Niños salvadoreños respiran en el limbo
La ausencia de los progenitores repercute en la vida de 200 mil chicos
SAN SALVADOR, El Salvador.- La migración salvadoreña tiene un fuerte impacto en la vida de 200 mil niños y adolescentes, cuyos padres han salido del país en busca mejores condiciones económicas, dijo ayer la organización Afan Consultores Internacionales.
Según Alberto Henríquez Villacorta, investigador de la (ONG), se realizó una investigación en cuatro municipios del país y arrojó que estos menores de edad reciben remesas de sus familiares desde Estados Unidos, pero viven en la incertidumbre por no ver a su padres.
“La migración tiene un fuerte impacto en la desintegración familiar” en El Salvador, aseguró el especialista a Notimex.
El experto y la Fundación (FUNDAUNGO) informó que este estudio fue presentado al Ministerio de Relaciones Exteriores, con una serie de recomendaciones para resolver la problemática.
Indicó que se realizó en cuatro municipios de San Salvador, Concepción, San Esteban, Catarina y Pasaquina, debido a que registran un alto índice de migración, y de ahí, la recepción de remesas familiares.
“Lo que encontramos (en el estudio) son indicadores preocupantes, pese a que las remesas que reciben estos niños aseguran su condición económica, de educación y salud”, agregó.
Sin embargo, el investigador precisó que “Recibir remesas no garantiza la felicidad”, debido a que estos niños y jóvenes sufren la incertidumbre por no saber si volverán a ver a sus progenitores y han quedado al cuidado de tíos o abuelos.
Añadió que se presenta el síndrome de abandono, lo que deriva en otros problemas como es el bajo rendimiento escolar y mala conducta tanto en la escuela como en el seno familiar. “Hay un fuerte impacto negativo”, sostuvo Henríquez Villacorta.
Dentro de los datos relevantes se encuentra que 90 por ciento de estos menores no ha vuelto a ver a sus papás o mamás desde que migraron, mientras que 89 por cientos se comunica con sus padres por teléfono, 1 por ciento por Internet y 29 por ciento solo una vez a la semana.
De acuerdo con el experto, de ser aceptadas podrán servir para la creación de políticas públicas dirigidas a la infancia y contrarrestar los efectos negativos derivados de la alta migración que presenta la nación centroamericana.
Los objetivos principales son el fortalecimiento en la comunicación entre hijos y padres migrantes, programa educativos para apoyar “a los cuidadores de estos niños y adolescentes, que en su mayoría son mujeres como abuelas y tías, entre otros”, dijo.
Actualmente, hay tres millones de salvadoreños que radican en Estados Unidos y envían remesas por alrededor de tres mil 500 millones de dólares al año, lo que también contribuye al sostén no sólo familair sino de la economía de esa nación.