¿Atrapado entre dos generaciones?

Muchos adultos tienen dificultades económicas porque se ven precisados a ayudar financieramente a sus hijos y también a sus propios padres.

Si tus padres nunca planificaron su jubilación y -al mismo tiempo- te preocupa pagar la universidad de tus hijos mientras ahorras para tu propio retiro, estás entre la espada y la pared, infeliz ante el temor de no poder cumplir con las necesidades financieras de aquellos que te rodean. Ante una situación así, lo importante es que te informes para tomar decisiones financieras correctas y aprovechar todos los recursos de ayuda a tu alcance.

Lo que no puedes hacer es “tomar prestado” de tus cuentas de retiro para ayudar a tus padres e hijos, pues si bien preocuparte por tus seres queridos es una responsabilidad moral, al ayudar a los demás debes estar seguro de no poner tus propias finanzas en riesgo.

En el caso de tus hijos, lo recomendable es empezar a ahorrar lo más temprano posible. Preocúpate por inscribirlos en un Plan 529 o Coverdell para pagar por su educación universitaria; o al menos invertir en un fondo mutuo para ahorrar para su futuro académico. Ahora bien, si tu hijo(a) ya está a punto de terminar la secundaria y no tienes recursos ahorrados para pagar por su universidad, lo mejor que puedes hacer es ayudarte a tramitar préstamos estudiantiles.

En cuanto a tus padres, si ellos no son dueños de su casa o carecen de bienes significativos a su nombre, es necesario reunirse con un abogado especializado en testamentos y herencias para poner todas sus cuentas claras.

Es esencial que ellos pongan sus bienes en orden y que, de ser necesario, te otorguen un poder legal para tomar decisiones financieras en su nombre. Habla con tus padres sobre sus finanzas, a pesar de que no sea fácil, pues para las viejas generaciones este sigue siendo un asunto privado.

Si eres hijo único, la responsabilidad de ayudar a tus padres es un desafío que te pertenece solo a ti. Pero si tienes uno o más hermanos, tu deber es trabajar con ellos para determinar cómo mejor manejar sus finanzas. Eso sí, no esperes hasta que ellos se enfrenten a una crisis financiera para empezar a tomar acción. Estos pasos te pueden servir de guía:

– La misión debe ser “revisar los numeritos”. Prepara una lista de todos los ingresos de tus padres y una lista de sus compromisos financieros.

– Si tus padres tienen problemas para cumplir con sus cuentas mensuales, ayúdales a recortar gastos innecesarios.

– Investiga también si ellos son elegibles para algún tipo de seguro de salud y qué gastos ellos pueden recortar de su presupuesto.

– Busca ayuda suplementaria del Gobierno para que puedan cumplir con sus necesidades.

– Si son dueños de su casa y al menos uno de ellos tiene 62 años de edad, entonces considera conseguirles una hipoteca revertida (reverse mortgage). Esto es un préstamo hipotecario que convierte una porción de la plusvalía de su propiedad en pagos en efectivo para el dueño. El hecho de que no tendrán que hacer un pago mensual de hipoteca (aunque todavía deberán cumplir con los impuestos y el seguro de la propiedad) les permitirá a tus padres tener un alivio financiero en su bolsillo.

Lo importante es tratar de reducir costos y trabajar tanto con tus padres como con tus hijos para buscar la alternativa que más beneficie a todos. Recuerda que “pronto” tú estarás retirándote, y de seguro no querrás convertirte en una carga para nadie.

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