Aumentan abusos de militares

WASHINGTON, D.C.- “Él era como una figura paternal para mí, un amigo. Me sentía protegida. Una noche me fue a dejar a mi departamento. Una vez adentro, me pegó, violó, sacó las uñas, cortó en varias partes y me dejó en mi baño para que me desangrara”.

Así parte el testimonio de la exoficial de los batallones de construcción de la marina (Seabees), Terri Odom. En 1985, cuando tenía solo 22 años, esta trágica experiencia marcó su vida, como lo narra en detalle en un testimonio audiovisual.

Luego de reportarlo al oficial de guardia, el segundo al mando e incluso al comandante de su unidad, lo único que obtuvo a cambio fue tres días de descanso, fuera de su base. Tras un intento de suicidio, narró su experiencia al capellán militar, lo que desencadenó un arresto tanto por la denuncia de abuso, como por la tentativa de quitarse la vida.

Un embarazo complicó el panorama, tras el cual tuvo que pagar su propio aborto. Odom quería permanecer en las Fuerzas Armadas, a pesar de todo, pero terminó obteniendo una baja honorable.

Hoy, ella es una de las muchas voces que se han unido para exigir cambios en el Departamento de Defensa. Pero los avances no parecen sustanciales.

Los casos de reportes sobre abuso sexual y violencia en la Fuerzas Armadas se han casi triplicado desde el periodo 2008-2009, alcanzando 65 denuncias en 2010-2011, de acuerdo con el último informe oficial. De ellos, 27 corresponden a reportes restringidos.

Entre los casos de acceso público, la mayoría (17) son de asalto sexual, teniendo como víctimas principales a los cadetes y guardia marinas. Aunque en ciclos anteriores se habían logrado avances considerables, con un descenso de 15 casos entre 2006-2007 a 2008-2009, la tendencia se ha revertido desde entonces.

Los asaltos sexuales agravados ocuparon el segundo lugar, con el mayor número de incidentes, 10 en total, seguidos por cinco de conducta sexual equivocada. Faltas como la sodomía no consensual, contacto sexual abusivo y agravado se reportaron en una ocasión, respectivamente.

El Pentágono insistió en que aún no se han identificado razones concluyentes del incremento; no obstante, los oficiales aseguraron que uno de los mayores cambios en la política interna es el trabajo para incentivar a las víctimas a reportar.

“Un asalto sexual es mucho”, dijo el secretario del Departamento de Defensa, Leon Panetta. “Estoy confiado de que los pasos que estamos tomando son los correctos, pero debemos continuar mejorando”.

Sin embargo, organizaciones como Protejamos a nuestros defensores, insisten en que las Fuerzas Armadas mantienen una situación de impunidad absoluta y enfatizan la necesidad de reformas urgentes.

La congresista Jackie Speier (D-CA) presentó en noviembre de este año un nuevo proyecto de ley para dar mayor protección frente a los abusos.

La propuesta removería los delitos de asalto sexual de la cadena de mando regular de las Fuerzas Armadas y los dejaría a cargo de una nueva oficina autónoma de respuesta y vigilancia en el Departamento de Defensa. A su vez, crearía una base de datos sobre los casos reportados.

“Durante mucho tiempo la respuesta de las Fuerzas Armadas a las víctimas de violación ha sido ‘ve a la cama y toma una aspirina’. Les debemos un sistema de justicia que funcione, a nuestros hombres y mujeres que sirven al país, no uno que los castigue cuando se convierten en víctimas”, dijo la congresista al presentar su proyecto.

De acuerdo al informe del Departamento de Defensa, en la actualidad cuando se presenta una denuncia, es referida a una investigación. Dependiendo de la complejidad del alegato, ésta puede tomar semanas o varios meses. Luego se presentan reportes sobre las investigaciones.

Durante el periodo 2010-2011 se completaron sólo 22 investigaciones y 16 continúan pendientes. Los reportes de 19 casos llegaron a manos de comandantes, “quienes tuvieron la jurisdicción y suficiente evidencia de un crimen para tomar acción disciplinaria en contra de 12 sujetos”, especificó el documento.

El Departamento de Defensa anunció dos nuevas políticas esta semana para combatir los casos de abuso en sus rangos. Ahora las víctimas pueden pedir una transferencia expedita de su unidad y los récords de asalto sexual, serán mantenidos por 50 años en casos de acceso no restringido y cinco en los condicionados.