OIT: España, último lugar en cuidado de ancianos

En el país ibérico, los adultos mayores pagan potencialmente el doble por los mismos cuidados especiales que en Alemania o Francia.

La Organización Internacional del Trabajo afirma que España debe invertir más en cuidado de ancianos.

La Organización Internacional del Trabajo afirma que España debe invertir más en cuidado de ancianos. Crédito: AP

Ginebra, 11 de mayo.- España invierte poco dinero público en cuidados a largo plazo para los ancianos, por lo que el coste de éstos repercute fundamentalmente en el bolsillo de los afectados, ya que en proporción a sus ingresos los españoles pagan en general por los mismos servicios el doble que otros europeos.

Según el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) “¿Puede Europa todavía permitirse el cuidado a largo plazo de los ancianos?”, España es el segundo país -sólo por detrás de Grecia- que menos porcentaje de su Producto Interior Bruto (PIB) dedica a la atención a las personas de la tercera edad.

En la mayoría de los estados analizados (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Suecia, Suiza, Reino Unido y España) el porcentaje del PIB destinado a estos cuidados oscila entre el 1 y el 1.5 por ciento, mientras que en España y Grecia es inferior al 0.5 por ciento.

La coordinadora de Política Sanitaria de la OIT, Xenia Scheil-Adlung, confirmó hoy a Efe que España es el país donde los ancianos o sus familias deben invertir más dinero “de su bolsillo” para que los primeros disfruten de cuidados adecuados a largo plazo.

“En España el gasto (personal) es el mayor de todos los países analizados. Aquí los ciudadanos tienen que pagar el 15 por ciento de sus ganancias si viven solos y casi el 8 por ciento si viven acompañados, mientras que en países como Austria sólo tienen que abonar el 5 y el 5.5 por ciento, respectivamente”, precisó.

Asimismo, explicó que las personas mayores necesitan tipos de asistencia complementaria al cuidado estrictamente sanitario, como ayuda para vestirse o limpiar la casa, pero que en general no se contemplan.

“En el caso de España, este gasto es increíblemente alto”, apuntó Scheil-Adlung, quien señaló que los hogares españoles que demandan estos servicios extras -aunque necesarios- dedican un promedio del 25 por ciento de sus ingresos a su pago, mientras que en países como Grecia, Italia y Francia es del 12, 13 y 5 por ciento, respectivamente.

La experta de la OIT opinó que en España “existe una brecha en la cobertura de la protección social” y reclamó la necesidad de destinar más fondos públicos “para cubrir los costes de todos los servicios vinculados a los cuidados a largo plazo de los ancianos”.

Sin embargo, reconoció que el reparto de ayudas en España sigue un buen enfoque, que consiste en conceder las mismas sólo a las personas que realmente las necesitan y no a todos los ancianos, independientemente del nivel de su renta.

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