Frustración electoral

Vivimos lo que podría llamarse la “decepción de los votantes” o el cansancio de una política sin sentido.

Es un fenómeno curioso y posible consecuencia de un sistema bipartidista anticuado que divide al país en dos; uno que gana, el otro que pierde, en el que se deja a un lado la obligación de gobernar para todos.

Para muchos una forma de protesta es la de no votar y al no hacerlo están votando, porque su no acción afecta los resultados.

Tan solo como ejemplo: si en un estado vota solo el 50% del electorado y gana quien logra la mitad mas uno, representa tan solo la voluntad del 25% de la población.

Técnicamente su elección está correcta, pero carece de representatividad.

Además, nuestra democracia ha evolucionado a una cerrazón partidista tan radical que aquí no hay dos partidos; hay dos países en uno y en esa democracia del absurdo los que pierden, no existen.

Yo creo que ese gobernar para medio país e ignorar la otra mitad es causa de la apatía y rechazo de la política especialmente por millones de independientes que no tenemos representación y que los políticos profesionales cortejan solo en época de elecciones.

Como consecuencia de ese sistema cerrado el país está cayendo en la política de protesta. Si no hay protesta pública, no se es escuchado.

Ese es el sistema que provoca lo que llamo la rebelión de los votantes, que no es más que el rechazo a la politiquería y a la “dinerocracia”, cortesía de la Suprema Corte de Justicia; la comercialización de la propaganda política y del mercadeo para la compra de una figura política, no por sus méritos, sino por su dinero.

Sé que es tonto proponer otro sistema, pero lo voy a hacer de todos modos, aunque sea solo para quitármelo de la mente.

En el caso de la votación para presidente del país, debería ser por voto directo; cada estadounidense uno.

El que se vote por los delegados en cada estado, y estos lo hagan para elegir al presidente, da lugar a situaciones difíciles como en el caso de Al Gore que tenía más votos populares que “W” Bush pero que, en una forma que lo honra, aceptó su derrota cuando la Suprema Corte decidió que, pese a tener más votos, había perdido.

Ahora bien: yo entendía que el arte de la política era el buscar consensos y acuerdos entre tendencias e ideologías diferentes; actualmente no es así.

Peor aun, con el creciente número de radicales que están llegando a la Cámara de Representantes, se agudizará la imposibilidad de consensos.

El caso de los senadores es más delicado que el de los congresistas. Se supone que un senador representa a un estado y a todos sus habitantes, y no solo al partido al que pertenece. Muchos no actúan así…

Mi proposición es que para ser electo senador debería obtener, cuando menos, la mitad más uno del total de los votantes registrados en su estado y no solo la mayoría de los que votaron.

Hay, en muchos casos, un ausentismo tan grande de votantes que los senadores acaban por representar a su estado por “default”.

Ese ausentismo es resultado de falta de interés en la política y del rechazo a los que, con su actitud, lo provocan.

Propondría además que una vez al año los senadores tuvieran que rendir cuentas de sus votos al congreso de su estado y que este tuviera la oportunidad de aprobarlos.

Estar seis años más en el olimpo sin ser responsable ante sus electores de sus ligas con los cabilderos que, llámele como guste, es una forma de deshonestidad oficializada.

Total: la decepción de los votantes es penosa realidad política. En donde quiera que lo he hablado, con personas de todo nivel y en mi universidad con mis alumnos, no he encontrado uno solo que esté satisfecho con la marcha de la política actual y con esos actores que creen merecer el poder por sus méritos; que quizás tuvieron para llegar, pero están perdiendo al estar.

Como consecuencia casi todos estamos hartos de los políticos que estan en lo suyo y no en lo nuestro.

Y entre lo uno y lo otro hay una barranca mas profunda que el Cañón del Colorado.

Estoy harto de solo tener tres opciones: demócratas, republicanos o no votar.

Recuerdo hace años, antes de las votaciones electrónicas, uno podía tachar las boletas, depositarlas sin haber votado por alguien.

Se reportaban como invalidadas y lo eran, pero cuando aparecían miles se volvían una llamada de atención, una protesta por solo tener opción de votar por este o por aquel; por uno que quiere seguir y otro que lo quiere destruir, porque piensan que ese es el camino para llegar… y actualmente lo es.

No veo por qué o cómo puede mejorar la situación sin una modernización reformadora.

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