DEA se disculpa por olvidar a estudiante en celda
El agente en jefe prometió una investigación sobre cómo fue que sus agentes lo olvidaron.
SAN DIEGO – Un estudiante universitario detenido en California durante un operativo federal antidrogas nunca fue arrestado formalmente, no se le fincaron cargos y debió ser puesto en libertad, pero las autoridades lo olvidaron en una celda de detención durante cuatro días.
Sin comida, agua ni acceso a un sanitario, Daniel Chong debió beber su propia orina para sobrevivir y comenzó a alucinar luego de tres días debido a la falta de alimento, dijo su abogado.
“Casi se muere”, dijo Eugene Iredale. “Si se hubiese dejado ahí otras 12 o 24 horas, probablemente habría muerto”.
El agente en jefe del Departamento Antidrogas Estadounidense en San Diego William R. Sherman ofreció hoy “sus disculpas más sentidas” por el trato dado a Chong y prometió una investigación sobre cómo fue que sus agentes lo olvidaron.
Iredale dijo que pretende solicitar una indemnización a la DEA y que podría interponer una demanda contra el gobierno.
El semanario U-T San Diego fue el primero en reportar el caso de Chong.
Iredale dijo que Chong, un estudiante de ingeniería en la Universidad de California en San Diego, fue a casa de un amigo el 20 de abril para consumir estupefacientes. Cada 20 de abril, los fumadores de marihuana la consumen como parte de un ritual que se realiza en diversas partes del país a las 4:20 p.m.
Chong se quedó dormido y, a las 9 de la mañana del día siguiente, cuenta Iredale, los agentes entraron en la casa para un operativo que resultó en el decomiso de 18,000 píldoras de éxtasis, otras drogas y armas. Nueve personas, entre ellas Chong, fueron detenidas.
Chong fue interrogado durante cuatro horas y luego le dijeron que sería liberado, afirmó Iredale. Chong fue esposado y devuelto a la celda, sin ventanas. La DEA dijo que hay cinco celdas en sus instalaciones.
El único lugar por el que se podía ver el exterior era una mirilla de la puerta. Podía escuchar las voces apagadas de los agentes y el sonido de la puerta de la celda contigua cuando se abría o cerraba, añadió Iredale. Cuando las horas se hicieron días, comenzó a patear y a gritar tan fuerte como podía.
En un momento dado, arrancó un jirón de su ropa y lo pasó bajo la puerta con la esperanza de que alguien lo viera y lo liberara, contó el abogado.
Chong bebió su propia orina para sobrevivir. Mordió sus gafas para romperlas y trató de usar un fragmento de vidrio para escribir “Perdón, mamá” en su brazo. Sólo escribió la primera letra, dijo el abogado.
Luego las luces se apagaron. Se quedó en la obscuridad hasta que la puerta finalmente se abrió el 25 de abril, contó Iredale.
Los paramédicos lo llevaron a un hospital donde fue atendido por calambres, deshidratación, esófago perforado (por tragarse un fragmento de vidrio) y falla renal, dijo su abogado.
Chong pasó tres días en terapia intensiva y cinco en total en el hospital antes de ser dado de alta el domingo.