Dar al César….

El domingo pasado tuve una animada conversación con un grupo de amigas con las que fui a tomar el “brunch” de fin de semana y aunque cuando nos juntamos bromeamos ser una versión de las chicas de “Sex and the City”, que se reúnen a hablar de sus relaciones personales, terminamos hablando de política y economía, que es algo que Carrie Brashaw y sus amigas de la serie de Nueva York nunca hicieron.

No recuerdo cómo empezó la discusión, pero giraba en torno al triunfo de la derecha española en las elecciones recientes y al voto castigo contra los socialistas del PSOE por la situación económica en España y Europa. Enseguida, varias de mis amigas, generalmente muy abiertas y progresistas, empezaron a deplorar la situación en su país -España- , donde “los inmigrantes” estaban, según ellas, recibiendo una gran parte de los beneficios sociales que están empezando a recortar para los ciudadanos.

“Me cuentan que fulanita no pudo encontrar espacio para sus hijos en los centros de cuidado infantil porque están llenos de inmigrantes”, comentó una.

“Vais a ver cómo ahora comienzan con los copagos en los centros de salud, el PP va a cortar programas sociales”, dijo otra. “Eso sí, los inmigrantes reciben todo”.

De alguna manera, en vez de cuestionar las decisiones del liderazgo en el gobierno, el colapso económico causado por la burbuja inmobiliaria y las especulaciones financieras de los riesgosos instrumentos financieros derivados, es decir, las CAUSAS de la crisis y la razón por la cual hay tanta pobreza, desempleo y menos recursos del estado, terminamos por apuntar el dedo a los pobres, los inmigrantes, los desempleados.

No es la costumbre ni la sensibilidad de mis amigas pensar de esta manera, pero no me sorprendió que alguna comentara esta sensación de que los inmigrantes le quitan a los ciudadanos, sobretodo porque en España los inmigrantes tienen derecho a programas sociales a los que no pueden acceder en Estados Unidos, por ejemplo el sistema de salud universal y los centros de cuidado infantil subsidiados que aquí ni existen.

Cuando los mortales estamos a ras de suelo, tendemos a mirar hacia los lados y no hacia arriba, en busca de responsables de la situación cuando esta empeora. Pero hay muchísima evidencia de que los que realmente se han beneficiado de toda esta situación económica, aquí o en Europa, no son precisamente los pobres ni los inmigrantes.

Mi argumento es el siguiente: si estás indignado, enfoca tu indignación en los responsables de la crisis, en quienes chuparon los recursos del estado para recuperar bancos que dieron a sus directivos cientos de millones en bonos aún después de los rescates que recibieron del público. Enfócala en los bancos que prefieren liquidar viviendas antes que reducir, modificar o refinanciar las hipotecas optando por dejar a gente en la calle. En las empresas y empresarios que están ‘sentados’ sobre millones de millones de dólares y euros porque “tienen temor” de invertir.

Pero ya sé, los medios nos dicen una y otra vez que la culpa la tienen esos inmigrantes o esos hippies que están ocupando parques. Y ahora, bienvenidas sean las cartas que me acusarán de extremista de izquierda, socialista o cosas peores, cuando mi argumento no es que haya que derribar el capitalismo, sino hacerlo funcionar para más gente.

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