Abucheos dieron la vuelta al mundo: soldado gay reacciona

Soldado gay habla de reacción a su pregunta en debate GOP

SAN FRANCISCO.- El capitán del ejército Stephen Hill dice que no estaba tratando de sumar puntos políticos cuando preguntó a los candidatos presidenciales republicanos si restablecerían la prohibición a los homosexuales de prestar servicios abiertamente en el ejército de EEUU.

No le preocupaba que su pregunta en un debate, planteada a través de un video de YouTube grabado en Irak, podría generar abucheos o revelar su orientación sexual a millones de personas, incluyendo a sus superiores y compañeros en el ejército.

En lo único que pensaba Hill en septiembre era en su marido desde hacía cuatro meses y medio, Joshua Snyder, en Columbus, Ohio.

Ahora que se ha levantado la política de “no preguntes, no digas”, necesitaba saber si los militares darían el siguiente paso y reconocerían su matrimonio, o si un nuevo presidente intentaría obligar a los soldados como él a volver a mantener el secreto.

“Estaba mirando hacia el futuro con la esperanza de que todo el mundo se diera cuenta de que somos soldados en primer lugar, siempre”, dijo Hill, 41, reservista del ejército que regresó la semana pasada de su despliegue lejos de su hogar durante un año. “Tenía la esperanza de que ‘No preguntes, no digas’ sería un recuerdo lejano para todo el mundo”.

En una entrevista con The Associated Press, Hill reflexionó públicamente por primera vez sobre sus razones para presentar la pregunta pregrabada para el debate del 22 de septiembre, así como su reacción a los abucheos que se escucharon en todo el mundo; la respuesta que dio el exsenador Rick Santorum y que recibió un atronador aplauso; y la indignación expresada en su nombre por, entre otros, su comandante en jefe.

Con Snyder en el teléfono, Hill miró el debate en vivo desde Irak a las 4 a.m. Y esto es lo que preguntó: “En 2010, cuando me enviaron en despliegue a Irak, tuve que mentir sobre quién era porque soy un soldado homosexual y no quería perder mi trabajo. Mi pregunta es, en una de sus presidencias, ¿tienen la intención de sortear los progresos que se han hecho para soldados gays y lesbianas en el ejército?”.

Santorum respondió que él restablecería la prohibición de que soldados homosexuales sirvieran abiertamente porque “cualquier tipo de actividad sexual no tiene absolutamente ninguna cabida en el ejército”.

“Lo que estamos haciendo es jugar a la experimentación social con nuestras fuerzas armadas. Eso es trágico”, continuó. “Deje el asunto en paz. Guarde para usted la información de si es homosexual o heterosexual”.

Hill dice que apenas estaba registrando el hecho de que acababa de mostrarse tal cual era en la televisión nacional cuando absorbió los abucheos y la respuesta de Santorum seguida de aplausos.

“Cuando se produjeron los abucheos, se me vino todo abajo, porque mi primera reacción fue, ¿hice algo malo?”, dijo. “La respuesta, obviamente, no era muy favorable a las personas homosexuales, y hubo mucho miedo de cómo tomaría la pregunta el ejército”.

No tuvo que esperar mucho para saberlo. En el desayuno de esa mañana, estaban pasando las imágenes en la televisión del comedor. Hill miró de inmediato a su comandante, quien le dijo que ella no tenía ningún problema con lo que había hecho, pero que tendría que informar a la cadena de mando. Más tarde le transmitió la respuesta.

Dijo, “Lo que más le preocupa al ejército es que usted esté bien, porque hay mucha presión sobre usted y queremos saber si hay algo que podemos hacer para ayudar”, recordó.

El presidente Barack Obama, una semana después, reprendió a los contendientes republicanos por permanecer silenciosos mientras varias personas abucheaban a un soldado estadounidense. Santorum dijo que no había escuchado los abucheos, pero condenó a los miembros de la audiencia que lo hicieron.

Lo que Hill recuerda más es que un candidato presidencial definió su matrimonio y su servicio militar en términos de sexo. Lo recuerda junto con las veces que tuvo que esconder la foto de Snyder porque amigos del ejército venían a jugar juegos de video, las veces que presentó a su marido como su compañero o hermano y los votos legales que intercambiaron ante la tumba del sargento de la Fuerza Aérea Leonard Matlovich, quien fue dado de baja en 1975 después de convertirse en el primer miembro de servicio gay en desafiar la prohibición para militares estadounidenses homosexuales.

El mes pasado Snyder y Hill se unieron a otras parejas militares del mismo sexo para demandar al gobierno por los mismos beneficios que las parejas heterosexuales militares, que el Pentágono les niega argumentando que la ley federal define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.

“No se trata de sexo”, dijo Hill. “Un privilegio especial no es ocultar fotos en mi casa, o Dios no lo permita, estar nuevamente bajo disparos de mortero y no saber si reconocerán a Josh. Estoy peleando todos los días para proteger los derechos de todos como seres humanos, y me parece contradictorio estar luchando por esos derechos y no tenerlos”.

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