El caso de los Jaguares de Chiapas, otra vergüenza del futbol mexicano

La Liga MX incumple sus advertencias y desobedece su reglamento, lo cual marca la gran diferencia respecto a la MLS, donde impera el orden y la transparencia

El caso de insolvencia de los Jaguares es de pena ajena.

El caso de insolvencia de los Jaguares es de pena ajena. Crédito: Imago7

El campeonato de liga del fútbol mexicano puede cambiar de nombre, de imagen y hasta de presidente, pero no así sus vicios y su poca disposición a cumplir con cabalidad sus propios reglamentos, porque sus dirigentes, por más costosa que sea la escenografía donde aparecen, a final de cuentas son los mismos.

El fútbol mexicano vive hoy día una nueva y vergonzosa historia con la cual vuelve a dejar en el ambiente ese tufillo de liga viciosa y obediente a intereses particulares, características con las cuales marca diferencia respecto a la MLS, en la cual situaciones como la actual de los Jaguares de Chiapas, cuya directiva sigue sin cumplir sus compromisos salariales, no ocurren.

Jaguares de Chiapas está a la venta porque su dueño Carlos López Chargoy, también propietario del Puebla (quizá sólo en México un mismo dueño posee dos equipos en la misma liga), no puede hacer frente a los gastos de sus plantillas, una de las cuales desde el año anterior cobra su salario por parcialidades.

En México existe un compromiso de terminar con la multipropiedad para el mes de mayo, pero este tipo de acuerdos se rompen con la misma facilidad con la cual un niño se come un chocolate. Atlas y Morelia por un lado, Pachuca y León por el otro, además de los referidos Jaguares y Puebla, comparten intereses comerciales en un campeonato de 18 clubes y que en años anteriores contaba incluso con más equipos de un mismo dueño, como lo llegaron a ser el América, Necaxa y San Luis, o Santos y Toluca.

Esta sui géneris característica siempre ha sembrado dudas en el campeonato mexicano, hasta hoy considerado como la mejor liga del área de la Concacaf, pero cada vez más pendiente del aliento de la MLS de los Estados Unidos, donde el manejo administrativo, como en el resto de sus deportes, casi nunca deja lugar a situaciones nebulosas como ocurre en la liga de México.

En el caso de los Jaguares de Chiapas, su directiva quedó advertida desde el pasado diciembre acerca de la necesidad de liquidar sus adeudos para tener posibilidades de participar en el “Draft” de futbolistas, también conocido como “mercado de piernas”, cuyo objetivo es reunir a todos los equipos en una sola sede para comprar, vender o traspasar futbolistas.

“A pesar de que Jaguares ha venido haciendo pagos, si no cumple, no participará en el Draft de este invierno y sólo podrá transferir en definitiva”, amenazó hace poco más de un mes Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX; era el pasado 5 de diciembre.

Días después, la directiva chiapaneca realizó algunos pagos, logró nuevos acuerdos con sus futbolistas y recibió luz verde para participar en el “mercado de piernas”; eso sí, lo hizo un día después del plazo establecido por la Liga MX.

En la amenaza inicial del titular de la liga mexicana también había una advertencia aparentemente innegociable y por lo tanto definitiva: “Si para el 28 de diciembre no tiene las cuentas en cero, el club no podrá iniciar el próximo torneo. La estadística se modificará, todo lo que haya surgido o emanado de la participación de Jaguares en el club en el Torneo Apertura se borrará”, desafió el propio Bonilla.

Sin embargo, el torneo inició con Jaguares sin liquidar al completo sus compromisos anteriores, una dirigencia de la Liga MX con la cabeza dentro de la tierra y la Federación Mexicana de Fútbol pendiente de la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y el análisis de cómo se podrá ver afectado su gran negocio: llevar al Tricolor a jugar al territorio vecino.

Fue el presentador André Marín, en el programa La Última Palabra de la cadena Fox Sports, quien la semana anterior presentó en pantalla documentos con los cuales probaba el incumplimiento de los compromisos administrativos de los Jaguares ante la vergonzosa complacencia de la Liga MX.

Según el artículo 66 del Reglamento de Afilación, Nombre y Sede, “puede ser causal de desafiliación para un club el incumplimiento de las obligaciones financieras para la FMF o sus afiliados”, como lo son los futbolistas de cualquier equipo; sin embargo, y pese al ultimátum puesto por el propio presidente de la Liga MX, con Jaguares nada ocurrió y, por supuesto por tratarse de México, ni ocurrirá.

Nuevo plazo

Una vez hechos públicos los documentos de adeudo a algunos futbolistas de los Jaguares y estallado el cohetón mediático, entonces sí reapareció ante la prensa el presidente Bonilla, quien lanzó una nueva sentencia sobre su anteriormente condenado y absuelto acusado chiapaneco.

El titular de la Liga MX dio como nuevo plazo el 30 de enero, sin embargo adelantó que la desafiliación del equipo del sureste mexicano no se llevará a cabo dado que la directiva llegó a un arreglo de palabra con la plantilla: pagará en plazos a sus futbolistas, esto pese a lo estipulado por el pisoteado reglamento de competencia.

“Para la Liga MX no es agradable la situación que se da con el club Jaguares, pero si la parte afectada está de acuerdo en los pagos diferidos, el club puede continuar con sus labores”, explicó esta vez Bonilla.

La imagen de la Liga MX sonroja tanto como su desatención al ordenado, estratégico, exitoso y continuo crecimiento de la Major League Soccer, liga con finanzas sanas y cada vez mejores jugadores como Pirlo, Villa, Giovinco, Lampard o Drogba.

En México mucho se ha platicado en foros diversos de la viabilidad de tener un torneo más saludable con 16 o hasta 12 equipos, pero los dirigentes se muestran reacios a la posibilidad e incluso algunos se aventuran a visualizar una competencia con 20 clubes (hoy son 18), pese a la experiencia de que año con año se evidencia a algún equipo con problemas de liquidez.

En aquel país los vicios suelen parecer eternos y el tener dueños de clubes con capital de procedencia dudosa (muchos son los rumores de que ha habido propietarios prestanombres o ligados a negocios ilícitos) o que operan con dinero procedente de los gobiernos estatales (que los llevan a sus tierras para sumar popularidad) siempre ha sido una carga negativa para la imagen interna de la liga mexicana, lo cual es impensable en la MLS.

Según Bonilla, ya habló con Carlos López Chargoy, propietario de los Jaguares y el Puebla, a quien solicitó vender la franquicia de los chiapanecos a más tardar al término del actual torneo Clausura 2017; incluso, la Liga MX ratificó este dicho a través de un tweet: “Se le solicitó al señor Chargoy que debe deshacerse del Club Jaguares de Chiapas, para la siguiente temporada”.

De hecho, el jueves anterior Hugo Sánchez, exfigura del Real Madrid y hoy analista para la cadena ESPN, hizó público su interés por hacerse de la franquicia del Puebla. “No descarto la posibilidad de comprar al Puebla y colaborar con el balompié mexicano. Me he preparado como directivo, por eso estuve 14 años como dirigente en la FIFA.”

Lo dicho, en el fútbol mexicano, todo puede suceder.

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