Ecuador: Campaña contra clínicas que “curan” homosexualidad
La Constitución ecuatoriana reconoce los derechos de los homosexuales, por lo que una persona no puede ser internada por su orientación sexual
Quito, 20 de Marzo – La nueva ministra de Salud en funciones de Ecuador, Carina Vance, anunciado el inicio de una campaña para cerrar las clínicas que dicen “curar” la homosexualidad en su país por violaciones a los derechos humanos.
Estas clínicas, cuyo número se desconoce, se esconden tras centros para el tratamiento de drogadictos, alcohólicos y personas con trastornos mentales.
Hasta ahora, el Gobierno había cerrado algunas de ellas de forma temporal por infracciones menores, pero ahora buscará su clausura definitiva por violaciones a los derechos humanos, dijo a Efe Vance, que es la primera ministra de Salud Pública de Ecuador que reconoce abiertamente que es lesbiana.
“El tema de hacinamiento, por ejemplo, uno puede poner una multa, cerrar la clínica, pero el dueño o dueña de la clínica tendrá formas de solucionar eso (…) entonces pueden abrir, pero si estamos clausurando un centro por violación de derechos humanos la idea es que no vuelva abrir, porque ha realizado algo que va en contra de la Constitución”, destacó.
Vance recordó que la Constitución ecuatoriana reconoce los derechos de los homosexuales, por lo que una persona no puede ser internada por su orientación sexual.
Sin embargo, advirtió de que el Ministerio ha recibido denuncias de “torturas” supuestamente practicadas en algunos de estos centros, que “no se limitan sólo a las personas homosexuales o transexuales, sino a todos y a todas los que ingresan”.
Paola Zirit fue ingresada por ser lesbiana en una de estas clínicas y dijo a Efe que los guardias la tuvieron tres meses esposada en una habitación sola, le privaron de comida, le propinaron palizas e insultos y le tiraron encima orina y agua helada.
A Zirit la colocó en el centro su madre, pero ésta la sacó cuando se enteró de las vejaciones a la que supuestamente fue sometida su hija, con la que se reconcilió y de la que aceptó su orientación sexual.
Pero este no es el caso de la mayoría de las personas homosexuales internadas, que casi siempre son internadas por sus familiares y que cuando salen no pueden regresar a sus hogares, donde les espera un ambiente hostil y violento, argumentó la ministra.
Vance señaló que su ministerio ha identificado camas hospitalarias o unidades de apoyo a la salud mental o de tratamiento para los alcohólicos o drogadictos, pues muchos de ellos “requieren de una intervención clínica, pero que cuide su bienestar”.
Por otro lado, aseveró que se otorgará apoyo sicológico a las personas gays, lesbianas, bisexuales o transexuales (GLBT) que lo requieran, dado que a menudo sufren discriminación.
“Yo en lo personal he vivido eso, como una mujer lesbiana, sé lo difícil que es cuando la sociedad te rechaza, (…) cuando por tener una orientación sexual diferente a la heterosexual eres susceptible de maltratos, de burla, de violencia, de agresiones verbales y físicas, entonces generamos una población que es susceptible de necesitar un apoyo”, recalcó la ministra.
Vance enfatizó que para combatir la discriminación se requiere de “un trabajo integral” que implique “un cambio de estructuras en cuanto a las concepciones sociales, de lo que es normal, no es normal y lo que la sociedad concibe como normal”.
Al mismo tiempo, el ministerio ultima un borrador sobre una nueva norma para regular las clínicas de rehabilitación.
Además, con el apoyo de organizaciones no gubernamentales, el ministerio realiza “un levantamiento minucioso de dónde están estas clínicas, muchas de ellas funcionan sin permisos”, dijo Vance.
Según la organización Taller Comunicación Mujer en el 2010 había 205 clínicas de rehabilitación en el país, de las cuales el 61% no daba información sobre su permiso de funcionamiento, más del 78 % no facilitaba datos sobre las condiciones del centro y el 70% ofrecía información contradictoria.