Cuidan salud de campesinos en Oxnard

Empresa decide financiar una clínica para la cobertura de sus trabajadores

Ricardo Saenz trabaja en los cultivos de frambuesa, en Oxnard. Este año ha tenido que acudir al médico en cuatro ocasiones diferentes, pero no se preocupa porque la clínica le queda cerca, su doctor habla español y el copago y las medicinas le cuestan 5 dólares.

Lo mejor de todo es que solo paga dos dólares a la semana por la prima del cuidado de salud.

La empresa para la cual trabaja Saenz, Reiter Affiliated Companies -cultivadores de la marca de fresas y frambuesas Driscoll- optó por financiar una clínica para sus empleados. Siempre ofrece cobertura médica tradicional, pero solo un 20% de sus empleados se ha quedado con las pólizas tradicionales.

Yissel Barajas, directora de este programa de salud, explicó que anteriormente, si bien los empleados tenían cobertura de salud, no utilizaban los servicios. Algunos trabajadores consideraban que el acceso al médico era muy complicado, mientras que otros simplemente no sentían ninguna conexión con los proveedores.

El 100% de los 18,000 trabajadores fijos y temporales de esta empresa son inmigrantes de Latinoamérica, la mayoría de zonas rurales de México.

“Nos dimos cuenta que el seguro médico estándar no estaba proveyendo los servicios que los trabajadores necesitaban y optamos por contratar directamente al proveedor y proveer directamente los servicios”, manifestó Barajas, subrayando que aún ofrecen el HMO para quienes lo deseen.

En 2009, Reiter Affiliated Companies contrató con HealthStat y abrió tres clínicas cerca de los cultivos. Estos centros de salud operan con horarios extendidos seis días a la semana, ofrecen servicios de laboratorio y los doctores y las enfermeras son latinos. Las clínicas están ubicadas en Oxnard, Santa María y Watsonville.

“Las clínicas han demostrado tener gran valor para nuestros empleados. Pueden tener chequeos generales, cuidados preventivos y tratamiento de enfermedades como diabetes, hipertensión u obesidad”, dijo Barajas.

Las clínicas aceptan a quienes necesitan atención inmediata. El paciente promedio espera 15 minutos si tiene cita y 30 si no tiene.

“Hemos optado por ofrecer medicina familiar. Las clínicas no solo cuidan de la salud del empleado, sino también del esposo o esposa y de los pequeños del hogar… la idea es que el empleado se sienta cómodo y que sepa que su familia también estará bien atendida. Así no tiene que faltar al trabajo”, agregó la representante de la empresa.

Para el Dr. Raymond López su trabajo le ofrece tanta satisfacción que incluso trabaja algunos feriados como el pasado día de los Veteranos. Ese día, la clínica tuvo una ola de pacientes que aprovecharon para consultar al doctor.

“Los casos más comunes son gripa, diabetes, alta presión, obesidad e infecciones en las vías urinarias. Lo mejor de todo es que en el momento se les da la medicina. No tienen que ir a otro lugar, aquí mismo les damos lo que necesitan”, manifestó el Dr. López.

Las clínicas tienen disponible alrededor de 120 tipos de medicamentos, entre los que se encuentran los antibióticos, medicina para aliviar el dolor y fiebre, así como para controlar la diabetes y la presión alta.

Hace una década, un estudio sobre los trabajadores agrícolas encontró que el 25% de los hombres y el 12% de las mujeres nunca habían visto a un doctor. La investigación también halló que la mayoría de las personas nunca había consultado a un dentista.

La empresa ha agregado también clases sobre nutrición para ayudar a disminuir la epidemia de obesidad que aqueja a estos trabajadores y sus familias.

Barajas considera que este modelo de acercar los servicios a los empleados y hacerlo asequible es tan exitoso que posiblemente otras empresas lo adopten en el futuro. Algunos académicos han dicho que Washington debería explorar este sistema de salud de atención primaria.

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