Ganancias y pérdidas de políticos mexicanos

Expertos saben sus dividendos para candidatos tras giras a los Estados Unidos

WASHINGTON, D.C.- El 2011 se ha destacado por ser un año de desfiles. No precisamente de esos que se ven en las calles, sino en conferencias de prensa y a puerta cerrada. Ha sido un periodo marcado por numerosas y repetidas giras de candidatos presidenciales mexicanos a Estados Unidos. La pregunta es, si tuvieron alguna utilidad.

Las fotos y declaraciones de Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota en Washington, Chicago y Los Ángeles, fueron algunos de los principales titulares de la prensa mexicana. Reuniones con organizaciones de inmigrantes, legisladores y miembros de la Administración, pasaron por sus agendas, además de extensas presentaciones en centros académicos.

Incluso en una de sus visitas, el aspirante actual del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Peña Nieto, movilizó a un grupo de periodistas para ser entrevistado en las afueras del Capitolio. Una imagen interesante de fondo.

“Querían mostrar que son hombres y mujeres de estado. Entablar una relación con los mexicanos en el exterior y con los grupos de interés en Washington. Pero sobre todo, querían poner los reflectores sobre ellos, para atraer la atención, primordialmente en México”, aseguró Andrew Selee, director del Instituto México del Woodrow Wilson Center.

“Creo que fueron exitosos. Es una estrategia de tres partes: entablar una relación con la comunidad política en Estados Unidos; hacer un enlace con los mexicanos en el país y que haya un reporte sobre su viaje en el exterior en México”, agregó.

Para el presidente emérito del Diálogo Interamericano, Peter Hakim, este año los candidatos mexicanos tenían mucho que demostrar. “La capacidad de manejar la relación es importante. Ellos tienen que exponer que no sólo pueden viajar, pero tienen acceso. Pueden dar discursos públicos. Pienso que es importante establecer credibilidad en México basada en el acceso que se logre acá”, dijo.

Una de las dudas que persistió durante el año, al menos en los titulares de la prensa mexicana, fue si estas visitas lograron despejar parte de la incertidumbre creada por declaraciones y encuentros sostenidos por el actual presidente Felipe Calderón.

Incluso, en una entrevista con un diario estadounidense, el mandatario insinuó que algunos personeros del PRI, tienen una “mentalidad que campea” por arreglos con el crimen organizado.

“Acá les gusta Calderón, su actitud y su dureza. Pero no diría que la preocupación es muy fuerte. La gente en Washington reconoce que este Presidente tampoco era un gran éxito dentro de México, por lo que saben que deben estar abiertos”, explicó Hakim.

El voto en el exterior es la última de las prioridades de los candidatos, que parecen anticiparse a su falta de relevancia en las elecciones de julio, 2012. De los 31 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos, sólo 32 mil votaron en los comicios de 2006.

“Si esta cifra se llegara a duplicar, sería un gran éxito. Un tercio de los mexicanos EEUU tienen su credencial para votar, pero el proceso es tan complicado y costoso que pocos lo hacen”, aseguró Jorge Schiavon, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

“El sistema está diseñado para que no voten”, insistió Guadalupe González, académica del mismo centro. Esto a pesar de las tendencias prevalecientes en la opinión pública al otro lado de la frontera.

De acuerdo al reporte “México, Las Américas y el Mundo 2010” realizado por CIDE, un 80% de los mexicanos piensa que sus conciudadanos debieran tener derecho a voto en el país en que residen. Una postura que por el momento, se aleja mucho de la realidad.

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