‘Theomanía’ los hace soñar

Epstein, ejecutivo de Cachorros, aspira a ser un equipo competitivo

Theo Epstein atraviesa el terreno de Wrigley Field, en Chicago.

Theo Epstein atraviesa el terreno de Wrigley Field, en Chicago. Crédito: AP

ANÁLISIS

CHICAGO, (AP).- Theo, Theo, Theo. El salvador, el genio, el mesías.

Tanto se habla de Theo Epstein que uno puede creer que el nuevo presidente de operaciones de los Cachorros de Chicago es también el as de la rotación, el cuarto bate en el orden ofensivo y hasta el cerrador del bullpen.

Ejecutivos como Epstein reciben un trato de súper estrellas, muestra del enorme grado de influencia que estos personajes cuentan ahora en el beisbol de Grandes Ligas.

La “Theomanía” que se ha desatado en Chicago se debe a la expectativa de que éste obre por los Cachorros una temporada que culmine con un campeonato de Serie Mundial, de la misma forma que puso fin a los 84 años de frustraciones de los Medias Rojas de Boston al ganar el título en 2004 y luego repetir en 2007.

Y ha llegado con toda la intención de imponer nuevos conceptos: más inversiones en las Ligas Menores y emplear sus propios talentos, menos soluciones improvisadas y contratos onerosos.

Está bien que Epstein quiera arreglar la forma de hacer las cosas de los Cachorros, pero su problema es que eso va a tomar tiempo.

Aunque su visión se proyecta hacia el futuro, Epstein trata de decirle a los fanáticos que los Cachorros serán un equipo competitivo desde ya.

“Pienso que la paciencia es importante, pero sin descuidar el momento actual”, dice Epstein.

“El objetivo de los Cachorros 2012 es ganar la Serie Mundial. Nuestro objetivo como organización es armar una organización que compita año tras año en la postemporada con la posibilidad de ganar la Serie Mundial”, añadió.

Esta es la realidad: los 103 años que sus fanáticos llevan esperando por un título de Serie Mundial posiblemente se extenderán a 104.

Por lo pronto, la tarea es sacar a flote a una novena que perdió 91 juegos y cometió 134 errores la pasada temporada, repitiendo en el quinto lugar de su división por segundo año consecutivo.

Epstein trajo a Jered Hoyer, un exayudante suyo en Boston, como nueve gerente general. También se hizo un cambio de piloto. Tras el despido de Mike Quade, el excoach de bateo de Milwaukee, Dale Sveum, quedó como mánager.

El receso se caracterizó por canjes de menor relieve, sin entrar como protagonistas en la puja de los principales actores de la agencia libre. ¿Albert Pujols? ¿Prince Fielder? No, gracias.

Además de apilarse con prospectos, los Cachorros salieron en busca de jugadores que vienen de años flojos como fue el caso del jardinero derecho David DeJesús, el tercera base Ian Stewart, el lanzador abridor Chris Volstad y el relevista Travis Wood. Epstein obviamente aspira encontrar un nuevo David Ortiz.

También dejaron ir a Aramis Ramírez y Carlos Peña, sus dos principales productores de carreras, además de quitarse de encima al problemático abridor Carlos Zambrano mediante un canje con Miami.

Tendrán que depender en la ofensiva de Alfonso Soriano, en declive a sus 36 años y atascado en el equipo.

También cuentan con el primera base Bryan LaHair, un trotamundos de las Menores que disparó 38 jonrones en Triple “A” y además sobresalió en el beisbol invernal de Venezuela con los Navegantes.

El futuro del equipo gira en torno de Starlin Castro, el torpedero dominicano de 22 años que bateó para .307 y encabezó la liga con 207 hits la pasada campaña.

Sveum, en tanto, trata de fomentar la armonía y espantar lo negativo dentro del equipo.

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