Padre Solalinde acusa a políticos mexicanos de mandarlo a matar
Tiene todo anotado en un cuaderno, por si algo le ocurriera se sepa quiénes podrían ser los culpables
Washington, 20 May – El padre Alejandro Solalinde, quien salió de México en medio de amenazas de muerte, denunció hoy que políticos le pusieron un precio de cinco millones de pesos a su cabeza, pero aseguró que regresará a ese país.
En una entrevista con la cadena Univisión en Miami, Solalinde mencionó específicamente al exgobernador del estado de Oaxaca, Ulises Ruiz, como uno de los políticos que se incomodó por sus actividades de dar albergue a inmigrantes centroamericanos.
“Alguien que se opuso totalmente a nuestro albergue y que de principio a fin nos hizo la vida imposible y que luchó inclusive hasta el último momento para quitar el albergue fue Ulises Ruiz”, aseveró.
“En Veracruz tenemos a Fidel Herrera (exgobernador) que en el tiempos de él, fue el tiempo de máximo número de secuestros en toda la historia que habíamos tenido en Veracruz”, abundó.
Cuestionado por el periodista Jorge Ramos si deseaba identificar a los políticos detrás de las amenazas, el sacerdote respondió que “en este momento están investigando quienes son” y precisó que el precio de su vida fue valuado en cinco millones de pesos.
Solalinde aclaró que salió de México porque tenía un compromiso en el extranjero, pero que decidió posponer su regreso debido a las amenazas de muerte.
Sostuvo que regresará a México, aunque no dio una fecha exacta. “La misión no se abandona”, externó.
El sacerdote insistió en que su trabajo afectó “intereses muy fuertes, intereses económicos, interés del narcotráfico, pero también de políticos incómodos que se han acostumbrados a la corrupción”.
Durante la entrevista, Solalinde mostró una pequeña libreta de apuntes donde dijo están “nombres, apellidos y señas” de quienes pudieran atentar contra su vida. “Todo está escrito”, indicó.
Cuestionado sobre sus preferencias electorales, el sacerdote dijo que votará en las elecciones presidenciales mexicanas del 1 de julio próximo, pero declinó dar nombres y se limitó a señalar que lo hará “por el menos malo”.