México y el peso del voto en el extranjero

El voto en el extranjero debe ser parte fundamental de la democracia mexicana

Los participantes del foro ‘Construyendo la democracia mexicana' en Chicago coincidieron en la necesidad de ampliar las opciones de voto de los mexicanos en el extranjero.

Los participantes del foro ‘Construyendo la democracia mexicana' en Chicago coincidieron en la necesidad de ampliar las opciones de voto de los mexicanos en el extranjero. Crédito: Javier Quiroz

CHICAGO—Los mexicanos en el extranjero conforman un extenso conglomerado que hasta recientemente no tenía voz ni voto sobre el destino de su país.

La inmensa mayoría de los mexicanos en el exterior reside en Estados Unidos debido a la falta de oportunidades y extensa pobreza en México, así como al poderoso imán de mano de obra que había sido hasta antes de la crisis económica el país del norte. Desde 1970, el crecimiento de la población mexicana en Estados Unidos ha sido constante. Para 2010, el número de mexicanos en Estados Unidos había ascendido a 11.2 millones.

La contribución de los mexicanos en Estados Unidos a la economía mexicana ha sido vital. México ocupa el tercer lugar entre los países que más remesas reciben del extranjero, la mayor parte proveniente de Estados Unidos. Hasta julio de 2011, las remesas que México recibió de los connacionales que laboran en este país fueron 106,717 millones de dólares. México ocupó el tercer lugar mundial como receptor de remesas, sólo por debajo de India y China.

Sin embargo, a pesar de la continúa inyección de divisas y de inversión directa en proyectos de desarrollo que los mexicanos realizan en los estados de donde son originarios, no fue sino hasta 2006 que éstos pudieron votar en las elecciones presidenciales de su país. La democracia mexicana excluyó hasta entonces a un porcentaje considerable y clave de su población.

En la actualidad, el voto de los mexicanos en el extranjero es un derecho limitado por la falta de voluntad política del Congreso de ese país para permitir la credencialización de los mexicanos en el lugar de residencia y la prohibición de que los partidos políticos realicen campañas en el extranjero. Irónicamente, a pesar de que los números continuarán siendo limitados, el voto en el extranjero podría decidir la próxima elección presidencial de definirse ésta por un margen cerrado como ocurrió en el 2006.

El foro ‘Construyendo la democracia mexicana: historia e ideología de los partidos políticos’, organizado por el Instituto Federal Electoral (IFE) y que se llevó a cabo este 12 de enero de 2012 en el campus Chicago de la Universidad de Notre Dame, fue un primer esfuerzo de envergadura para integrar a los mexicanos en el extranjero en el diálogo sobre el futuro político de su país de cara a las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio.

El foro contó con la participación de representantes del Partido Acción Nacional, Partido Revolucionario Institucional, Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo, Partido Movimiento Ciudadano, Partido Nueva Alianza y Partido Verde Ecologista.

Los miembros de los partidos abordaron el desarrollo económico y la seguridad, temas que serán clave en las elecciones presidenciales. A pesar de avances económicos, la pobreza en México aumentó desde 2008 hasta situarse en 52 millones de pobres, lo que representa casi la mitad de la población de 112 millones. Los miembros de los partidos coincidieron en señalar que una mejor distribución de la riqueza sólo se logrará a través de una reforma tributaria.

Por otra parte, los mexicanos votarán en el marco de la guerra contra el narcotráfico que ha provocado 47,000 muertos, así como miles de desaparecidos y desplazados durante el sexenio del presidente Felipe Calderón. En este sentido, las preguntas clave serán qué estrategia usará el partido que gane las elecciones frente a los cárteles de la droga y cuál será la ingerencia del narcotráfico en los comicios.

En el pasado, candidatos a la presidencia de México visitaron las comunidades de oriundos en Chicago, Los Ángeles y otras ciudades norteamericanas. Vicente Fox colmó las calles del barrio mexicano de La Villita en Chicago justo antes de su victoria en los comicios presidenciales del 2000. Asimismo, Cuauhtémoc Cárdenas congregó a una multitud en Los Ángeles cuando visitó esa ciudad en 1994.

El Congreso mexicano no permite actualmente que los partidos políticos lleven a cabo campañas en el extranjero. Por lo tanto, Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD, Enrique Peña Nieto, presumiblemente el candidato del PRI, y Josefina Vázquez Mota, posible candidata del PAN, visitaron recientemente ciudades estadounidenses sin que oficialmente estuvieran en campaña.

“El foro busca proporcionar información sobre los diversos partidos políticos mexicanos a la comunidad mexicana, así como fomentar el voto en el extranjero y promover la discusión sobre el tema político mexicano”, señaló Benito Nacif Hernández, consejero del IFE. “No es un acto de campaña. No tiene el propósito de buscar votos”.

Permitir que los partidos políticos lleven a cabo campañas en el extranjero contribuiría a un mayor interés en escuchar sus propuestas y a una más amplia participación de los mexicanos en el exterior en la vida política de su país. Una futura reforma a ley electoral debe incluir una mayor interacción entre candidatos y votantes en el extranjero.

El foro se llevó a cabo a unos días de la fecha límite del 15 de enero para que los mexicanos en el extranjero se inscriban para votar en las elecciones presidenciales. Hasta el 6 de enero, el IFE había recibido 24,243 piezas postales, lo que equivale al 191 por ciento respecto de las 12,709 captadas en el mismo periodo en la elección presidencial de 2006.

“Vamos avanzando, pero todavía nos falta. Si nos comparamos con hace seis años, estamos arriba del doble de lo que llevábamos en aquel entonces. Llevamos alrededor de 24,000 solicitudes recibidas. Hace seis años, recibimos 57,000 solicitudes de inscripción, pero para estas fechas (6 de enero) se llevaban entre 11,000 y 12,000 solicitudes. Lo que indica que esta semana es la más importante”, afirmó Nacif Hernández.

El voto en el extranjero es un derecho constitucional por el que mexicanos a ambos lados de la frontera lucharon por años. Delegaciones de mexicanos residentes en Estados Unidos fueron a cabildear a México por el voto foráneo desde antes de 2000.

Las elecciones presidenciales de 2006 marcaron la primera ocasión en que los mexicanos en el extranjero votaron. Se crearon altas expectativas de participación. Sin embargo, sólo se emitieron poco más de 30,000 votos, lo que provocó airadas críticas en México ya que los gastos en los que incurrió el IFE para organizar y promover el voto foráneo fueron demasiado elevados para la participación que se obtuvo.

El bajo número de votos se debió en gran medida a lo complicado y apresurado del proceso para registrarse. Ante la baja participación, las organizaciones de oriundos insistieron que se hicieran cambios en el proceso de registro e impulsaron la credencialización en el extranjero.

El IFE ha hecho modificaciones para facilitar el proceso de inscripción. Sin embargo, el Congreso no ha aprobado una reforma que permita a los mexicanos en el exterior obtener su credencial de elector en el lugar donde radican, sin necesidad de viajar a México.

“No se aprobó el empadronamiento en el extranjero porque los migrantes están devaluados políticamente para el Presidente, el Congreso y la autoridad electoral”, dijo Raúl Ross Pineda, activista mexicano radicado en Chicago y uno de los principales actores en la lucha por el voto en el extranjero. “Están conformes con una ley que hace que el voto desde el extranjero sea numéricamente simbólico para luego decir que hay pocos votos por falta de interés de los migrantes”.

Por su parte, el consejero Nacif Hernández dijo estar de acuerdo en que la credencialización es una demanda justa de los migrantes.

“Ésa es una deuda que tiene el Estado mexicano con la comunidad de mexicanos que residen en el extranjero”, afirmó Nacif Hernández.

Para que el voto en el extranjero se convierta en parte fundamental de la democracia mexicana, es necesario no sólo la credencialización, sino que el proceso electoral se realice también en el exterior. De esta manera, el número de votantes en el extranjero será cada vez mayor y su voto tendrá mayor impacto.

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