joe Maddon llamó al cerrador cubano Aroldis Chapman para relevar a Jon Lester. Chapman había lanzado una noche antes en lo que muchos consideraron un gasto innecesario de Maddon en la paliza de 9-3 de su equipo. Y desde el primer bateador que lo enfrentó se vio que el zurdo no venía bien.

Brandon Guyer le pegó doble para impulsar a un corredor dejado en base por Lester para poner el juego 6-4 y luego vino a batear Rajai Davis, quien le conectó hasta cuatro foules a Chapman antes de encontrarse una rápida baja y volarse la barda del izquierdo para hacer explotar a Cleveland y arrancarle el aliento a Chicago y sus millones de fans a lo largo y ancho del país. Era el 6-6 y el drama de ver cómo una historia de debacles de los Cachorros podía extenderse un año más.

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