Grupo de conserjes piden una mejor prestación laboral

La intensa lucha que hace poco encabezaron miles de conserjes del Distrito Financiero de Los Ángeles no le hizo justicia a todos. Desde el 1 de agosto, casi 500 intendentes temporales verán un cheque más reducido y sus familiares no tendrán acceso a servicios médicos.

“Mis hijos ahora quedan en el aire; si tenemos una emergencia, un problema de salud, tendremos que ir a parar al Hospital General [de Los Ángeles]”, dice una de las trabajadoras de limpieza afectadas por el contrato colectivo de trabajo que a finales de abril firmó el Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios (SEIU) Local 1877.

Ese día hubo emociones encontradas: mientras la mayoría de los 6,500 conserjes obtuvieron un ligero aumento salarial, mantuvieron un seguro médico que no les exije una contribución y se logró proteger su estatus migratorio; el 5% de la membresía perdió algunas prestaciones.

Y es que el lenguaje del contrato aceptó reducir el 20% del sueldo de los afanadores temporales, quienes cubren vacaciones y días de enfermedad.

“¿Por qué nos van a quitar a los temporales el 20% [del salario] si somos parte del mismo sindicato y pagamos la misma cuota?”, reclamó una mujer que ha formado parte del Local 1877 desde hace más de diez años.

Así, en el anonimato, un grupo de doce conserjes ha emprendido una pelea en contra del poderoso SEIU, para pedir que se revoque el nuevo contrato laboral, se elabore otro que al menos preserve las prestaciones que aún tienen, se investigue porqué afectaron sus intereses y cambie el liderazgo.

“Ellos debieron habernos defendido, pero no lo hicieron”, expresó otro intendente, cuyo salario por hora bajará de 14 a 11 dólares desde el próximo 1 de agosto.

Estos empleados han presentado una queja ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB), buscando su intercesión en el conflicto, aunque, por el momento, el organismo sólo ha tomado nota del reporte.

David Huerta, vicepresidente de la División de Conserjes del Local 1877 de SEIU, comentó que el contrato fue ratificado por 1,121 miembros y apenas rechazo por 197. Además, mencionó que las compañías tenían la intención de reducir todavía más los beneficios de estos empleados.

“Querían eliminarlos por completo, reducir más sus sueldos, quitarles todo el seguro [médico]. Luchamos para proteger lo más posible a los temporales”, manifestó.

El dirigente sindical subrayó que existen pocas posibilidades que se negocie otro contrato. “Son unos pocos que están tratando de provocar”, dijo Huerta. “Sus esfuerzos deberían ser invertidos en algo positivo”, agregó.

Pero el grupo de afanadores inconformes, quienes dicen ser afiliados del SEIU desde hace siete y 15 años, aseguran que seguirán luchando hasta tener un contrato justo.

“Mejor se hubiera quedado el contrato como estaba”, dijo una de las intendentes.