Esperanza de latinos busca senado federal

Cuando Richard Carmona regresó de Washington a Tucson en 2006, luego de servir durante cuatro años como Cirujano General de los Estados Unidos, se mantuvo al margen de la vida pública por varios años.

Richard Carmona tras entrevista en Arizona.

Richard Carmona tras entrevista en Arizona. Crédito: Cortesía Danny Smitherman

PHOENIX, Arizona.- Cuando Richard Carmona regresó de Washington a Tucson en 2006, luego de servir durante cuatro años como Cirujano General de los Estados Unidos, se mantuvo al margen de la vida pública por varios años.

Su salida no había sido de lo más tranquila: él y otros cirujanos generales del país, incluyendo Everett Koop, testificaron ante el Congreso algún tiempo después criticando al gobierno de George W. Bush por presionarlos a dar opiniones acordes con la ideología del gobierno, o los intereses de algunas corporaciones y no con la medicina. Por ejemplo, sobre los beneficios de los tratamientos con células madre o los daños del humo del cigarrillo a personas que no fuman.

Pero con el tiempo, la tranquilidad se esfumó.

“Me la pasaba comentando con amigos lo mal que funcionaba el gobierno, las injusticias sociales que ocurrían en Arizona, el odio contra los inmigrantes, la actitud de que no nos importa lo que ocurra con los menos privilegiados”, dijo Carmona este viernes en una entrevista. “Mis amigos me dijeron que para qué me quejaba, y no hacía algo al respecto. Y tenían razón”.

Y es por eso que Carmona, que nació en Nueva York, creció en Harlem, es de origen puertorriqueño y ha vivido durante largos años en Arizona, está optando por la candidatura demócrata al senado federal, para competir este noviembre por el puesto que deja el republicano Jon Kyl.

Los republicanos trataron de que fuera candidato al congreso en 2006 y declinó hacerlo. “Siempre fui independiente”, comenta. “Pero ahora soy Demócrata”.

No es que antes de hoy Carmona no hubiera hecho su parte. Veterano de Vientam y receptor de dos Corazones Púrpura y médico cirujano, inició el primer centro de traumatología en Tucson al mudarse a esta zona en los años ochenta, ex sheriff y director médico de los departamentos de policía y bomberos de Pima, dirigió el grupo Swat y fue detective de homicidios, todo esto antes de ser nombrado en 2002 por George W. Bush como Cirujano General del país.

Algún amigo ha declarado en el pasado –y ha sido citado en los medios- diciendo que Carmona “casi nunca duerme”.

Y ganar este puesto en el senado federal, en un estado considerado mayoritariamente republicano –los dos senadores actuales lo son, Jon Kyl y John McCain- requerirá de toda su energía. Compitiendo por el lado republicano probablemente estará Jeff Flake –quien tiene un contendiente en la interna de este martes, pero se considera el favorito. Flake, quien ahora es congresista de Arizona, es muy conocido y lleva ventaja en las encuestas.

Pero Carmona cree que puede apelar a votantes desilusionados con los partidos, particularmente republicanos moderados e independientes, aparte de los demócratas. “Yo creo que alguien con mi experiencia y mis credenciales puede lograrlo”, señala.

Carmona habla apasionadamente y en favor de los inmigrantes, de la energía que traen al país y del balance positivo que brindan a la economía. Argumenta que “los inmigrantes de hoy vienen exactamente por la misma razón por la que mi abuelita vino de la Isla al continente, buscando oportunidades”, señala. “Tenemos que buscar la manera de activar una reforma migratoria y tener un sistema que funcione”.

El candidato insiste que los estadounidenses deben tomar su parte de la responsabilidad por la inmigración indocumentada. “No es que no supiéramos que estaban aquí”, apunta. “Muchos ciudadanos se aprovecharon y ganaron dinero contratando a los inmigrantes”.

Carmona no cree, como recientemente dijo Mitt Romney en un debate presidencial, que Arizona sea un modelo en este asunto. “Un modelo, pero de lo que no se debe hacer, un modelo quebrado”, apuntó.

“Honestamente, creo que no se trata de ser de un partido o de otro, sino de buscar representantes razonables que quieran resolver problemas y dejar de culpar a otras personas”.

Carmona cree que la salud de las personas debe estar por encima de la ideología. Le produce una “gran verguenza” toda la discusión en torno a la religión y los anticonceptivos. “Yo creo que si queremos evitar embarazos no deseados y abortos, los métodos anticonceptivos deben estar al alcance de todas las mujeres”, apunta. “Además, no creo que la religión deba tener un lugar en la política pública”.

“Tenemos problemas reales: falta de trabajos, embargos de vivienda, todas esas cosas no tienen sentido”, agrega.

Carmona habla el español “de mis conversaciones de niño con la abuelita”, confiesa, con fuerte acento. “En mis años de juventud había mucha discriminación y lo que nos decían nuestros mayores era que teníamos que hablar inglés y no español”, dice.

“Pero tengo un aprecio y un entendimiento por nuestra cultura latina que creo que viene haciendo falta a ciertos niveles de gobierno en Arizona”, agrega. “Y el deseo de resolver problemas reales”.

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