Hallan vivo a niño autista

Rescatistas logran dar con él en zona montañosa de San Bernardino

Algunas huellas que dejó en el camino, así como su camisa abandonada, fueron claves para que uno de los sabuesos guiara a varios rescatistas al paradero de un niño autista de 8 años de edad. El menor había escapado de una escuela para perderse por casi 24 horas en una zona de barrancos en las montañas de San Bernardino.

Joshua Robb, que ayer fue transportado al hospital de Loma Linda para una revisión médica, fue encontrado casi una milla y media dentro del espeso bosque, “deshidratado y hambriento” pero sin aparentes heridas, según Rick Ells, vocero del Departamento del Sheriff del Condado de San Bernardino (SBSD).

“El niño caminó hacia los rescatistas y les dijo ‘gracias, me salvaron'”, relató Ells a varios reporteros apostados en las afueras de la oficina del SBSD en la localidad de Twin Peaks, una ciudad a 70 millas al noroeste de Los Ángeles .

“No puedo ni explicar lo extraordinario de todo esto, ese terreno es realmente escabroso”, agregó.

Los padres de Joshua, que habían estado esperando noticias adentro de ese lugar, se fundieron en un abrazo al recibir la noticia justo cuando realizaban una entrevista con algunos medios televisivos.

Entre llantos, la madre Trisha Calcott dijo que no le importaría “ponerle pega si es necesario para que no vuelva a dejarnos”, y agradeció a los rescatistas por el esfuerzo. Su padre Ronnie Robb exclamó: “Ese es mi muchacho, yo sabía que lo encontrarían”. Agregó que no le importaba nada más que saber “que está vivo”.

Según las autoridades, Robb se escapó el pasado lunes alrededor de las 11:00 a.m. de la escuela Grandview Elementary, un centro educativo que colinda con el espeso bosque y varios barrancos.

El niño que padece de autismo, una enfermedad que hace que las personas se aíslen y tengan problemas de socialización y comunicación, se escabulló por las barras metálicas que rodean la zona de juegos de la escuela, que está ubicada a pocas millas de la turística villa del Lago Arrowhead.

Según la directora de la escuela, Kristine Higgs, varios empleados intentaron encontrar al menor inicialmente, pero al no tener éxito dieron parte al Sheriff. En cuestión de minutos al menos cinco agentes y un helicóptero iniciaron una búsqueda por el lugar que no tuvo éxito.

Ayer por la mañana, la búsqueda continuó desde temprano con al menos 60 rescatistas, así como cuatro perros de búsqueda proporcionados por el Sheriff de Los Ángeles, y dos helicópteros.

Cindy Bachman, del SBSD, dijo a La Opinión que la condición médica de Joshua, la inclemencia del tiempo y lo peligroso del terreno era la mayor preocupación que tenían las autoridades.

“Teníamos a un niño que no reconoce el peligro y no estaba vestido para esta temperatura”, expresó Bachman, quien recalcó respecto de la lluvia que había caído sobre las montañas antes del rescate y los casi 60 grados Farenheit de temperatura que se registraron en la noche.

“Animales salvajes, no tenía alimento o agua, era algo preocupante”, agregó.

Según Nancy Jackson, directora de la organización Autismo Tratamiento y Cuidado, el extraviarse es uno de los síntomas principales del autismo y algo que obliga a que las personas al cuidado de estas tomen más cartas en el asunto.

“El autismo es una epidemia y desafortunadamente este no creo que sea el último caso que escucharemos”, expresó, destacando la reciente muerte de una menor que fue encontrada ahogada en Hampton, Virginia, el jueves pasado.

En el caso de Joshua, las autoridades creen que lo crucial fue que los rescatistas habían descubierto inicialmente las huellas muy cercanas a un muro de contención de la escuela, así como la camisa del menor.

La búsqueda, sin embargo, había sido extendida en algunas partes la ciudad que está rodeada de varias casas y cabinas para vacacionar.

Algunos voluntarios como Damian Durrelo se unieron a dicha búsqueda. “No me puedo imaginar el susto que pudo pasar el menor solo en la noche en ese bosque con lluvias y relámpagos”.

No se sabía ayer si el menor sería devuelto a sus padres, ya que recientemente había sido puesto en custodia del departamento de menores, luego que un vendedor de bienes raíces lo vio amarrado en el patio de su casa. Los padres justificaron que era imposible detenerlo mientras empacaban luego de haber sido desalojados de su casa por reposesión.

La custodia temporal la tenía una maestra de su escuela, quien ayudaba a los padres mientras se reubicaban en la zona.

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