Duro golpe para los desempleados crónicos
La tasa de desempleo en California ha bajado a su nivel más bajo en tres años, y eso significa la pérdida de beneficios por desempleo para casi 100,000 residentes del estado. Pero en Merced la tasa es de 20% y no hay una sola vacante en todo el condado agrícola.
MERCED, California.— Con su presupuesto antipobreza estirado hasta lo imposible, Brenda Callahan-Johnson se prepara para el próximo sábado: ese día las personas con desempleo crónico en California dejarán de recibir los beneficios por desempleo de la nación.
Una caída en la tasa de desempleo estatal al 11% -el nivel más bajo en tres años- está activando la eliminación del pago federal por desempleo de emergencia a largo plazo al menos a 93,000 californianos.
Pero en la zona central agrícola del estado, donde Callahan-Johnson dirige la Agencia de Acción Comunitaria del Condado de Merced, una tasa de desempleo de más de 20% -dos veces y media el promedio nacional de 8.2%- hace que a algunas personas les resulte difícil creer que la recuperación económica ya comenzó.
“Creo que el Condado de Merced está acostumbrado a los tiempos difíciles, pero en este caso se nos está pidiendo más de lo que podemos dar”, dijo Callahan-Johnson sobre el condado rural que se encuentra entre Fresno y Sacramento. “En el Condado de Merced no hay empleos vacantes”.
El recorte es un golpe más para una región con el mayor porcentaje de personas que viven por debajo de la línea de pobreza en el estado, y donde la explosión de la burbuja inmobiliaria provocó la tasa de ejecuciones judiciales más alta del país.
California dejó de ser un estado atractivo para muchos desempleados crónicos, e incluso para las personas cuyo empleo es ofrecerles servicios antipobreza. Con un aviso previo de apenas dos semanas, las 93,000 personas se agregarán a otros 670,000 desempleados de California cuyos beneficios, de un promedio de 292 dólares por semana, ya se agotaron.
“Es un recorte muy duro. No es lo mismo que si se terminaran las 20 semanas”, dijo Maurice Emsellem, codirector de políticas del Proyecto Nacional Legal de Empleo. “Es un impacto muy fuerte para la última ola de trabajadores… que alguna vez tuvieron un empleo remunerado y a los que ya no les queda nada”.
Tina Dumaguing es una de esas personas. Dejó de recibir beneficios por desempleo en abril, 99 semanas después de perder el empleo que había tenido durante 11 años como técnica en copiado en el Distrito Escolar Unificado de Turlock. Con dos avisos de ejecución hipotecaria sobre su casa en la ciudad de Delhi, advertencia de corte de las empresas de los servicios de agua y electricidad, ningún ahorro y un poco confiable Saturn del ’98 que limita su movilidad, se encuentra en una posición en la que nunca se imaginó estar.
El jueves, a los 50 años, presentó por primera vez la solicitud para recibir estampillas para alimentos.
“Antes pensaba que si tenía que llegar a esto, me sentiría avergonzada”, dijo Dumaguing. “Pero teniendo en cuenta lo mucho que he intentado encontrar un empleo, es algo muy frustrante, pero me alegro de tener este recurso”.
El gobierno federal tomó medidas extraordinarias en 2009 para apoyar a trabajadores que perdieron su empleo durante la recesión. Las 26 semanas normales de beneficios estatales se complementaron con tres tipos de extensiones federales de 73 semanas más para alcanzar un total de 99 semanas de beneficios, el plazo más largo del que haya registro.
Según las leyes federales, la tasa de desempleo debe ser 10% más alta que durante los tres años anteriores para que la extensión de los beneficios se mantenga en cada estado. La tasa de California ha descendido.
El estado es uno de los ocho en los que los desempleados crónicos perderán los beneficios el 12 de mayo. Los demás estados son Colorado, Connecticut, Florida, Illinois, Carolina del Norte, Pennsylvania y Texas, donde otras 140,000 personas dejarán de recibir los beneficios. En abril se eliminaron los beneficios en otros quince estados, incluyendo Michigan, Ohio, Indiana, Georgia y Carolina del Sur.
Desde marzo de 2009, cuando comenzó el programa, más de 912,000 californianos desempleados han recibido 5,000 millones de dólares en pagos.
“Imaginen nuestra economía sin esos 5,000 millones de dólares adicionales”, dijo Loree Levy, portavoz del Departamento del Desarrollo de Empleos de California. “Le da a las personas poder de compra en las comunidades locales”.
Ese dinero circula en la economía, en supermercados, gasolinerías, empresas de servicios públicos y servicios. Eso permite que esas empresas contraten más personas, que a su vez gastan más dinero. La Oficina de Presupuesto del Congreso dijo que cada dólar gastado en beneficios por desempleo genera hasta 1.90 dólares en crecimiento económico.
El recorte también afecta a otras 20,000 personas que hubieran sido elegibles para el programa a largo plazo este año, dijo Levy.
La mitad de las personas que cobran beneficios por desempleo en California no han podido encontrar empleo durante más de seis meses, dijo Levy.
La industria agrícola es el mayor empleador en el condado Merced. Los segundos empleadores en el condado con 250,000 habitantes son el gobierno del condado y el municipal. El año pasado más de 52,000 personas pidieron ayuda para calefacción o para manejarse en el proceso de solicitud de servicios sociales de la Agencia de Acción Comunitaria, que recibe tantos pedidos de ayuda que ha tenido que rechazar personas.
“No es que aquí la gente no quiera trabajar”, dijo Callahan-Johnson. “Da mucho trabajo ser pobre, es mucho trabajo simplemente sobrevivir cada día”.
Connie Schlessinger, 36, dejó de recibir los beneficios en julio del año pasado, después de haber sido despedida de sus empleos en Jack-in-the-Box y como vendedora por teléfono. Su marido realiza tareas en el complejo de apartamentos en el que viven para obtener un descuento en el alquiler, y las estampillas de alimentos dan de comer al matrimonio y a su madre, cuyos ingresos por Seguro Social ayudan a pagar las cuentas.
“Trabajaba en dos empleos y ahora no puedo encontrar uno”, dijo.
Dumaguing tampoco ha tenido suerte. Pasó meses solicitando empleo en otros distritos escolares, en agencias del gobierno y en restaurantes. Con la ayuda de su hijo, usa la computadora en la biblioteca del condado para completar solicitudes en internet.
“Me he presentado en todos los lugares que he podido. Pero no hay empleos”, dijo.