Elecciones: Paren la demagogia

Pocas cosas me producen tanto placer como aprender una palabra nueva -especialmente, si capta perfectamente el espíritu del momento.

Hispandering -¿no es perfecta?

No entiendo cómo no he visto el término antes, aunque un rápido examen del Diccionario Urbano me informó que se ha estado utilizando, por lo menos, desde 2008. Significa, como quizás hayan adivinado, demagogia política dirigida a los hispanos. Repitan la palabra varias veces -¡Qué apropiado! Suena parecida a “hypocrisy”.

Descubrí esta joya, hace unos días, en un delicioso blog titulado “¿Está Obama tomando a los latinos por tontos?”, en el sitio web politic365.com. El artículo destacaba la decepción que algunos de los electores y líderes comunitarios hispanos más serios sienten por el hecho de que el presidente Obama utilice a gente como George Lopez y Eva Longoria para ayudar a propagar el mensaje de su intento de reelección, entre los latinos.

A mí me da asco. Que Obama piense que un cómico, que ha sido censurado por hispanos en el pasado debido a su humor sexista y estereotípico, y una estrella de “Esposas desesperadas”, que en este momento está recibiendo críticas por coproducir un programa de televisión titulado Mucamas arteras, sean conductos apropiados para llegar a los electores hispanos, lo dice prácticamente todo.

Pero esto, amigos, es la esencia del hispandering de los candidatos presidenciales: no importa ya el programa a seguir; se traen algunas estrellas hispanas, se largan unas palabritas en español mientras se habla de lo muy importante que son los “asuntos hispanos” -como si no fueran iguales a los asuntos de todos los estadounidenses- y se hace todo menos ponerse el sombrero bordado en oro de un mariachi, mientras se promete “el mundo”.

Tanto el presidente Obama como Mitt Romney tienen un total desconocimiento de lo que la mayoría de los electores hispanos quieren de ellos. Sin entrar en asuntos programáticos específicos -las opiniones políticas de los hispanos son tan variadas como las de los electores blancos- los hispanos desean ser reconocidos, bienvenidos al ruedo político, escuchados y respetados.

Esto no quiere decir que no exista una locuaz minoría de electores hispanos que adora el hispandering. Quieren absolutamente candidatos que sermoneen a los conversos -ya sea sobre la “potenciación” de los latinos o sobre la inmigración- y que lo hagan mientras invocan a héroes de los derechos civiles como César Chávez y Dolores Huerta. Es la misma gente que está locamente entusiasmada porque la campaña de Obama acaba de inaugurar su sitio web,

Latinos para Obama, con algunos avisos en español.

Pero Obama no es el único hispanderero. Aunque el presidente cuenta ya como con seis años de fotografías durante el Mes de la Herencia Hispana, Mitt Romney también está entrando en ambiente (quizás hasta saque a relucir el pasado de su familia que vivió en México, y comience a sugerir que será el primer presidente latino).

El Comité Nacional Republicano empezó a extenderse por los principales estados indecisos para propagar la idea de que “el Partido Republicano está escuchando a los latinos”, mientras da forma a una “nueva dirección” para los Estados Unidos. Quizás, hasta saquen algunos anuncios de la campaña en inglés pero dirigidos a hispanos, en lugar de suponer que, si no están en español, la mayoría de los electores hispanos registrados no los entenderán.

El hispandering de Romney ha sido sutil. Más que nada se ha quedado calladito sobre las especulaciones de si el senador de Florida, Marco Rubio, o la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, serán sus compañeros de fórmula (aunque ambos expresaron que eso no ocurrirá.)

Sin embargo, hace justo una semana, Romney comenzó el proceso de “suavizar el tono” sobre la inmigración ilegal -según se dice, dijo a sus seguidores en un evento de recaudación de fondos, que consideraría una versión republicana de la Ley DREAM. Parece que podría estar distanciándose de Kris Kobach, principal autor de la legislación “papeles, por favor”, adoptada por Arizona y Alabama. Pero los detractores de Romney no están convencidos, y el mismo Kobach declaró ante reporteros, que la campaña de Romney le ha confirmado que él es aún su asesor y que “nada ha cambiado”.

Lo que nos lleva a la inmigración, asunto que casi toda la gente supone que es el más importante para los hispanos, aunque las encuestas constantemente indican lo contrario. Romney y Obama tienen pocas diferencias en ese asunto. Romney desea que todos los inmigrantes ilegales se vayan por su propia cuenta y Obama ha deportado a más de un millón.

Ambos candidatos deben prometer abandonar el tema para centrarse de lleno en la economía. Después de todo, hay innumerables asuntos para hispanderear. Tal acción sería en realidad más importante para la mayoría de los electores latinos registrados a quienes, de todas formas, les importan más los puestos de trabajo y la educación que la inmigración.

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