Enlace: Altibajos de V. Mota

Todos querían atraer su atención, estrechar su mano, tomarse una foto con ella. Y Josefina Vázquez Mota, del brazo de la ex tesorera Rosario Marín, respondía a las muestras de simpatía con una mirada condescendiente y una sonrisa blanca y abierta.

La recepción, celebrada el pasado sábado en una casona de Santa Ana, en el condado de Orange, fue todo un éxito para la candidata del PAN a la presidencia de México. Ante un grupo de más de cien empresarios, activistas, líderes de la comunidad y funcionarios, Vázquez Mota aprovechó la ocasión de principio a fin para demostrar que es una mujer inteligente, sensible y preocupada por su país.

Pese a que no pudo exponer su plataforma política porque no se ha iniciado formalmente el periodo de la campaña presidencial, la candidata del blanquiazul aseguró que México ha avanzado mucho en los últimos años, pero que es innegable que persisten serios problemas. Elogió también el esfuerzo de los migrantes que contribuyen con sus remesas a fortalecer la economía mexicana y de las mujeres que son el pilar de su hogar, Habló, asimismo, de la importancia de la educación y de la honestidad. “Yo jamás he tocado un centavo que no sea mío”, subrayó.

Muchos de los asistentes opinaron que Vázquez Mota posee las cualidades necesarias para convertirse en la primera presidenta de México. “Está muy bien preparada, no se le conocen escándalos y tiene el apoyo del Gobierno actual”, dijeron algunos al término de la reunión, organizada por el grupo Hispanic 100.

Un día antes, en Los Ángeles, la candidata panista también se había lucido en un evento auspiciado por la Fundación Azteca.

Sin embargo, a su regreso a México la buena estrella de Josefina se apagó. Su toma de protesta como candidata del PAN en un Estadio Azul semivacío se convirtió en un verdadero desastre. La desorganización del evento puso al descubierto no sólo que a los panistas les falta mucho para dominar los tejes y manejes del acarreo, sino que Vázquez Mota no controla la estructura interna del PAN. Sin duda, un mal augurio.

Dentro de los panistas, Josefina era la mejor carta. Pero en la elección general enfrentará un escenario por demás complicado. El problema principal que enfrenta Vázquez Mota es su filiación panista que, de entrada, le impide deslindarse de las políticas del actual mandatario, a quien muchos critican no sólo por su fallida estrategia contra el narcotráfico, sino por su visión conservadora en temas como el aborto, el uso de contraceptivos y de los matrimonios entre homosexuales.

El otro gran obstáculo se llama Enrique Peña Nieto, quien pese a los tropezones que ha tenido, sigue como puntero en las encuestas. Y no faltan quienes creen, como el escritor Carlos Fuentes, que incluso el izquierdista López Obrador tiene posibilidades de ganar. Para Josefina, en todo caso, el reto mayor será encender los ánimos en torno a la idea de que, como mujer, puede simbolizar un cambio en contra de la corrupción y el abuso de poder. Una tarea nada fácil en un país dominado por la decepción hacia la clase política.

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