¿Tiene oportunidad el América de ganarle al Real Madrid en el Mundial de Clubes?

Todo está servido para que se enfrenten el campeón europeo y el sudamericano, pero las Águilas podrían tener la última palabra

Silvio Romero (der.) festeja uno de sus goles al Jeonbuk Hyundai de Corea.

Silvio Romero (der.) festeja uno de sus goles al Jeonbuk Hyundai de Corea. Crédito: Mexsport

El mundial de clubes no es un torneo justo. Nunca lo ha sido.

Todo está servido para que el campeón de Europa y el campeón de Sudamérica se enfrenten en una final como sucedía antiguamente con la ya extinta Copa Intercontinental.

¿El objetivo? Determinar en cuál de los dos continentes con más tradición futbolística se encuentra el mejor club del mundo.

Pero incluso ese calificativo tampoco es justo, ya que la diferencia económica entre ambas regiones es gigantesca y mientras el fútbol europeo se nutre de los mejores futbolistas de cualquier parte del planeta, el resto se tiene que conformar con los jugadores que no pudieron -o no quisieron- dar el salto.

De allí que el valor estimado de unos US$830 millones del Real Madrid es más de seis veces la suma del valor de los otros seis equipos presentes en Japón (US$124 millones, según el sitio especializado Transfermarket).

En este escenario es de suponer que el conjunto blanco vencerá al América este jueves en semifinales.

El campeón de Europa ha triunfado en ocho de las 12 ediciones que se han disputado hasta ahora, una diferencia que ha quedado aún más marcada en los últimos nueve años en los que sólo el Corinthians interrumpió la racha al vencer al Chelsea en 2012.

Pero es ese triunfo, y los otros tres que ha logrado arrebatarle el fútbol sudamericano, o mejor dicho brasileño a Europa, los que dan un hilo de esperanza a las Águilas mexicanas de poder dar la sorpresa y conquistar un título que nunca han podido levantar

La fórmula

A diferencia del primer “mundialito” jugado en Brasil en 2000, un torneo experimental en el que los equipos brasileños contaron con la ventaja de jugar en casa, arropados por su afición y bajo el intenso calor en enero del verano sudamericano (Corinthians venció a Vasco de Gama en la final), el resto de los triunfos fueron un calco en su concepción.

Hubo un arquero inspirado, una defensa sólida y disciplinada, un centro del campo luchador y entregado a la causa y una delantera rápida al contragolpe, atenta para aprovechar cualquier mínima oportunidad.

Con esta fórmula fue que el Sao Paulo le ganó a Liverpool en 2005 e Internacional superó al Barcelona en 2006, además del mencionado triunfo del Timão en 2012.

Los tres partidos terminaron 1-0 pese a que las estadísticas favorecieron claramente a los equipos europeos (52 disparos contra 23, 30 tiros de esquina por 6, un promedio de posesión del balón del 55%).

El mismo Real Madrid también sufrió una suerte similar en el pasado cuando empató a 1-1 contra el Necaxa mexicano en el partido del tercer y cuarto puesto del primer mundial de clubes y que perdió en la definición por penales.

A eso hay que sumarle las dos derrotas que sufrió a manos de Boca Juniors ese mismo año en la Copa Intercontinental (se recuerdan de Riquelme y Palermo) o cuando fue superado por el Peñarol uruguayo en 1966, aunque por aquella época había más paridad.

“Más sueltos”

El América propone un fútbol distinto al de Nacional, pero no es casualidad que haya llegado por segundo año consecutivo al mundial de clubes y se encuentre en la final del campeonato en su país.

Sabemos quién es el Real Madrid, a sus jugadores“, advirtió el técnico Ricardo La Volpe tras el sufrido triunfo contra el Jeonbuk Hyundai gracias a los dos goles del argentino Silvio Romero.

Saldada la “obligación” de ganarle al conjunto surcoreano, La Volpe está convencido de que el partido del jueves será diferente y que sus jugadores estarán más “sueltos”.

Los parámetros se han acortado, las camisetas no ganan partidos, sino los hombres. Hablaremos con los jugadores para redoblar esfuerzos si queremos ganar el partido. En el uno contra uno podemos quedar mal por la calidad de ellos, pero se les puede contrarrestar achicando espacios”, dijo.

Lo que se prevé es que el técnico disponga de un clásico 4-4-2, muy compacto en defensa para evitar los espacios que el equipo entregó el pasado fin de semana.

“Nadie cree en nosotros, pero lo que nadie espera puede pasar”, advirtió.

Puede que pase, pero es poco probable que eso suceda, así como que América se convierta en campeón del mundo el próximo domingo.

Para ello deberán estar inspirados, tener solidez y disciplina, luchar y creer, además de rapidez. Pasó en el pasado y volverá a ocurrir en el futuro. ¿Por qué no esta vez, en el presente?

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