Demandan a contratistas por no pagar horas extras
Trabajadores de Schneider Logistics acusan a la empresa que mueve millones de toneladas de productos.
Trabajadores de tres bodegas en Mira Loma, California, que mueven millones de toneladas en productos casi exclusivamente para el gigante comercial Walmart, presentaron hoy una demanda federal de clase alegando que la compañía dueña de las bodegas –Schneider Logistics- conspiró para no pagarles miles de dólares en horas extras trabajadas.
La demanda presentada ayer en la corte federal de distrito en California alega que Schneider Logistics aplicó un esquema de horario alternativo que nunca cumplió y luego obligaba a los empleados a firmar un documento cediendo su derecho a recibir la tarifa para horas extras que exige la ley.
“Estamos pidiendo al tribunal que dicte el pago de las horas extras trabajadas y también una orden judicial inmediata para que la empresa rectifique las prácticas que consideramos ilegales bajo la ley de California”, dijo Lauren Teukolsky, una de las abogadas que emprendió la demanda contra Schneider Logistics Transloading.
La empresa maneja, desde 2006, tres bodegas en Mira Loma, condado de Riverside, un área que alberga docenas de bodegas donde se mueven millones de toneladas en productos para muchas empresas comerciales.
Al parecer, más de 100,000 personas trabajan en la zona proporcionando la mano de obra para cargar y descargar mercancía, clasificarla y realizar todas las tareas relativas al movimiento de los productos que en su mayoría vienen de China y van a diversos establecimientos comerciales y cadenas de tiendas.
Elizabeth Gutiérrez es una de las trabajadoras cuyo nombre está en la demanda presentada hoy, en representación de sus compañeros. En una entrevista, la residente de Perris, California, de 48 años, dijo que aunque cuando entró a trabajar le dijeron que lo haría de tiempo completo, realmente las horas de trabajo han sido variables y según la temporada.
“Era variable, a veces se podía obtener 40 horas y a veces no”, dijo Gutiérrez. “Todos empezamos a quejarnos porque a veces nos daban más horas y a veces menos. Y además, en ciertas épocas contratan a personal de agencia para hacer parte del trabajo”, denunció.
En 2008 Schneider sostuvo una “elección” interna sobre la implementación de un horario de 10 horas y 4 días semanales y aseguraron que los empleados votaron a favor del mismo, aunque Gutiérrez no sabe si es verdad. “La verdad es que todas las reuniones y los documentos los hicieron en inglés, y nosotros casi todos hablamos más español”, dijo.
Tras las elecciones, los horarios de trabajo siguieron tan variables como siempre, alega la demanda y confirma Gutiérrez, a pesar de que el horario alternativo requiere, por ley, que se aseguren los 4 días de diez horas. Hace unos meses, dijo la abogada Teulkoski, la empresa comenzó a pedir a los empleados que firmaran unos documentos cediendo su derecho a tarifa de horas extras si tenían que trabajar más de las 8 horas, pero menos de las 10 diarias.
“Los cheques cada día estaban más irregulares. Terminé por perder mi casa porque entre mi marido y yo no podíamos mantener un ingreso fijo, tenía apenas un año de haber comprado casa cuando la perdí”, señala Gutiérrez. “Otros perdieron carro y tuvieron otras dificultades”, agrega.
Este no es el primer problema legal que enfrenta Schneider, así como dos subcontratistas que les proveen trabajadores.En febrero un juez ordenó que Schneider fuera clasificado como “empleador conjunto” con la agencia subcontratista que le proporcionaba trabajadores temporales, luego de que esos empleados presentaran una demanda alegando que en vez de pagarles por hora, les pagaban por “container”.
Anteriormente, investigadores del departamento estatal del trabajo impusieron multas de más de un millón de dólares tras allanar las bodegas y revisar los libros contables por violaciones de nómina y salarios.
Portavoces de Schneider no devolvieron dos llamadas solicitando reacciones ante la presentación de la nueva demanda.