Pánico en el mar

Tres muertos, 40 heridos y entre 60 y 70 personas no localizadas es el saldo del naufragio en el mar Tirreno frente a la isla de Giglio del mayor crucero italiano, el Costa Concordia, que llevaba 4,229 ocupantes a bordo.

El Costa Concordia, que llevaba 4,229 ocupantes a bordo, naufraga en aguas de la isla de Giglio, en el norte de Italia.

El Costa Concordia, que llevaba 4,229 ocupantes a bordo, naufraga en aguas de la isla de Giglio, en el norte de Italia. Crédito: Fotos: EFE

PORTO SANTO STEFANO, Italia (EFE).- Tres muertos, 40 heridos y entre 60 y 70 personas no localizadas es el saldo del naufragio en el mar Tirreno frente a la isla de Giglio del mayor crucero italiano, el Costa Concordia, que llevaba 4,229 ocupantes a bordo.

La detención del capitán del barco, Francesco Schettino, se hizo efectiva por parte de las autoridades italianas.

Tras el arresto del capitán Schettino, este fue interrogado durante varias horas por el fiscal jefe de Grosseto, Francesco Verusio.

La fiscalía, según los medios italianos, le acusa de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono del barco mientras muchos pasajeros aún se encontraban dentro de la nave.

De acuerdo con fuentes de la investigación citadas por medios italianos, el capitán abandonó la embarcación el viernes hacia las 11:30 p.m., cuando parte de los pasajeros y de la tripulación esperaban a ser evacuados.

Otro miembro de la tripulación, cuya identidad no había sido revelada, también estaba siendo investigado, según medios italianos.

El barco fue sellado, así como la caja negra, que fue recuperada y en la que se encuentran las grabaciones de las comunicaciones de la nave con la capitanía del puerto de Livorno, el más importante de la zona, precisó el fiscal.

Verusio indicó que el impacto con las rocas se produjo la noche del viernes a las 9:45 hora local y las capitanías de los puertos de la zona no fueron advertidas de inmediato.

Una primera reconstrucción de lo sucedido hecha por Verusio indica que el capitán del Costa Concordia se acercó demasiado a la isla de Giglio, hizo una maniobra inexacta y el casco de la nave chocó con un escollo por su parte izquierda.

En escasos minutos entró muchísima agua en el barco, añadió el fiscal.

El capitán Schettino aseguró por su parte que las rocas no estaban en el mapa que llevaba la embarcación, en cuyo puente de mando se encontraba cuando se produjo el choque, según la naviera propietaria del barco, Costa Crociere.

Los muertos son un peruano, miembro de la tripulación, y dos turistas franceses cuyos cadáveres fueron recuperados del mar por los socorristas, que continuaban aún con las tareas de búsqueda en torno al casco de la embarcación, de 114,500 toneladas y casi 300 metros de eslora.

Además de los tres fallecidos, 40 pasajeros sufrieron heridas de diversa consideración y dos de ellos se encontraban en estado grave, uno con un traumatismo craneal y otro en la espina dorsal.

En el barco viajaban 177 españoles, 107 latinoamericanos (de Brasil, Argentina, Perú, Venezuela, Chile, Cuba, México, Ecuador, Colombia, República Dominicana y Uruguay) y un andorrano, además de casi un millar de italianos, 569 alemanes y 462 franceses, los tres países con mayor número de pasajeros por delante de España.

El naufragio se produjo cuando el barco se dirigía desde el puerto de Civitavecchia, a 70 kilómetros al norte de Roma, hacia Savona (noroeste de Italia), etapa de un crucero por el Mediterráneo que tenía escalas en Barcelona y Palma de Mallorca, España, así como Palermo y Cagliari, Italia, y Marsella, Francia.

Aunque aún se investigan las causas concretas del naufragio, se insistía en la posibilidad de que el capitán Schettino siguiera una ruta equivocada, ya que el buque no debería encontrarse en el punto donde recibió el impacto contra las rocas a ambos lados del barco, que quedó escorado a 80 grados y encallado en un banco de arena de 30 metros de profundidad.

Según contaron los supervivientes de la tragedia, cuando la mayoría de los pasajeros estaba cenando se escuchó un fuerte golpe y a la vez se fue la luz, tras lo que el capitán del barco llamó a la calma, asegurando que se trataba de una avería eléctrica.

“Ha sido una pesadilla, parecía el Titanic, pensábamos morir”, afirmaron los italianos Silvana Caddeo, Ignazio Deidda y Mirella Corda, quienes precisaron que cuando tuvo lugar el accidente estaban cenando y se produjo el golpe, que propició la caída de botellas y vasos de las mesas, tras lo cual se oyeron las sirenas de emergencia.

“La gente gritaba y los niños lloraban, en medio de la total oscuridad”, agregaron, a la vez que aseguraron que inmediatamente se dieron cuenta de que la cosa era más grave porque el barco comenzó a escorarse y vieron a muchas personas arrojarse a las frías aguas del Tirreno.

Varios turistas españoles y latinoamericanos, que se alojan en un hotel próximo al aeropuerto romano de Fiumicino a la espera de ser repatriados, expresaron su indignación por el trato recibido por parte de los responsables del crucero y lo que ellos calificaron de caos que se vivió durante la evacuación.

“La tripulación no tenía ni idea de cómo evacuar el barco y el capitán nos mintió. Dijo hasta el último minuto que todo estaba controlado y que solo era una falla eléctrica”, comentó la chilena Claudia Fehlandt.

En este sentido, algunos viajeros denunciaron que las tareas de socorro fueron muy lentas, que antes de abandonar el barco pasó una hora y media y que el capitán sabía de la gravedad de la situación y “no hizo lo que debía”.

Los viajeros fueron traslados en botes salvavidas hasta Giglio, cuyo alcalde puso a su disposición “todo lo que estuviera bajo techo”, por lo que fueron alojados durante unas horas lo mismo en casas que en centros deportivos y en la iglesia de la pequeña isla, que permaneció abierta durante toda la noche.

La mayor parte de los supervivientes fueron trasladados a Roma y a Savona para ser alojados temporalmente en hoteles y repatriados posteriormente a sus países.

El ministerio italiano de Transportes abrió una investigación oficial sobre el suceso, así como la Fiscalía de Grosseto (centro de Italia).

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