Hasta 20 segundos más tardan las ambulancias de bomberos
Este lapso puede ser crucial para salvar la vida de una persona.
Si una persona sufre un ataque cardiaco en el Este de Los Ángeles, en San Pedro o en el centro, los paramédicos del Departamento de Bomberos de esta ciudad (LAFD) llegarían a la escena 18 segundos más tarde que hace cinco años.
Pero si la emergencia ocurre en el Valle de San Fernando la cosa empeora: les tomará 20 segundos más, cruciales para preservar la vida de esa persona.
A esta conclusión llegó un reporte de la Contraloría Municipal sobre el tiempo de respuesta del LAFD. Dicho análisis encontró que, en general, las llamadas por Servicios Médicos de Emergencia (EMS), en las cuales brinda asistencia por accidentes o ataques al corazón, subieron 12 segundos de 2007 a 2009, pasando de 4 minutos y 45 segundos a 4 minutos y 57 segundos.
Esto contradice las cifras proporcionadas por el liderazgo del LAFD al Concejo Municipal, con las cuales justificó un plan que, en respuesta el déficit, distribuyó las bases de la corporación. Entonces, se afirmó que los bomberos acudían a una escena en cinco minutos en el 80% de las llamadas, aunque hace unos meses se reveló que en realidad sólo era en el 64% de las veces.
De hecho, este plan, los recortes de personal, la falta de recursos y problemas en el centro de despacho del LAFD, contribuyeron a que ahora los paramédicos lleguen más tarde, según el estudio publicado hoy.
“Para alguien que no sólo vive en el Valle de San Fernando, sino que viaja por toda la ciudad de Los Ángeles, esta noticia es un problema”, dijo la contralora Wendy Greuel.
“Los segundos son cruciales cuando se responde a incidentes de emergencia”, expresó la funcionaria. “Todos sabemos que en algunas veces el tiempo de respuesta puede hacer la diferencia entre vivir o morir”, agregó.
No es la única preocupación que ha traído la auditoría de Greuel. Los bomberos tampoco elaboran correctamente su base de datos: en cerca de 650,000 incidentes de los 1.9 millones revisados por la Contraloría, la categoría de la llamada no fue aclarada. Es decir, se determinó si era emergencia o no con base en el criterio del telefonista.
Como resultado, sus cifras no pueden ser comparadas con las de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA), como lo ha hecho hasta ahora, dijo Greuel.
Por otro lado, el reporte ventiló que los vehículos del LAFD carecen de sistemas de navegación satelital (GPS) lo cual complica a bomberos y paramédicos encontrar un domicilio. “Usan sus teléfonos celulares como GPS”, lamentó la contralora de la ciudad.
Pat McOsker, presidente del Sindicato de Bomberos de Los Ángeles (UFLAC), culpó de todo esto a los recortes al presupuesto del LAFD, orquestados, dijo, desde la oficina del alcalde Antonio Villaraigosa. “Hay muchos ejemplos de que no hemos podido estar ahí a tiempo, que no hemos podido salvar una vida debido a eso”, denunció. “Doce segundos son sumamente críticos”, agregó.
El líder sindical resaltó que el departamento ha sufrido un recorte del 15% de sus recursos, que hay 150 elementos menos todos los días, que apenas 26 despachadores atienden alrededor de 1,300 llamadas de emergencia, que el personal de comando se redujo a la mitad, que eliminaron 9 supervisores de paramédicos y que han sido cerradas 11 compañías y 6 ambulancias.
“Tenemos la responsabilidad con los contribuyentes de Los Ángeles de tener el personal apropiado en el Cuerpo de Bomberos para que, si se necesiten para salvar una vida, estén a tiempo”, dijo McOsker.
El alcalde Villaraigosa, que hace unas semanas defendió a capa y espada los números proporcionados por el liderazgo del LAFD, comentó esta mañana que tales problemas ya han sido identificados y afirmó que el departamento trabaja “con rapidez” para resolverlos.
“El LAFD ha sido obligado a hacer más con menos… sin embargo, la seguridad pública sigue siendo una prioridad, incluso en estos tiempos difíciles”, mencionó el alcalde en un comunicado.
Para Mitch Englander, presidente del Comité de Seguridad Pública del Concejo Municipal, la cuestión no es traer más personal y recursos al LAFD, sino “hacer las cosas de manera más eficiente, efectiva”. Indicó, como ejemplo, que la tasa de homicidios ha bajado con la misma cantidad de policías.
Lo que debe cambiar, dijo, es el método usado para medir los tiempos de atención médica, que sea posible analizarlos día con día, sin esperar costosos y tardados reportes independientes. “Cualquier discrepancia en números que tenemos en los tiempos de respuesta del LAFD son extremadamente serios. Las vidas dependen de cómo distribuimos nuestros recursos públicos”, dijo.