Latinos lideran batalla por TBI en los soldados

Pareja trata de que se conozca más sobre lesiones cerebrales o TBI; buscan apoyo

Roxana Delgado y su esposo Víctor Medina, quien comenzó a presentar problemas de salud tras una explosión en Irak en 2009.

Roxana Delgado y su esposo Víctor Medina, quien comenzó a presentar problemas de salud tras una explosión en Irak en 2009. Crédito: Suministrada

WASHINGTON, D.C.- Cuando Roxana Delgado se enteró que su marido había sido víctima de una explosión en Irak, no sabía qué esperar. Aunque su vida no estaba en peligro, ella percibía que algo andaba mal. Lo que nunca se imaginó, es que su familia, al igual que muchas en el país, tendría que dar la batalla en suelo estadounidense para acceder a un tratamiento de buen nivel.

Roxana tiene el video de cómo ocurrió. Cuando pasan las imágenes, ya sabe de memoria cada detalle, paso a paso. Fue el 29 de junio de 2009, cuando su esposo Víctor Medina, iba conduciendo una caravana de vehículos del ejército.

Para entonces, la pareja llevaba nueve años de matrimonio y una vida tranquila en El Paso, Texas. El vehículo fue atacado por “EFP”, un explosivo letal en la mayoría de los casos. “Víctor perdió la conciencia y luego tuvo amnesia aguda por las primeras 48 horas. Los transportaron al hospital en Irak y lo dejaron bajo observación. Al día siguiente regresó a su base”, cuenta Roxana a La Opinión.

“Luego empezó a tener problemas. Se le caía la cara, en la parte izquierda. Lo mandaron a hacer un CT Scan, pero salió inconcluso. Lo enviaron a un hospital en Alemania y ahí encontraron que tenía una lesión en el cerebro, sangrado en la parte derecha del lóbulo frontal y occipital. Lo enviaron a casa”, recuerda.

Víctor regresó a Estados Unidos el 1 de septiembre de 2009. Después esperó un mes para acceder a una consulta con un neurólogo de la base Fort Bliss. Tras otro mes más, recibió una sesión de terapia. En su control, el médico le dijo que pensaba que “estaba jugando a hacerse el enfermo”.

“Ahí comenzó la batalla. Su daño era visible. Mi esposo es tartamudo, antes casi ni podía caminar. No podía cortar una carne, porque no tenía coordinación en las manos”, comenta Roxana.

“Después de que el doctor le dijo que estaba jugando, él se sentía muy mal. Un día me dijo, no, esto ya se echó a perder. No quería hacer nada. Sentía que su valor como soldado, su integridad se había puesto en duda”.

“Le dije que tenía dos opciones: o te echas a perder y me haces miserable a mi también o tú te levantas y te pones fuerte, luchas por tu salud y la de todos los que vienen detrás tuyo. Esa misma tarde, se bañó, se perfumó y me invitó a cenar”, rememora.

Roxana comenzó a escribir cartas al ejército, al servicio al paciente, comandantes del hospital, pero no obtuvo respuestas. Se contactó entonces con el congresista Silvestre Reyes (D-TX) y los exlegisladores Harry Teague y Ciro Rodríguez, quienes realizaron una investigación del caso.

Cuando la pesquisa del Congreso concluyó, el gobierno financió el tratamiento de Víctor, en un centro especial para personas con este tipo de problemas, donde recibió terapia del habla, ocupacional, física y emocional.

En paralelo, el soldado comenzó a documentar su historia en un blog. Desde entonces no ha parado. “Incluso utilizando estrategias compensatorias, es difícil encontrar motivación. Todo parece un gran trabajo. Incluyendo las cosas que usualmente disfrutábamos antes del accidente”, dice uno de sus testimonios publicado en septiembre de 2011.

A su blog tbiwarrior.com escriben un promedio de 10 personas diarias, además de las cerca de 5 mil visitas a la página.

Y es que Víctor no está solo en la lucha. De acuerdo al Departamento de Defensa desde el inicio de la guerra de Irak, en 2003, 150 mil soldados han sufrido algún tipo de lesión cerebral. Una cifra muy por debajo del estudio efectuado por Rand Corporation en 2008, donde se estimó que más de 400 mil efectivos han experimentado lesiones cerebrales o TBI.

“El problema parte porque existe mucho desconocimiento respecto a qué es un TBI, lo que limita mucho las opciones. Nosotros hemos insistido en la necesidad de tener más estudios que nos ayuden a comprender este problema. Actualmente varios de ellos, públicos y privados están explorando esta área”, asegura a La Opinión el congresista Reyes.

“Es muy importante que no sólo el soldado reciba un tratamiento adecuado, sino también que se de ayude a la familia. Eso falta ahora”, agrega.

“Muchas esposas me dicen, yo perdí mi trabajo, tuve que dejar mis estudios, perdí todo lo que era yo. Hay algunas que hasta dejan de comprarse ropas, sentirse lindas. Nuestra estabilidad emocional es bien importante para poder mantener a los soldados y a los hijos”, cuenta Roxana.

La base Fort Bliss, ha sido blanco de diversas críticas, debido al trato que se les da a los soldados con lesiones cerebrales, a pesar de ser uno de los centros de despliegue de tropas más grandes del país. Un proceso que recién ahora, parece estar cambiando, con más personal dedicado al tema y alianzas con entidades locales dedicadas a esta área.

Por ahora, en tanto, una de las metas de Víctor y Roxana es ser parte en el proceso de aprendizaje del público en general acerca de TBI, tanto al interior del Departamento de Defensa, como en el país.

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