Se cumple un año de primera protesta de “indignados”
La primera manifestación se llevo a cabo de forma masiva en Portugal en marzo del 2011
Lisboa- Los “indignados” de Portugal, donde se manifestó por primera vez ese movimiento internacional, han cumplido un año entre la decepción por el empeoramiento de la crisis y la satisfacción de reflejar el hastío de la calle con sus políticos.
Decenas de miles de ciudadanos -medio millón según los organizadores- de toda edad y condición se echaron a la calle en marzo del año pasado para protestar por la precariedad laboral, en una manifestación que sorprendió por su carácter masivo y que se convirtió en una de las más multitudinarias desde la llegada de la democracia a Portugal (1975).
La marcha, que tuvo lugar en diferentes ciudades del país, reunió a una heterogénea mezcla de adolescentes, padres y ancianos, de organizaciones sociales, trabajadores y pequeños empresarios, que dejaron constancia de su descontento con el funcionamiento del sistema democrático.
La concentración celebrada el 12 de marzo y muy recordada esta semana en los medios lusos, fue convocada por un grupo independiente de los partidos políticos y sindicatos llamado “Generación en apuros” que posteriormente derivó en la plataforma social “15 de octubre”, todavía hoy activa.
“Entonces éramos una generación en apuros. Hoy Portugal entero está en apuros”, comenta a Efe Paula Gil, una de las impulsoras del movimiento.
Apenas unas semanas después de la manifestación, el país acabó sucumbiendo a la presión que ejercían los mercados sobre su deuda y solicitó el rescate financiero de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que a cambio de su ayuda exigieron la adopción de un duro programa de ajustes y reformas.
La grave crisis económica derivó en una crisis política que terminó con la dimisión del primer ministro, el socialista José Sócrates, y con la victoria de los conservadores lusos en las elecciones de junio.
En el último año, la situación del portugués medio se ha deteriorado sensiblemente debido a los recortes, e incluso algunos partidos y organizaciones alertan ya de una situación de “emergencia social”.
Al aumento de impuestos generalizado, los recortes en las pagas extras a funcionarios y pensionistas o el encarecimiento de las tasas a pagar por los servicios de salud públicos se ha sumado el incremento del desempleo, que alcanzó el 14 por ciento en el último trimestre de 2011.
Pese al recrudecimiento de la crisis, las manifestaciones organizadas posteriormente por la plataforma “15 de octubre” no han logrado el apoyo masivo que consiguieron en su primera cita, y tan sólo la protesta convocada en enero por el sindicato comunista CGTP recordó a la movilización de aquellos días.
Pero según Gil, “no se pueden analizar las intervenciones de la sociedad sólo por el número de personas que salen a la calle. Hay acciones concretas que se están llevando a cabo y sigue habiendo voluntad de luchar”.
En su opinión, el principal logro del movimiento “indignado” ha sido el de conseguir que el ciudadano vuelva a hablar de política “en la calle o en las cafeterías”, demostrando que los portugueses “no son conformistas o apáticos”, como en ocasiones se cree.
“Ha habido protestas todos los meses, una huelga general -este mismo mes de marzo se celebra otra-, se ha discutido de política casi todas las semanas… Nunca había visto a la sociedad lusa tan agitada”, incidió Gil.
Lo ocurrido en Portugal, de apenas 10,5 millones de habitantes, fue la primera expresión de un movimiento que rápidamente se manifestó también en la vecina España, y después en el resto de Europa y EE.UU.
Doce meses después del inicio de ese camino, Paula Gil no tiene dudas sobre lo que siente- “Estoy orgullosa de que las personas hayan salido a la calle, hayan juntado sus voces y hayan compartido ideas y propuestas. El futuro pasa por las personas, y no sólo por los parlamentos”.