Privacidad para sanar

La familia de la menor que peleó con Joanna se mudó de vecindario

Estudiantes y padres miran el altar colocado en memoria de Joanna Ramos en la primaria de Long Beach.

Estudiantes y padres miran el altar colocado en memoria de Joanna Ramos en la primaria de Long Beach. Crédito: AP Photo / Nick Ut

Aunque las autoridades decidieron no radicar cargos criminales a la niña que sobrevivió a la pelea con Joanna Ramos, ella posiblemente enfrenta un largo proceso de recuperación y necesitará ayuda para poder superar el trauma, dijo la experta en psicoterapia familiar Anabel Castrezana.

“Por lo que se infiere de las investigaciones policiales, fue una pelea entre dos niñas y en el que trágicamente hubo una muerte, pero no se pudo establecer que la niña que sobrevivió a la pelea tuvo la intensión de matarla.

“Aunque no le pondrán cargos, esta pobre niña va a necesitar privacidad y tiempo para recuperarse”, dijo Castrezana, quien trabaja en las oficinas médicas de Kaiser Permanente en Santa Ana y se especializa en ayudar a menores de edad con traumas o problemas psicológicos.

Aunque Castrezana no ha estado involucrada en las investigaciones ni atiende a ninguna de las dos familias involucradas, explicó que desde el punto de vista psicológico si no se le ha comprobado una conducta agresiva anterior a la pelea, la niña que peleó con Joanna no puede ser catalogada como “agresora”, sino simplemente como “sobreviviente”.

La experta dijo que la pequeña seguramente pasará o está pasando por cinco etapas en el duelo por la muerte de Joanna. La primera etapa es un impacto emocional de negación de lo sucedido. La persona no puede creer lo que está sucediendo. En la segunda etapa, la persona se siente culpable y puede ser que se haga muchas preguntas como “¿qué hubiera pasado si ni no hubiese peleado?”.

“Es posible que en esta segunda etapa la persona tenga pesadillas o exhiba síntomas de frustración, agresividad o que los padres comiencen a ver síntomas de depresión”, dijo la terapeuta.

En la tercera etapa, es posible que los padres noten una regresión en el comportamiento de la menor.

Por ejemplo, es posible que haga berrinche o que no pueda concentrarse en la escuela. Para la cuarta etapa, es posible que la niña ya esté recibiendo terapia y que ella viva constantemente acompañada del “yo hubiera”.

“Y, finalmente, la quinta es la etapa de sanación, cuando la persona comienza una vida normal experimentando de vez en cuando un sube y baja de emociones”, dijo.

Castrezana dijo que esta es una buena oportunidad para hablar con los niños sobre la agresión. Mientras peleaban, las dos pequeñas estaban rodeadas de otros menores y ninguno hizo nada por detenerlas, por hablar con un maestro o con algún adulto.

“¿Por qué nadie habló por Joanna? ¿Por qué nadie habló con los maestros? ¿Por qué estos niños que estaban ahí, que vieron la pelea, no dijeron nada? Son muchas preguntas las que hay que responder que están relacionadas con el comportamiento de los niños alrededor”, manifestó Castrezana, añadiendo que los niños deberían saber que no hay que pelear ni permitir las peleas.

La familia de la niña que sobrevivió se mudó de vecindario donde residía antes de lo sucedido.

La experta considera que es normal que los padres traten de protegerla de la presión de la prensa y de la misma comunidad, que posiblemente la vea como la agresora.

“La niña necesita ayuda para poder superar este accidente. Hay que recordar que es una niña de 11 años y que va a vivir con esta muerte por el resto de su vida”, acotó Castrezana.

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Joanna Ramos

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