Cartas de amor revelan a un romántico Nixon
"Cada día y cada noche quiero verte y estar contigo", escribió el político a Pat.
YORBA LINDA, California, EE.UU. (AP) — Mucho antes de ascender al poder y luego caer en la ignominia, Richard Nixon era simplemente un hombre enamorado.
Décadas antes de que se le conociese como “Tricky Dick” (Dick, el Taimado), Nixon le escribía notas amorosas a su futura novia, que revelan un lado sorprendentemente romántico y sensible del hombre más conocido por el escándalo de Watergate. Nixon compartió el escenario con Patricia Ryan en un teatro comunitario y seis de las decenas de cartas que se intercambiaron durante los dos años de noviazgo serán exhibidas a partir del viernes en la Biblioteca y Museo Presidencial Richard Nixon, como parte de una exposición que celebra el 100mo aniversario del nacimiento de la mujer a la que Nixon llamaba su “gitana irlandesa”.
En sus cartas, Nixon recuerda el primer encuentro entre ambos con prosa florida, sueña sobre un futuro juntos y habla de la primera vez que su “corazón querido” aceptó dar un paseo en su coche.
“Cada día y cada noche quiero verte y estar contigo. Pero no tengo sentimientos de posesión egoísta ni celos”, escribe en una carta sin fecha. “Ven el domingo conmigo a un largo paseo; vayamos a las montañas los fines de semana, leamos libros junto a la hoguera, y más que todo, crezcamos juntos, para encontrar la felicidad que sabemos es nuestra”.
Dieciocho años después de su fallecimiento, la correspondencia permite dar un pequeño vistazo a una parte extremamente privada de Nixon que casi nadie vio y representa una suerte de carta de amor a los partidarios del 37mo presidente estadounidense, que expresaron furia cuando los Archivos Nacionales se hicieron cargo del museo y lo reformaron para incluir un recuento detallado de Watergate.
“Estas cartas son fabulosas. Es una persona totalmente diferente que la persona que la gente conoce por las grabaciones de Watergate. El presidente Nixon fue al inicio un joven idealista listo para conquistar el mundo, y con Pat Ryan sabía que podía hacerlo. Hay mucha esperanza, mucha ternura y es muy poético”, dijo Olivia Anastasiadis, curadora del museo.
“El la amaba, estaba absolutamente cautivado por ella, y era todo en lo que pensaba”.